Hablemos de las filas, filas de personas. Se notan en sus miradas el cansancio, la flaqueza del ser humano de aguantar más de dos horas a pie, el tropel que amenaza con destruir la armonía y el silencio que reina sin protesta.
Hay tanta diversidad en una fila, es un mundo nuevo, heterogéneo y complejo. La paciencia es uno de los requisitos de las filas, algo que a mi ver, está sobrevalorado y cuestionado. La viveza, es uno de los grandes enemigos, personas astutas, que actúan con cautela y se revuelcan en la espera de los demás. Y la no menos esperada, los privilegios, de esa no hay que fiarse, provechosa y sutil.
Y sin otro particular, me dirijo con atención a la falta de inmediatez y malos servicios prestados, no solo por los que componen las filas, sino por el sistema.