Royal secrets: una sombra tras la corona

5.

Aiden.

Su mirada está en la chica pelinegra que lo evita, no puede dejar de preguntarse las razones que tendrá para hacerlo. Y, como si fuera poco, ese sentimiento de familiaridad ha vuelto.

—Está bien, puede tomar asiento.

Y ya sabe lo que hará.

Se encamina hacia el asiento vacío que se encuentra junto a la chica. Ella nota que él se acerca y pasa su mochila al asiento que él iba a tomar.

—Lo siento, esta ocupado. — Le dice a Aiden sonriéndole. La voz le resulta tan conocida...

Una chica que está en el asiento de atrás de ella lo mira con los ojos entrecerrados pero luego le sonríe.

—Eso es mentira, Evie —Le hace un gesto a Aiden—. Toma, siéntate aquí, yo me siento con ella —Recoge sus cosas y se va al asiento delantero.

Evie la mira con una pizca de irritación. Y le dedica otra sonrisa nerviosa a Aiden antes volver la mirada al frente.

»Perfecto, acabo de llegar y ya me han rechazado«.

Toma asiento en el puesto que le han dado.

La observa de reojo y una sonrisa torcida se le dibuja sola, como si su cuerpo reaccionara antes que su cabeza. Lo que hizo Evie no fue rechazarlo: fue desafiarlo. Y eso es mucho peor, porque ahora no lo podrá sacar de encima. Aiden no es de las personas que huyen de lo difícil. Y esto tiene pinta de que será únicamente un reto. Si Evie no lo va a querer, entonces lo odiará. Él preferiría que lo odien a que lo ignoren. Y eso es exactamente lo que ella está haciendo: evitarlo.

No tiene claras las razones de su indiferencia, pero sea lo que sea, lo desvelará. Arrancará cada uno de los secretos de Evie, hasta el último de ellos.

No tiene idea del origen de aquella determinación. Solo sabe que esa chica la provoca. Y le asusta; le aterra estar sintiendo esto tan rápido, teme lo que pueda sentir más adelante si sigue este camino... Pero la decisión ya la tomó, y eso es lo que hará.

Empezará con cosas pequeñas, solo actos sin sentido para molestarla. Paso a paso, hasta que ella no piense en nada más que en él; en cuanto lo odia.

En las próximas clases planea su jugada, pero no llega a una estrategia buena antes de la salida. Tocará improvisar.

La maestra hace una pregunta. »Perfecto«.

Evie levanta la mano para responderla al mismo tiempo que él, la profesora los mira y le da la palabra a Aiden. Con una sonrisa el responde correctamente.Evie ni lo mira, solo baja la mano y él presiente que ella espera tener otra oportunidad a responder. Pero, claro está, que él no se la dará.

Otra pregunta: otra guerra de la que Evie no tiene idea en la que esta incluida.

—¿Qué es más importante para mantener un reino estable: el miedo o la lealtad de sus súbditos? —Pregunta la maestra.

Ambos alzan las manos al unísono. Esta vez la profesora le da la palabra a ella.

—La lealtad —Responde Evie—. Porque el miedo mantiene el orden solo un tiempo; en cambio, la lealtad puede sostener un reino por generaciones.

—De hecho, es el miedo—Interrumpe él —. Porque la lealtad puede romperse con una traición o una promesa incumplida, pero el miedo mantiene a todos en su lugar incluso cuando ya no confían en ti.

Evie le dirige una mirada irritada y él aprovecha para dedicarle una sonrisa maliciosa.

—La respuesta de ambos es incorrecta —Concluye la maestra—. El miedo se quiebra y la lealtad se desvanece. Lo que realmente sostiene un reino es la justicia: cuando las leyes son Justas el pueblo no necesita temer ni jurar lealtad ciega, simplemente confía en que el sistema funciona.

Evie se voltea y sonríe con sorna. Él pone los ojos en blanco pero las comisuras de sus labios se levantan, delatando lo mucho que disfruta de su atención.

La clase sigue de la misma forma: ambos peleándose por quien responde primero. Al final de la clase todos salen para irse a sus casas. Recoge sus cosas, pero antes de que se valla siente una mirada sobre él.

—¿Qué se supone que fue eso? —Lo interroga Evie con los brazos cruzados.

—¿Qué fue qué?

—No te hagas el tonto.

—¿Por qué me evitaste, Evie? —Aiden cambia de tema.

—No te he evitado.

—Lo hiciste. ¿Y sabes? —Acerca su rostro al de ella manteniéndole la mirada en un gesto desafiante, dejando sus respiraciones a solo unos centímetros—Me da que ocultas algo. No hemos hablado, pero algo me dice que tienes un secreto, y lo descubriré. Me resultas demasiado familiar para creerme que te acabo de conocer.

Ella se tensa y es exactamente la confirmación que él esperaba.

Esto es solo el comienzo.



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En el texto hay: #romance, #obsesion, #secretos

Editado: 05.10.2025

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