Rujarquia |#1|

Capitulo 9: ¿Inmortal?

No había señales de Tsuki y Alina, si seguían esperándolas en un sitio no muy seguro serían atacados, Hogomi dió la orden de que se lleven al resto de los reclutas, mientras él buscará a Alina y Tsuki.

Habían huellas, unas eran de botas pertenecientes al ejército Rujarco, otras eran pisadas grandes de un animal, se detuvo un momento, estas otras no eran de las antes mencionadas, eran de un Norcraniano. Revisó los alrededores con la vista asegurándose de que nadie esté tratando de sorprenderlo.

Siguió avanzando y levantó la vista para ver lo que tenía frente a él.

—Alina… —Sus ojos se agrandaron, no podía creer lo que estaba viendo.

El cuerpo tenía una pequeña parte el cuello desgarrado hasta la clavícula, rasguños en los brazos y muslos, la carne de la costilla desgarrada mostrando los huesos, su expresión en el rostro demostraba sus últimos momentos de terror y desesperación. Hogomi se arrodilló frente a ella y limpió la lágrima que aún se deslizaba por su mejilla, su piel aún estaba tibia, murió hace poco.

—Dimitry —habló por su radio.

¿Qué sucede? —Preguntó.

—Te… enviaré mi ubicación y quiero que vengas lo más rápido que puedas, seguiré buscando a Tsuki, pero llévate a Alina —respondió con el nudo en la garganta.

—De acuerdo, iré enseguida…

Hogomi contempló por última vez el cuerpo de su compañera antes de irse a buscar a Tsuki

 

Una pequeña niña de cabello negro y ojos azules iba corriendo a su casa emocionada a mostrarle sus padres lo que podía hacer, en cuando llegó fue directo a la cocina en donde ambos se encontraban.

— ¡Papá, mamá miren lo que puedo hacer! —ambos la miraron y ella extendió su mano.

De la palma de su mano salió un pequeño aire frío y fue creándose un copo de nieve.

— ¡Oh vaya! —Exclamó su madre.

—Eso es Tsuki, sigue así —la alentó Shiroi.

El copo de nieve completó su forma, la pequeña Tsuki observaba con orgullo su primera creación, apenas surgían sus poderes. Sintió un dolor en su palma, el copo cayó al suelo, Shiroi se acercó a ella y observó su palma, su poder no estaba reaccionando muy bien, este bajó hasta sus pies y el piso se congelaba.

— ¿Papá, que me sucede? —pregunto con miedo.

—Tsuki, mírame cálmate —Shiroi puso sus manos en ambas mejillas.

Tsuki bajó la mirada y el piso seguía congelándose, su madre se estaba preocupando, subió a su habitación y buscaba algo en los cajones, Shiroi trataba de calmar a Tsuki.

— ¿Papá que pasa? —Preguntó Mika al ver el suelo congelándose.

—Shiroi —Exclamó Aiko y le entregó unos guantes que parecían estar hechos de cuero negro.

Él colocó los guantes en las manos de la niña y dijo:

—ponte estos hasta que puedas controlar tus poderes.

— ¿Qué pasa si no logro controlarlo? —pregunto ansiosa.

—No pienses eso, te llevaré con Ethan, ambos vamos a ayudarte.

Aiko abrazó a su hija diciendo que estará bien. Mika le sonrió a su hermana al ver su mirada de angustia…

Era un sueño.

Tsuki sentía que tenía cuerdas alrededor de su cuerpo, aún no tenía fuerzas para levantarse, al menos ya no tiene los ojos vendados. Estaba en el tren nuevamente, lo peor es que ya está en movimiento. Trató de volver a crear una daga de hielo, sin embargo, sus manos tenían guantes de cuero negro y sus pies estaban cubiertos por cuero también. Sentía nauseas, pues está en el mismo vagón que había estado con Nikolay y Xeo Bi, con la diferencia de ahora habían moscas, muy molestas cuando se acercaban a ella; al parecer, los Norcranianos lograron reparar el agujero que ella había hecho en la puerta.

Pensó en Alina, lo último que recuerda fue su grito de dolor luego de escuchar como la bestia gruñía abalanzándose hacia ella. El dolor de tristeza en su pecho se hizo más grande, sentía ganas de llorar, sin embargo, las lágrimas no salían, su mandíbula temblaba y no dejaba de morder su labio para aguantar las ganas de llorar.

Ahora estaba en manos del enemigo, estaba perfectamente amarrada para que no vuelva a escapar, pensaba que probablemente aún no encontraron el cuerpo de Alina. Trató de mantener la calma como haría Alicia en situaciones así. No había manera de romper el cuero y las cuerdas alrededor de su cuerpo, gritar no es buena opción, trató de levantarse o al menos sentarse que fue lo único que logró.

El tren iba rápido por las vías, estaba claro que no volvería a ver a su familia ni amigos; aun así mantenía sus ideales, debía hacer algo para regresar sin que se den cuenta. Trató de quitarse los guantes de cuero negro de sus manos, pero fue en vano. Intentó cambiar la posición de sus manos atadas para tenerlas frente a sus ojos, pasó sus manos por sus muslos y de ahí a sus pies, por suerte era bastante flexible.
Utilizó sus dientes para quitarse los guantes, pero estaban sujetos a una cuerda más delgada a través de agujeros alrededor de la muñeca, estas mismas eran las que sujetaban las manos de Tsuki.

Trato de estirar las delgadas cuerdas con los dientes intentado romper los guantes, pero era imposible, el cuero era resistente. Solo tenía un As bajo la manga, el problema, es muy peligroso, podría perder la cordura. No le importó y lo intento. La técnica del aliento de hielo es algo peligroso, debido a que muchos no supieron usarlo y terminando siendo atravesados por su propio hielo, ocasionándoles una muerte cerebral; no solo eso, sino que también podría congelar algunas partes de su cerebro al intentarlo, aunque eso último le parece un tanto estúpido.

Respiró profundo y sintió como el hielo subía de su garganta a su boca, cuando estaba por soplar el aire frío acumulado la primera puerta del vagón se abrió, antes de que se abriera la segunda volvió a recortarse fingiendo estar dormida.




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