Rulam tengo mucho que agradecerte, de no ser por ti, a saber cual hubiera sido mi destino al final, pero discúlpame el no tratarte como es debido, mañana celebraremos una gran fiesta para festejar, ahora mismo hay muchas cosas que me gustaría atender con los grandes ancianos de mi secta, puedes descansar por hoy, ten por seguro que no te tratare mal, lo que haz hecho por hoy por mi secta Montañas Rocío Celestial lo recordaremos siempre, ya hablaremos mañana y escuchare cualquier petición que tengas para este patriarca.- Moo Feng no dijo ni una sola palabra mas, sin dejar espacio a una respuesta, se dirigió a la sala de reuniones seguido de los antepasados del clan.
Rulam estaba ansioso por resolver muchas dudas a voz del patriarca Moo Feng, pero sabia que hoy no seria ese dia, el tendría que esperar al menos algunas horas mas, pero el no perdió ni un minuto de su tiempo y se recluyo en la habitación que le habían asignado en la secta, esta vez algo fue diferente, ya no estaba solo, en su puerta se encontraba una bella dama de piel blanca como la nieve, ella era sin duda una belleza entre las bellezas, una sola palabra de su boca podría causar la guerra entre las naciones, su cabello rubio y largo ondeaba al son de la brisa, y su par de ojos azules como el abismo de los mares encendía los corazones de hasta las mismas aves, en su rostro una linda sonrisa recibió a Rulam, quien a pesar de ser en realidad un hombre mayor, seguía teniendo la mente de un joven, el nunca vivió apegado a los aspectos mundanos, seguía sintiéndose nervioso ante una mujer así.
Joven maestro Rulam disculpe mi atrevimiento, mi nombre es Qin Qin, y estoy aquí para servirle en todo lo que necesite, prometo no causarle ninguna molestia.- La bella sonrisa de Qin Qin brillaba tanto como los rayos del sol.
Rulam... Rulam Adastro... deja de pensar tonterías y haz lo que debes y tienes que hacer.
Rulam tenia una voluntad inquebrantable, era muy astuto y entendía que Qin Qin era todo menos simple, seguramente había sido enviada aquí por su cautivadora belleza y carisma para seducirle, Rulam no pensaba que fuera un riesgo, el estaba a un nivel sin precedentes comparado con cualquiera en la secta Montañas Rocío Celestial, lo que le preocupaba no era su seguridad, era mas bien el crear lazos con algún enemigo o ser despreciable. Quien quiera que este detrás de Qin Qin, el quiere poner a Rulam de su lado, y no puede ser nadie mas que un antepasado de la secta, ya que solo ellos son conscientes de su talento.
Joven señorita Qin Qin, ¿quién la mando a servirme esta noche?.- Rulam fue directo, el tenia una voz amable, pero tampoco se venia sometido ante el encanto de Qin Qin, el lucho para parecer indiferente.
Joven maestro, he sido enviada aquí por el patriarca Moo Feng, así que porfavor, no dude de mi capacidad para satisfacerlo.- Al mismo tiempo el hermoso rostro de Qin Qin se puso tan rojo como un tomate, sus manos apretaban fuertemente su vestido, dejando ver un poco su voluptuoso pecho, se veía aun mas hermosa que antes, era simplemente un hada celestial.
Rulam no pudo resistirlo mas, el era presa de sus impulsos carnales, pero nadie podría criticarle, el seguía siendo virgen después de tantos años dedicando su vida al cultivo.
Joven señorita Qin Qin, cuando usted dice que me piensa satisfacer en cualquier cosa, ¿eso significa que también me complacerá durmiendo conmigo esta noche?.- Rulam también se encontraba rojo como un tomate, esta era la primera vez que pensamientos lujuriosos pasaron por su mente, el estaba cayendo ante el tremendo poder de Qin Qin, aunque por supuesto, este poder era uno muy peculiar.
Joven maestro, esta discípula cumplirá su palabra y seguirá al pie de la letra las ordenes del patriarca, esta discípula seria incapaz de desobedecer al patriarca Moo Feng, mi lealtad esta con la secta y si para satisfacerlo esta joven señorita debe dormir con usted esta noche, sin duda lo hare sin ninguna objeción.- Qin Qin parecía muy determinante, ella era una discípula fiel a las ordenes de Moo Feng y sin duda confiaba ciegamente en el.
Rulam se volvió a relajar por un momento y entendió el escenario por completo, Moo Feng la había elegido no solo por su belleza, si no también por su lealtad y seguramente talento, ella podrá tener un gran futuro si se convierte en la primer esposa de alguien como el, un joven no mayor a veinte años que ya pose el nivel de un gran maestro de grado terrenal, sin duda esta unión seria una gran fortuna para su secta.