Rubí y la carta roja

¿Crees que no me cuentan las cosas?

Me acosté en la cama después de tomar la sopa y miré la carta de nuevo. ¿Ese beso qué significó? ¿Por qué pienso tanto? ¡Ash! No voy a ponerme a hacerme la que no sé, mejor admito que Franklin me hizo sentir mariposas.

Sonido de puerta

—Rubí, ¿tú crees que a mí no me cuentan las cosas? ¿Quién es el hombre con el que estabas en el bote?
¡Bingo! Lo que me faltaba, primer día y primera vez y ya se enteró, ahora sí estoy en problemas.

—Papá, déjame explicarte..

—Te escucho, Rubí.

—Él es Franklin, el... Es el hombre que me
enviaba las cartas rojas.

—¿Qué? Rubí, te prohíbo que veas a ese tipo. ¡Te mandaba cartas en anónimo y ahora está intentando alejarte de tus estudios!

—¡Papá, por favor!

—No, no me vengas con esa tontería de "papá, por favor". ¡Ese tipo no me da buena espina y no lo vas a ver, punto! Además, un verdadero caballero hubiera venido a pedir permiso para salir con una señorita, no a llevársela al lago escondida y haciendo que no puedas entrar en la universidad.

—Papá, es que él me trata muy bien, él...

—No, Rubí, eres una niña y no sabes lo que es mejor para ti. Vota todas esas cartas y luego hablaremos de esto con tu madre.

—Papá, escucha...

—No, no quiero oírlo, y ya he visto esto muchas veces. No te quiero cerca de él y si tengo que tomar medidas drásticas, lo haré. ¡Mujer! ¿No ha llegado?

En eso entró mi madre con las manos llenas de jabón, al parecer ya estaba lavando los platos.

—¿Qué pasa?

—¡No entró a la universidad por irse con un chico!

—¡No entiendo por qué arman tanto escándalo! No es como que no fuera a ver a un chico jamás, ¿o es que acaso no tengo ojos?

—¡Una cosa es que tengas ojos y otra es que te escapes y llegues tarde a la universidad!

—¿Sabes qué, papá? Esto es una tontería, no voy a pelear por un hombre que ni siquiera conozco. Me voy.

—¡Rubí, vuelve aquí ahora mismo! ¡Aún no hemos terminado de hablar!
Rubí se fue y se encerró en su habitación, sacando todas las cartas y leyéndolas.

—Estas cartas rojas como un rubí, las cuales representan tu nombre...
En ese momento, una pequeña piedra sonó en la ventana de Rubí. Ella se asomó y allí estaba.

—¡Pss, Rubí! Te traje algo, ven acá.

—¡Vete! Antes de que mi padre te vea, ya peleó conmigo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.