Cuando era joven, amaba a una mujer, la amaba con toda mi alma, espíritu y corazón, ella era todo lo que me importaba. Era mi mundo entero, la amaba con mi vida o tal vez, solo amaba en quien me convertía ese amor jamás correspondido. En alguien que ni yo conocía. Escribo este libro entre las lágrimas del pasado y el dolor irremediable en mi nostálgico corazón. Lo escribo para los amores no correspondidos, para los incomprendidos, para esas almas pérdidas en el vacío de la vida misma y para los que encuentran un refugio en miles de letras.