Comencé a sentirme fría, en los luagres más calientes.
Comencé a sentirme indiferente, en los lugares más atentos.
Comencé a mentir, en los lugares donde siempre la verdad reinaba.
Comencé a silenciarme, en los lugares más ruidosos.
Comencé a actuar de forma napropiada, en los lugares donde los teatros no estaban permitidos.
Comencé haciendo tantas cosas, que me convencieron de mostrarme siempre igual.