Rumores

Capítulo 4

Benjamín-

"... ¿Te quedarás junto a ella después de saberlo?"

La voz de Megan resonó en mi mente luego de escuchar a Sabana confesar uno de sus secretos.

A pesar de estar más que consciente que Sabana tenía un oscuro pasado, nunca estuve mentalmente preparado para escuchar eso salir de sus labios.

Oír a esa niña de la que te enamoraste, ahora convertida en una mujer de quién seguramente sigues enamorado, decir que tuvo sexo con desconocido no solo por dinero, si no porque quiso, es lo peor que puedo haberme dicho alguien.

Mentiría si dijera que no me sentí decepcionado, que una parte de mi quiso levantarse e irse de ahí para gritar a todo pulmón y pensar en qué haría o como podría mirarla de la misma manera después de ello.

Pero segundos después me di cuenta que no podía hacerlo. Esa equivocación había definido un antes y un después en su vida, había ayudado a convertirla en quién es hoy ¿Por qué iba a condenarla por ello? Yo tampoco soy perfecto, puede que mis errores sean aceptables comparados con los suyos, pero a mí también me marcaron convirtiéndome en quién soy hoy.

No estoy seguro de poder reaccionar de la misma manera cuando termine de desentrañar el pasado de Sabana, pero por ahora escogí quedarme a su lado. Y estoy seguro que a medida que pase el tiempo me iré enamorando cada vez más de ella, de su inmensa fortaleza a pesar de no sentir más que miedo.

Estoy seguro que cuando termine de descubrir la verdad, solo podrán suceder dos cosas. Me voy a enamorar más de esa valiente mujer que ha enfrentado todos sus demonios sin ayuda de nadie, o me alejaré de su lado de manera definitiva por no poder soportar todo el peso de la verdad.

Pasó las manos por mi rostro.

—¿Te encuentras bien? —pregunta mi madre mirándome desde la cocina.

—Si, solo estaba perdido en mis pensamientos.

—Últimamente has estado muy distraído. ¿Acaso conociste a un chica especial? —me sonríe.

—Podría decirse que sí —mi madre se sienta rápidamente junto a mí.

—Cuéntame todo, ¿Cómo se llama?, ¿Cómo es?, ¿Cómo te cautivo? —se emociona. Sonrió.

—Es Sabana Reynolds ¿La recuerdas? —su sonrisa se desvanece.

—Claro que la recuerdo —responde distante.

—¿Sucede algo?.

—No, solo recordé algunas cosas que dijeron unas señoras en el club sobre ella. Aunque me negué rotundamente a creerles, no he podido sacarlo de mi mente.

—Mamá ¿El pasado de una persona podría hacer que te decepciones o alejes?.

—Claro que sí, hijo. En ese momento es que comienzas a debatir si quieres permanecer a su lado, pero cuando amas realmente a alguien, aceptas su pasado junto con sus errores y defectos —toma mi mano —. Eres muy joven, ustedes creen que cuando te enamoras de verdad no existe obstáculos, errores o circunstancias que hagan desaparecer lo que sientes. Cuando el amor es aceptar a una persona por lo que es, y crecer juntos como persona.

Acaricia mi mejilla haciéndome sonreír.

—Aún eres joven, mejor toma las cosas con calma, el tiempo dirá si lo que sientes es tan genuino como para luchar contra la adversidad.

—Si, solo necesitaba hablar con alguien —confieso.

—Sinceramente nunca espere que hablarás de algo así conmigo, pensé que llegarías un día diciéndome que te casaste, sin previo aviso —voltea verme —. Me alegra que hayas hablado conmigo.

—A mí también, sabes que valoro mucho tus consejos —nos sonreímos —Tengo que irme —me levanto de la mesa.

—¿A dónde vas?.

—Sabana me invitó a su casa —sonrió.

—Espero que lleves condones, no planeo ser abuela tan pronto.

—¿En serio, mamá? Voy a ver a su madre, no a procrear un nieto para ti.

—No digo que no lo quiera, solo que por ahora no. Aún soy un poco joven para ser abuela, y tú para ser padre. Aunque no me molestaría cuidar a un bebé que sea tierno y hermoso.

—Basta. Si sigues diciendo esas cosas vas a emocionarte.

—Creo que ya me emocioné, mejor vete antes que siga pensando en cosas sin sentido.

—Adiós, mamá. Te amo.

—También te amo. Avísame cuando llegues a su casa porque sabes que me preocupo.

—Está bien —salgo de la casa.

 

 

 

 

 

 

—Mamá, él es Benjamín —su madre me envuelve en un corto abrazo.

El parecido entre ellas es increíble.

—Está mucho más guapo de lo que mencionaste —comenta haciendo que Sabana se sonroje.

—¿Le has hablado de mí? —sonrió pícaramente.

—No.

—Claro que sí, no deja de hablar sobre ti —confiesa su madre —Desde el día en que volviste no ha hablado de otra cosa —Sabana la mira con los ojos abiertos haciéndome reír. 

—¿Cómo ha estado, Señora Clarissa? —desvió el tema sonriendo.

—Muy bien, con altas y bajas como cualquiera pero bien. Y llámame Clarissa —me sonríe.

—Me alegra escuchar eso. Tienen un muy bonito apartamento.

—Gracias, Sabana y yo lo decoramos —me indica que me siente —¿Cómo ha estado, Linda?.

—También está bien. Nos acabamos de mudar a la cuidad por ello no ha terminado de desempacar y quiere decorar toda la casa.

—Dile que si necesita ayuda, estoy disponible. Toma —me da una tarjeta de presentación —Es mi número personal.

—Le haré llegar su mensaje

—Sabana, hija ¿Por qué estás tan callada?.

—No quiero interrumpir su conversación.

—Tranquila, entiendo que es la hora de irme. Pueden pasar al cuarto de Sabana pero mantengan la puerta abierta.

—¡Mamá! —exclama totalmente sonrojada haciéndome reír. 

—Está bien, Clarissa. No tiene de que preocuparse —le sonrió. Ella entra a su habitación.

Tomo mi teléfono y le envío un mensaje a mi mamá diciéndole que estoy en casa de Sabana.

Tengo 21 años pero a los ojos de mi madre siempre seré su niño. 



#25164 en Novela romántica
#15608 en Otros
#2446 en Humor

En el texto hay: secretos, superacin personal, amorjoven

Editado: 28.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.