Rumores

Capítulo 3

Sabana

—Así se vista de monja, no dejará de ser una zorra —murmura una chica cuando paso a su lado.

Observó mi ropa. Simplemente llevo un pantalón, unas botas más arriba de los tobillos y una camisa corta manga larga. No estoy ni cerca de parecer una monja.

Cada día que pasa los insultos se vuelven más infantiles. Continuó caminando con la frente en alto, fingiendo que en ningún momento sus comentarios han podido afectarme.

Aún recuerdo esos gloriosos meses en que mi pasado no me atormentaba, en que nadie del campus sabía los errores que había cometido. Cuando aquellos rumores habían quedado en la preparatoria y en el momento en que me gradué habían dejado de tener importancia.

Pero todo lo bueno termina y eso no fue la excepción. Un día apareció el idiota de Aiden con su zorra a arruinar mi vida una vez más.

Divulgando mis antiguas acciones por todas partes, contando como si fuera un espectáculo todo lo que había hecho. Logrando que la comunidad estudiantil no parará de insultarme.

Creando rumores falsos de cosas que nunca hice. Todos los chicos a los que había rechazado comenzaron a mentir diciendo que era una zorra que se había acostado con todos ellos, haciendo que todas las mujeres me tuvieran resentimiento.

Han pasado 2 años de eso, y nada es diferente. Las chicas siguen mirándome como si fuera una prostituta o una amenaza, mientras los chicos me miran como si fuera un objeto o un simple hueco en que pueden ingresar.

—¡Sabana! —gritan a mis espaldas. Volteo preparada para poner en su lugar a cualquier imbécil pero no será necesario. 

Benjamín trota hacia mí sosteniendo su mochila en su hombro.

Quizás si hay algo diferente.

—¡Hola! —exclamó feliz arrojandome a sus brazos cuando está frente a mí.

¿Qué rumores comenzarán a circular sobre él solo por abrazarme? Ya debe de tener suficiente con lo que dicen por el simple hecho de tomar mi mano. Me alivia que nadie haya visto nuestros besos furtivos, esos instantes que solo nos pertenecen.

Intento separarme pero me abraza con más fuerza impidiendo que lo suelte.

—No tienes porqué alejarte —susurra en mi oreja mandando un cosquilleo a todo mi cuerpo —No me importa lo que está gente sin vida social pueda decir de mi luego. Solo quiero abrazarte un poco más —vuelvo abrazarlo. Mi corazón late de manera acelerada.

Esto es muy bueno para ser real ¿Quién querría tener algo con alguien como yo? ¿Quién le presentaría a sus padres a una mujer que tiene fama de ser fácil? ¿Por qué Benjamín me escogería a mí?.

—¿Qué quieres de mí, Benjamín? —parpadeo dispersando las lágrimas que amenazan con salir.

Cuando estoy junto a él, vuelvo hacer aquella niña de 7 años, igual de inocente y vulnerable.

—Todo —coloca sus manos en mis mejillas mirando fijamente mis ojos —Quiero todo de ti, Sabana. No sólo lo bueno, también aceptaré lo malo. Porque sin importar lo que hayas hecho, esos errores no te definen —besa mi frente haciendo que una lágrima resbale por mi mejilla.

Los espectadores que antes estaban circulando por el pasillo han desaparecido, solo somos nosotros, sin nadie más. Me encanta.

—Ven, tengo algo que mostrarte —toma mi mano y comenzamos a caminar hacia el jardín oeste.

—¿A dónde vamos? —una sonrisa adorna mis labios.

—Tengo una sorpresa para ti —me sonríe de vuelta.

Nos detenemos frente a un invernadero que no había visto nunca.

—¿Cómo encontraste este invernadero?.

—Por pura casualidad. Me perdí de camino a los dormitorios ayer y lo encontré —saca una llave de su bolsillo —Le pregunté al director está mañana, me dijo que sólo lo usan para eventos importantes y me preguntó si podía ayudar a cuidarlo. Le respondí que si y me dio una de las llaves para entrar —se voltea a mirarme —Aquí es donde tendremos nuestra primera cita —abre las puertas.

—No pensabas siquiera preguntarme antes de traerme aquí —digo entrando.

—Lo iba hacer, pero cuando te lanzaste abrazarme fue la respuesta a esa pregunta que no te había formulado.

—Lo tomaste por sentado —concluyó.

—En efecto. Pero por tu mirada puedo notar que estás encantada de haber venido —asegura mientras caminamos.

Llegamos a un espacioso lugar en donde supongo que se llevan a cabo esos eventos. Todo es sumamente hermoso, el atardecer combinado con el color de las flores hacen un paisaje espectacular. No puedo evitar sonreír.

 

—Espero que te guste —comenta Benjamín a mis espaldas. Volteo lentamente encontrándome con un picnic algo improvisado. 

Es perfecto.

Sonrió sinceramente al verlo. 

—¿Desde cuándo tenías planeado esto? —me siento sobre la manta.

—Cuando pase por aquí y lo vi a través de la ventana, lo primero que vino a mi mente es que iba a gustarte —saca unos sándwiches de su mochila. Me extiende uno. 

Comenzamos a comer en silencio. Hacía tiempo que no tenía compartía una comida con alguien que no fuera mi madre.

Desde que volví a ver Benjamín mi vida a sido menos triste. Ya no siento que sea una persona solitaria.

¿Qué hubiera pasado si él no se hubiera mudado hace años? ¿Estaríamos juntos? ¿Todo hubiera terminado del mismo modo? ¿Mi vida sería mucho más feliz?.

Son preguntas que nunca podré responder, no hay ningún modo de que pueda corregir aquellos errores. Sin importar que haya sucedido estoy segura que no merezco esto, no merezco tener una tortura interminable en que mi pasado sigue siendo parte de mi presente.

Quizás él tenga curiosidad sobre todo lo que ha escuchado de mí ¿Debería contarle?.

—Ben —captó su atención —¿No tienes curiosidad alguna sobre los rumores que hay de mi?.

—La última vez que tocamos el tema, me dijiste que la mayoría eran ciertos ¿Por qué tendría que saber más? No es que eso vaya a cambiar la opinión que tengo sobre ti.



#25092 en Novela romántica
#15592 en Otros
#2442 en Humor

En el texto hay: secretos, superacin personal, amorjoven

Editado: 28.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.