Rujarquia |#1|

Capitulo 13: Luna nueva

Los Rujarcos llevaron los cuerpos de los reclutas a sus familias, todo el reino estaba en shock, petrificados, furiosos, adoloridos…

Los entrenamientos fueron aún más pesados para los reclutas de todas las academias militares, el Rey Einar II anunció que, si las cosas no mejoran, el servicio militar será obligatorio para adolescentes partir de 13 años en adelante. Bradley estaba furioso con la noticia, no quería que las cosas llegaran a ese punto.

Después de que evacuaran a los pueblos y ciudades cercanas al límite del territorio actual del Reino, hubo una batalla nuevamente. Los miembros de la Élite del ejército, luego de su duelo volvieron al campo de batalla. No había ningún As bajo la manga esta vez, no era necesario, Kaleb no estaba presente. Así que sin dificultad alguna, Shiroi y otros militares miembros de los clanes, usaron sus poderes, cuando lograron detenerlos, el General Supremo decidió que un muro para evitar que los Norcranianos pasen por un largo tiempo.

Los miembros del clan Ziamli de tierra, levantaron los altos muros de diez y ocho metros. Probablemente los Norcranianos, encontrarían la forma de derivar esos muros para poder llevar sus tanques y armamento pesado; sin embargo no hay de qué preocuparse por eso en mucho tiempo…

Cinco años después…

Alicia caminaba por los pasillos, verificando habitación por habitación que las chicas se estén preparando, hace dos años que la Tte. Trusova decidió que ella estuviese encargada de la apariencia de sus compañeros. No había visto a Tsuki todo el día, sólo esperaba a que no llegue tarde a la graduación. Las chicas estaban listas, la rubia les pidió que fuesen afuera a esperar a los demás.
Por último debía revisar el pabellón de los hombres, antes de abrir la primera puerta deseo con todas sus fuerzas no encontrarse con una desagradable sorpresa, pues al primer que revisaría sería Vratar… o más bien Noah —Pues se habían enterado que ese era su nombre real—.

Abrió la puerta y se encontró a él abotonándose la camisa militar, se retiró sin decir nada y continuó con los demás. Al menos, Shigo, Kageshi y Yue Fei estaban  listos. Lo único que Shigo quería, era salir a buscar a Tsuki, razón por la cual se vistió antes, ni siquiera Aranen la había visto en todo el día. Si Rebecca se enterara, estaría muy preocupada y no quisieran repetir lo que pasó hace años, cuando se llevaron a Tsuki y ella casi entraba en pánico.

Ella era la que más cambios psicológicos había tenido, después de aquella vez con Kai, de ser una chica impulsiva, poco a poco se volvía fría, inexpresiva y determinada, en el fondo seguía siendo la misma y lo demostraba cuándo pasaba tiempo con Rebecca; está última también había madurado, a diferencia de Tiago que a veces aún  suele actuar como un niño, se toma algunas cosas en serio. Miraiki seguía igual, sólo que más segura de sí misma; Alicia era un poco más estricta algunas veces, era cómo otra militar de alto mando, recordándole a todos que deben evitar camina r encorvados, vestir correctamente y otras cosas más. En cuánto a Kori… hace mucho que no tiene ningún contacto con Tsuki, a veces se topaban  en los pasillos, pero no se dirigían la mirada, ella entendía por qué debía alejarse de su primo, era una de las razones por la que él se había vuelto serio, apático… ni su gemela, lo reconocía.

Tsuki ya estaba vestida desde que despertó, se había cortado el cabello hasta los hombros recientemente, se encontraba fuera de las murallas del edificio militar, en una colina observando el amanecer en aquél lugar una última vez.
Volverían a Kaiho-sha, había aprendido algunas cosas de Yue, y cuándo sus habilidades de defensa mejoraron, ella se escapaba para estar a solas un momento, lejos de los demás para pensar con claridad.
Antes de irse, recordó cuando hace años, después de que su padre se enfrentara a Kaleb, fue a verlo en la enfermería, una vez que él había despertado…

Antes de ingresar, le vino a la mente, aquella discusión que había tenido con su padre, la hacía dudar si verlo o no.

Tomó la decisión y abrió la puerta. Él se encontraba mirando la ventana, cuándo escuchó la puerta abrirse, volteó para ver a su hija, parada en el umbral de la puerta con la mano aún en la manija. Le sonrió.
Ella no pudo contener sus lágrimas y soltó la manija para ir hacia él y abrazarlo.

Feliz de que su padre esté bien.

Me alegra que estés bien, pensé que no volvería a verte —Dijo él.

—Yo también —susurró, se separó del abrazo y se limpió las lágrimas—. Tenías razón, no debí inscribirme —Shiroi estaba a punto de alegrarse—. Pero, no me voy a retirar, te vas a enojar, después de volver aquí, me prometí a mí misma que sacaría a Henry de ese lugar.

Su semblante se volvió serio. ¿Madurez militar o terquedad? Fue lo que pensó, quizás un poco de ambos, ella siempre fue así, la conoce bien y sabe que nada puede hacer que ella cambie de opinión.

—Te… —pensó bien lo que iba a decir, ella lo miró atentamente esperando a que termine la oración— Te entiendo, Tsuki. Eres igual de terca que yo —Dijo, sonriendo de lado.

Desde aquel día tuvo el apoyo total de su padre, ahora que volvería a casa después de cinco años, se pregunta: ¿Qué dirá su madre? Conociéndola, lo más probable es que Aiko llenó todas las hojas de su diario personal, o eso pensaba ella. Bajó la mirada hacia abajo al escuchar su nombre. Era Hogomi esperando a que baje, ya se le hacía tarde.

Rebecca ya notó que Tsuki no está desde hace horas, era casi medio día y aún no volvía.

— ¿Dónde está? ¡En cinco minutos llega el tren y ella decidió desaparecer justo esta mañana! —Exclamó en medio del todo el bullicio de los reclutas de último año. Volverían a Kaiho-sha para la ceremonia y todos estaban amontonados en la salida ordenadamente, esperando a que la puerta se abra para que por fin vayan a casa antes de su primera semana como militares.




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