Aiden.
Aiden nunca ha visto a tantas personas en el mismo lugar. A pesar de que seguidamente asistía a reuniones de negocios o eventos con su padre, aún no se ha acostumbrado a tanta gente reunida.
Se encuentra enfrente del palacio, donde por el momento se ha ubicado un escenario pequeño donde, seguramente, irá el rey.
No ha visto a Evie en un buen tiempo, aproximadamente unas tres semanas. Pero se prometió no pensar en ella, mucho menos extrañarla.
El aire está cargado de murmullos. La gente empuja, grita, comenta nombres. Aiden solo intenta mantener la calma, con los brazos cruzados y el ceño fruncido, fingiendo que no le importa quién salga elegido ese día. Él solo fue porque sus padres querían eso, a él le importa un comino el gobierno. Así que no hizo gran esfuerzo respondiendo las preguntas; si no lo elegían, sus padres no le echarían la culpa, porque la elección fue del rey.
Divisa a Evie entre la multitud, al igual que él, parece incómoda con tanta gente. Está acompañada de Christopher; este le susurra algo que la hace ponerse roja y le propina un golpe en el hombro.
Aiden ríe y se encamina hacia ella hasta que quedan de frente.
—Evie. —Saluda—. ¿Cómo estás? ¿Qué tal te fue en la entrevista con el rey? ¿No has tenido problemas con esas cosas, verdad? —Inquiere con curiosidad.
Ella lo mira procesando cada una de las preguntas.
—Eh… bien, estoy bien. No he tenido problemas, y a lo de las entrevistas… no está tan mal.
Christopher se carcajea.
—¿No tan mal? Oh, sí, nada mal —Sigue con sorna—. Pero creo que ya sacaron algunos nombres de las opciones, y en esos estaba una chica que creo que se llama... Uhmm… —Finge pensar—, Evie.
—Cállate. —Le replica ella con un atisbo de irritación.
—¿Qué pasó? —Indaga Aiden, ahora con una curiosidad que sigue creciendo.
—Nada —Se apresura a aclarar Evie.
—Lo que pasó es que en la visita del rey… a Evie se le ocurrió ponerse a cazar rat… —Christopher es interrumpido por una patada que Evie le da en la entrepierna y se queda dando chillidos de dolor.
—Te vas callando. —Ella lo fulmina con la mirada y vuelve a dirigirse a Aiden—. Como decía: no pasó nada.
Aiden decide ya no preguntar nada más, sin duda no quiere quedar como Christopher.
No pasa mucho para que lleguen unos guardias al escenario y toquen las trompetas, dando la bienvenida al rey.
—Como todos saben, hoy día se celebran las elecciones. —Empieza el soberano, acercando el micrófono a sus labios—. Después de treinta años que llevo en control de este querido país, tengo el honor de otorgar el título de rey a otra persona. Ha sido un privilegio servir a los ciudadanos de este asombroso lugar; espero que estén complacidos con el trabajo que hice. Okey, sin tanta introducción, daré un breve resumen de lo que fue elegir a alguien y también el porqué. Muchos de estos encuentros fueron divertidos, otros formales. También otros, debo admitir, muy extraños —Su mirada se clava en Evie—, como ciertas personas que se dedicaron a buscar una rata por toda la habitación.
Christopher se echa a reír y Evie se tapa la cara con una mano.
Aiden los mira con confusión y una sonrisa se dibuja en sus labios. ¿Cómo que una rata?
—Pero bueno. Para elegir a su próximo gobernante se tiene que buscar a alguien inteligente, con metas claras y con buenas intenciones. Se necesitan muchas cualidades, y es muy difícil encontrar a alguien con tantas virtudes, pero tenemos suerte, porque la he encontrado. Por favor venga aquí adelante… —El rey hace una pausa dramática— …Kaytlinn Bent.
»¿Quién demonios es ella?«
La multitud estalla en aplausos y vítores mientras una chica rubia de tez clara sube al escenario.
 Echa una miradita hacia Evie y ve que está tensa; tiene las manos comprimidas en puños y la mandíbula apretada. Ella le dirige una mirada de odio a la chica y se va de la celebración. Christopher va tras ella y Aiden va atrás de Christopher, siguiéndolos otra vez.
Él sabe que Evie se postuló ahí para ser elegida, pero aún no tiene claros los motivos por los que lo desea tanto. Y quiere saberlo. Uno de sus grandes defectos es la curiosidad, y por eso está allí otra vez: siguiéndola.