Rumores

Capítulo 6 (Parte 3)

Benjamín-

—¿Qué tal luzco? —le pregunto a Ian cuando salgo del baño.

—Luces hermoso, te seguro que si no me encantarán las mujeres serías mi primera opción.

—No se si sentirme halagado o desconfiado. Recuérdame no estar cerca de ti cuando estés borracho —se ríe de mí comentario. Abotono el último botón de mi camisa —Que bueno que se me ocurrió aquella brillante idea de dejar ropa en tu casa.

—Al igual que yo tengo ropa en la tuya, así podemos estar preparados por si se presenta una fiesta de emergencia. Como dicen, hombre precavido vale por dos.

—La cena está casi lista, solo falta de Sabana y Megan terminen de arreglarse —anuncia Clarissa apareciendo en la sala.

—¿Quiere que la ayude a servir la comida? —se ofrece Ian.

—Ian desde que llegaste no haz hecho más que ofrecerte para ayudar, primero con hacer la cena, arreglar la mesa, preparar las bebidas y ahora esto. Eres muy dulce, pero tengo todo listo, de igual manera gracias por ofrecerte —le sonríe.

—Está bien, señora Clarissa. La próxima vez que venga si la ayudaré en algo —dice haciéndola sonreír.

—Ya lo veremos.

El sonido de la puerta abriéndose interrumpe su conversación. Megan sale de esta luciendo un vestido ceñido al cuerpo color gris.

—¿Qué tal luzco? —pregunta apenas sale. Sonrió porque eso fue justo lo que yo dije.

—Por esto me encantan las mujeres, por mujeres como Megan —dice mirándome.

—Tranquilo, no tienes que explicar nada. No me había hecho ilusiones de que sintieras algo por mí —finjo tristeza. Clarissa y Megan nos miran sin entender.

—¿Ahora también voy a tener que estar celosa cuando estés con Benjamín? —Megan finge estar ofendida.

—Lamento decirte que yo llegue antes a su vida, así que soy el dueño de su corazón —contraatacó. Ella mira a Ian y este asiente.

—Lo siento cielo, pero es la verdad. Mi corazón tiene el nombre de Benjamín tatuado —coloca la mano justo sobre su corazón mientras asiente.

—Es tan patético que perdí contra Benjamín —Megan se sienta junto a Ian en el sillón —Aunque debo admitir que luces bien con esa ropa —me guiña un ojo —Creo que hasta yo dejaría a Ian por ti.

—Eso dolió —Megan y yo reímos —Podrá haber sido una broma pero dolió. No saben lo que se siente ser el mejor amigo del chico guapo.

—No exageres corazón, tu también eres muy guapo —Megan besa su mejilla.

—Mientras tú creas eso, los demás no importan.

—¡Awww! —decimos Megan y yo al mismo tiempo.

—Eso fue tan tierno —asegura Clarissa.

—Mejor hablemos de otra cosa —corta Ian con las mejillas sonrojadas —¿En dónde está Sabana?.

Miramos todos hacía la puerta de su habitación.

—Terminando de arreglar su maquillaje —asegura Megan.

Camino hacia su habitación, me detengo en el umbral de la puerta. La encuentro dándome la espalda frente al espejo. Lleva puesto un pantalón blanco, unas botas negras que le llegan hasta las rodillas y una camisa manga larga negra.

—Amor ¿Estás lista?.

—Solo me falta terminar de delinear un ojo —responde sin siquiera mirarme.

—¿Aún no te arrepientes de ir a esa fiesta?.

—No, en cambio estoy muy emocionada. Megan no paraba de hablar de lo fabulosa que será —se voltea mostrándome el leve escote de su camisa.

Luce increíblemente hermosa. Nadie en esa fiesta podrá quitarle los ojos de encima, en realidad eso no es un problema, porque entre todos ellos me escogió a mí.

Saco el teléfono de mi bolsillo y le tomo una foto.

—¿Me tomaste una foto? —pregunta sonriendo. Tomo otra.

—Si, ya que estás vestida no hace falta una foto mental. Sin embargo, en algún momento no necesitaré esa foto mental, porque te tendré sin restricciones.

—Me tienes sin restricciones. Solo que no te había dicho antes porque tienes una mente muy lasciva —rió.

—Vamos, Clarissa va a servir la cena y luego no iremos —extiendo mi mano hacia ella.

—¿Crees ir a esa fiesta es lo correcto? Dije que estaba bien con eso, y lo estoy, pero no quiero seguir siendo discriminada.

—Tranquila todo saldrá bien. Y de no ser así, si alguno de esos idiotas dice algo sobre ti te aseguro que voy a golpearlo y los rumores que habrán serán sobre mí y no sobre ti —coloco mi otra mano sobre su mejilla y la miro directamente a los ojos —Eres exageradamente hermosa, eres un jodido ángel caído y aún así me has escogido a mí para acompañarte.

Me dedica una sonrisa sincera mientras toma mi mano.

—¡Hey, Tórtolos! Vengan a cenar —grita Ian desde la cocina.

—¡Ya vamos! —respondo de vuelta.

Comienzo a caminar hacia la puerta cuando Sabana tira de mi mano.

—¿Qué pasa?.

—Hay una cosa más que quiero hacer antes de irnos.

—¿Qué sería eso? —la miro con confusión.

Ella se acerca con una sonrisa, coloca sus manos en mi mejillas y me besa tomándome por sorpresa.

Se separa unos segundos después para susurrar:

—Te quiero. Te quiero muchísimo.

Siento el sonrojo expandirse por mis mejillas a lo hace que ella ensanche su sonrisa, y sin perder más tiempo vuelve a besarme.

 

 

 

 

—Siento decirte esto, pero eres el conductor designado Benjamín —dice Ian entregándome sus llaves.

—¿Cómo puede decidirse algo así de importante con un simple juego de piedra, papel o tijeras? —reprochó.

—Eso mismo le dije cuando fuimos a la fiesta anterior —me apoya Megan.

—Como mínimo deberían ser 3 intentos, para confirmar quién será el ganador. Elegir basados en un solo intento, es un fraude —me cruzo de brazos.

—Lo siento amigo, pero esas son las reglas, cómo nadie quiere ser el conductor designado hay un solo intento. A demás, el destino eligió que fueras tú, así que disfrútalo —Ian toca mi hombro mientras exagera la última palabra.



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En el texto hay: secretos, superacin personal, amorjoven

Editado: 28.04.2024

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