Aiden.
La marea de cuerpos lo engulle y teme perder a la persona que está siguiendo.
Algo va mal con Christopher, y eso lo notó apenas entrar a la casa. Todo estaba muy silencioso para alguien que ama el caos. No salió a decir nada sobre cuánto desprecia a Aiden, y eso es una mala señal.
Divisa cómo Chris se mete a un callejón unos metros más adelante.
Tarda unos segundos de más en llegar. Las personas gritan y celebran, van cargadas de bolsas de compras o ropas extravagantes de Navidad.
El callejón es el lugar más oscuro que ha pisado desde que salió de su casa. Está sucio y hay partes con rumas de basura. Christopher está apoyado en la pared de ladrillos, con los ojos cerrados y respirando agitado; se está calmando.
Va a decir algo justo cuando él abre los ojos, dejando ver sus ojos habitualmente de un azul intenso, más apagado de lo normal y con un brillo que no puede ser nada más que lágrimas. Sus ojos se clavan en él y, enseguida, esboza una sonrisa que casi parece automática.
—¿Siguiéndome, eh? —bromea con una expresión que parece pícara.
—¿Qué se supone que haces aquí? —enfrenta Aiden.
Christopher se endereza y pone las manos en los bolsillos con naturalidad; luego mira para otro lado.
—Estaba… —piensa un segundo, solo uno—… hay mucha gente afuera, ¿no crees? Es agotador.
Aiden lo mira, lo analiza, intenta leerlo. Él nota cómo lo escudriña y evita su mirada como si fuese veneno. Finalmente, Christopher se cansa y se despega de la pared.
—¿Quieres dejar de mirarme como si fuera tu musa? Vamos a comprar los regalos.
No se mueve cuando empieza a caminar hacia la salida del callejón, solo lo observa irse, pero antes de que salga, le habla. Porque no es ciego y sabe lo que vio.
—Chris, yo vi cómo…
—Cállate. —lo corta a mitad de frase, dejando de caminar, pero sin dirigirle la mirada. Se voltea—. No puedes solo llegar y pedir que te cuente mis malditos problemas —su voz, a pesar de que suena como irritación, tiene mayormente cansancio—. No tienes el derecho a exigirme respuestas.
Su figura desaparece entre la multitud de gente.