Royal secrets: una sombra tras la corona

6.

Summer.

No tiene ni la menor idea de que le ocurre a Aiden.

Hace unos días se ha estado comportando raro, actúa como si literalmente le hubiera declarado la guerra y ni a ella se le ocurre el porqué. Se supone que no la conoce, o al menos no a la identidad de "Evie".

Camina junto a Charlotte (la chica que conoció en el salón) en dirección al patio de la escuela —Escuela bien rara, porque no es escuela del todo, pero no se le ocurre otra forma para definir este espacio—. El lugar está oscuro, solo iluminado por la luz que emite la luna.

Charlotte y ella se han vuelto más amigas. Aun así, de vez en cuando puede ser irritante, tan irritante que a Summer le dan ganas de darle un buen golpe en la cara. Hasta ahora, se ha contenido.

Llegan a el patio —o jardín—, o como lo quieran llamar. Es un lugar verde a unos diez minutos de ahí, nadie va, así que Charlotte y ella van todos los días a hablar en sus tiempos libres. Hay un gran campo de flores; lirios, margaritas, girasoles. Y también hay muchos arboles, como un bosque. Es un lugar muy lindo, perfecto cuando quieres privacidad, y a Summer le parece muy bien tener un lugar donde sepa que no va a estar Aiden, pues la encuentra donde sea, ya parece acosador. Por un tiempo le gustaba esa especie de atención de su parte, pero a este punto ya se volvió molesto. Muy molesto. Aparte de que ahora vive con el miedo de que él se le acerque y descubra quien es. Para empeorar él ya sabe que ella oculta algo, así que cualquier cosa que diga o haga Summer podría delatarla.

Le encanta ir a ese lugar por las noches; la luna resplandece en el cielo oscuro y las flores parecen transformarse bajo la luz difusa. Hoy especialmente, la noche esta más oscura.

—Oye Vibby ¿Quieres jugar a las escondidas? La noche tiene pinta de peli de terror. —Charlotte se queda junto a un árbol —. Yo cuento. ¿Apostamos?

—Mm... esta bien, ¿Qué cosa?

—La que pierda se tira al lago, con ropa y todo.

—Hecho. —Summer asiente y se sumerge en el denso bosque.

Cuando ya esta lejos enciende su linterna porque la luz de la luna, aunque permite divisar algunas cosas, no es de gran ayuda en medio de tantos arboles.

Cuando está segura de que ya se alejó lo suficiente se sienta en una gruesa raíz que sobresale de el suelo bajo un árbol. Saca su teléfono y comienza a revisarlo.

Cada cierto rato escucha algunas ramas moverse, pero no le toma mucha atención, después de todo en el bosque andan animales, ¿no?. El crujir de las ramas no viene solo esta vez: una tenue luz parpadea en la oscuridad, seguida de un suspiro que eriza la piel. Summer voltea la mirada rápidamente a las ramas superiores del árbol que tiene encima, y ahí está: un chico sentado con una pierna colgando y la otra afirmando un libro que sostiene entre las manos, y la luz, una lampara pequeña que esta colgando de una ramita un poco mas arriba.

—Creí que veías cosas mas divertidas—Murmura Aiden pasando la página.

Y esto era lo que faltaba: encontrarse a este tipo en medio de la noche.

—¿Qué se supone que haces ahí?¿Me estabas espiando el teléfono? Eso es violación a la privacidad ¿sabes? —Ella se incorpora para observarlo mejor.

—En primer lugar: yo ya estaba aquí, tú fuiste la que llego a interrumpir mi hermoso tiempo de lectura. —Desliza la otra pierna y queda sentado con ambas piernas colgando, aun sin despegar su mirada de las paginas.

—Pero lo de espiarme el celular no fue accidente, y repito: eso es violación a la privacidad.

—Privacidad, dices... pero tu contraseña es 1234. ¿De verdad esperas que alguien se la tome en serio? —Aiden sonríe, cierra el libro con calma y salta. El golpe de sus botas contra la tierra resuena demasiado cerca. Summer da un paso atrás. La sonrisa de él sigue ahí, afilada, como si ya supiera algo que ella no.

Summer parpadea, confundida.

—¿Qué rayos te resulta tan gracioso?

Aiden no responde de inmediato; la observa, como si cada tic nervioso, cada respiración suya fuera una pista escondida.

—Porque confirmas lo que pensaba.

—¿Lo que pensabas de qué? —Su voz se alza un poco, impaciente.

—De ti. —Aiden cierra el libro con un golpe seco y lo deja caer al suelo—. No encajas.

La palabra resuena como un eco en la oscuridad. Summer ladea la cabeza aún más confundida que antes.

—¿Qué se supone que significa eso?

—Que hay algo fuera de lugar contigo. Y ya lo confirmé, ahora estoy aún mas seguro que antes —responde, demasiado tranquilo, como si hablara de una ecuación matemática—. Puedes guardártelo todo lo que quieras, pero créeme, Evie, yo lo sabré tarde o temprano.

—Estas loco.

—Y aun no tienes idea de lo loco que puedo llegar a estar.

Summer resopla con indignación. Ambos quedan en un silencio algo incomodo hasta que ella se pone en cuclillas y recoge el libro que Aiden dejo caer y lee el titulo en voz alta.

—¿De que es? —Pregunta, tan tranquila como si nada hubiese pasado. Pero esta claro que no es así.

—¿Importa? —Parece considerar la opción de decirle y al final suelta un suspiro, rindiéndose—. Romance

—¿Romance?¿Lees romance? —Su cara dice lo sorprendida que está. ¿Quién esperaría que Aiden, leyera algo tan... tranquilo como un libro de romance?

—Si. Oye, ¿te importa cuidar tu salud? —Comenta Aiden, ya habiendo perdido interés en la conversación anterior (o tal vez solo evitando esa conversación).

—¿Si?¿Por qué?

—Charlotte. —explica sin más, como si esa sola palabra pudiera decir mucho.

—¿Y...?

Él la toma de la mano y la lleva atrás de el árbol en el que antes él estaba sentado. La deja ahí y comienza a trepar el tronco, tomando la lamparita que él mismo había dejado colgada.

—¿Enserio tengo que recordártelo? Apuesta, Charlotte, Río. ¿Te suena?

La apuesta que hizo con Charlotte. ¿Pero como es que él lo sabe?

—¿Cómo lo sabes?



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En el texto hay: #romance, #obsesion, #secretos

Editado: 05.10.2025

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