Bajé de la azotea furiosa esperando llegar antes a la sala de espera que nos "tortolitos" que acababan de llegar.
-B, B, ¡Bianca espera!- Noah venía a mis espaldas intentando alcanzarme pero yo era más rápida.
-No voy a hacer ningún escándalo Noah, solamente no puedo permitir que esos doble cara estén aquí- le dije sin voltear a ver hacia atrás, enfocada en mi camino.
-Solo quería decir que es más rápido bajar por el ascensor, pero si eso quieres- paré en seco ante las palabras de Noah haciéndolo chocar contra mi.
Lo miré a los ojos unos momentos y justo cuando empezaba a intentar disculparse lo tomé de las mejillas y le planté un pico sonriéndole.
Tomamos es ascensor hasta la sala de espera y cuando llegamos ellos aún no estaban ahí.
Busqué con la mirada a Chloe y a Renné pero al único que ví fue a este último.
Me acerqué a él y a Sam, los cuales al verme se pusieron en pie.
-Antes de nada, Raven y Taylor vienen para acá- dije interrumpiendo a Sam que era la que iba a hablar.
-¿Y que creen que vienen a hacer esos dos aquí?- dijo Sam extrañada. Supuse que ya le habían contado toda la historia.
-Para tu información es nuestra amiga y la vinimos a visitar y no eres quien para sacarnos de aquí pues nunca te hemos visto- dijo Raven con un tono altanero a espaldas de Samantha, a quien no había conocido.
Sam giró sobre sus talones quedando cara a cara con la rubia.
-Y para tu información yo soy la hermana de Helena, deberías de manejar con más cuidado esa lengua llena de veneno- le dijo Sam viéndola de arriba a abajo.
Raven tragó grueso e intentó hablar pero Sam la cortó de inmediato.
-Les recomiendo que salgan de aquí de una buena vez, y que tengan algo de decencia y no se vuelvan a llamar a si mismos amigos de Helena- sentenció Sam muy seria antes de volverse y tomarme del brazo alejándome de ellos.
-Bianca te tengo que contar algo- empezó a hablar Sam cuando ya estábamos un poco alejadas.
-¿Pasó algo con Lena?- volví a concentrarme en lo que realmente importaba.
-Si y no, el doctor dice que está bien, pero que puede tener lagunas mentales. ¿Tienes fotografías con ella a la mano?- Sam me veía algo nerviosa, como rogando que mi respuesta fuera si.
-Si, siempre llevo algunas conmigo en mi cartera- le respondí bastante tranquila.
-Bien así será de las primeras cosas que vea al despertar y en caso de que sea muy grave la laguna puede utilizarlo como recurso memo técnico- continuó Sam con su explicación ahora un poco más tranquila. -Ya están habilitadas las visitas pero...- no la dejé terminar. En cuanto escuché "visitas" salí disparada hacia la habitación de Helena.
Cuando llegué frente a la puerta respiré profundo y empujé suavemente la puerta, sin embargo antes de entrar noté una voz en el interior, era Chloe.
-Sé que eres fuerte Lena y de que vas a salir de esto- hablaba con la voz quebrada entre sollozos -sé que eres demasiado terca como para rendirte y sé que nunca dejarías a Bianca sola- sus palabras hicieron un nudo en la garganta.
Sabía que debía dejarlas solas pero simplemente estaba de piedra.
-Sé que fallé, y sé que lo hice muchas veces, sé que rompí tu corazón pero cariño te juro que también rompía el mío- nunca en mi vida había escuchado a Chloe de esa manera.
Conozco a Chloe desde hace mucho tiempo, ya que es hija de uno de los compañeros de mi padre y desde que la conozco he notado que realmente cuesta sacarle lo que sentía, y cuesta aún más verla llorar, sin embargo desde que conoció a Helena todo ha cambiado.
-Pero créeme que no hay nada en el mundo que no sea capaz de de hacer por ti Helena- cada vez sonaba un poco más desesperada - antes de que llegaras a mi vida estaba rota, estaba simplemente mal. Le diste color a mi mundo, le diste calor a mi alma, por ti soy una mejor persona Helena, no puedo imaginar un mundo en el que no estás- su tono empezó a disminuir de volumen pero a aumentar en dolor.
Cubrí mi boca con mi mano, intentando que ningún sonido escapara de mi boca.
-No sabes lo que se siente verte llorar, no sabes lo que se siente enamorarse de ti, no sabes lo que se siente perderte, no sabes como duele no escuchar tu voz- Chloe hablaba casi en un susurro, pero lo suficientemente fuerte como para que yo lo escuchara -Nunca creí que el amor existiera, nunca me creí adecuada para nadie, me creí muy fría y muy rota, hasta que llegaste tu y me regalaste el cielo en un beso... no dejes que eso se vaya cariño, no ahora que quiero devolverte todo lo que me diste un día- dicho esto empezó a ahogar sus sollozos sobre la camilla de Helena.
Di dos pasos atrás sin hacer ruido. Estaba boquiabierta y una lágrima resbalaba por mi mejilla.
En un cierto modo sentía lo que sentía Chloe, claro que para mi era una hermana y no el amor de mi vida.
Pero ese dolor que sentía Chloe lo podía entender a la perfección.
Me quedé unos pasos atrás apoyada en la pared, esperando que Chloe saliera. Miles de pensamientos pasaban por mi mente. Miles de dudas, miles de miedos.