Rumores

Capítulo 10

Benjamín-

—¿Estás seguro de lo que piensas hacer? —cuestiona Ian.

—¿Cuándo no ha funcionado uno de mis planes? Tu tranquilo, estoy muy seguro de lo que voy hacer —digo confiado.

—Estás consciente de que puede ser muy vergonzoso, todo la universidad va a verte y nada te certifica que vaya aceptarte.

—¡Claro que va aceptarme! Soy su novio ¿Lo olvidas? —suspiro cansado —. ¿Estás consciente de la estupidez que acabas de decir?.

—Si, lo sé —sacude la mano —. Es que me pone los nervios de punta solo pensarlo, sabes que soy muy reversado.

—¿Cómo le propusiste a Megan ser tu novia?.

—Un día después de clases, no podía decir una oración coherente porque se me enredaba la lengua —sonríe —. Aún así, ella sonrió y acepto —suspira —. Tienes razón, creo que voy a intentarlo.

—Eso me alegra, aunque no lo creas Megan es muy romántica, así que te recomiendo regalarle algo que tenga un corazón, lo amará —digo seguro.

—Lo sé, voy a pedirle ayuda a Sabana, espero que no te importe —niego con la cabeza —. Así podría darme ideas porque no sé qué hacer, estoy un poco nervioso.

Le sonrió. Es la primera vez que lo veo así, apuesto cualquier cosa a que me veo del mismo modo cuando hablo de Sabana.

Par de tontos enamorados.

—¡Siguiente! —levanta la voz la chica y caminamos hacia la mesa dónde está —. ¿En qué puedo ayudarles?.

—Queremos encargar una rosa y proponer a una chica al concurso —Ian asiente.

—De acuerdo, pueden escoger la rosa que desean aquí —nos extiende un catálogo —. Y llenar este formulario para que concurse —Ian lo toma — ¿No quieres uno? —pregunta en mi dirección.

—No, lo más probable es que mi novia ya esté participando —continuó mirando el catálogo.

—¿Puedes decirme su nombre? Para confirmar.

—Sabana Reynolds.

—Tienes razón, ella ya está concursando y no tengo necesidad de leer la lista para saberlo —confirma —. Todos los años participa.

—Eso me han dicho —agregó por cortesía.

Pasó las páginas viendo todo tipo de colores y de arreglos de rosas, pero ninguno alcanza a convencerme. Necesita ser llamativa, única e innegablemente hermosa, igual que Sabana.

—¿Específicamente tiene que ser una de las rosas que sale aquí?.

—No, puedes escoger una aparte pero sale un poco más costoso que las de aquí —explica.

—El dinero no es problema —digo sin intentar sonar pretencioso. Saco mi teléfono y le muestro una foto —. Quiero está, ¿No hay problema?.

Ella observa la imagen y anota algo en un cuaderno.

—No, no lo hay. Aunque esa en específico es la más difícil de conseguir, pero haré todo lo posible —asegura. Le sonrió.

—Perfecto. ¿Cuánto es?.

—En total serían 50 dólares —Ian suelta un bufido —. Te advertí que era más costoso.

—¿Una sola flor cuesta eso? —cuestiona Ian, ella asiente —El amor es costoso —comenta haciéndome reír.

Saco mi billetera y le extiendo el billete.

—Me prometes que harás hasta lo imposible por traer esa flor —la miro suplicante, ella sonríe.

—Lo prometo. No pienso dejar un corazón sin una rosa —Recita el lema del festival.

—Confiaré en ti —asiento.

—Es evidente que quieres regalarle exactamente esa rosa.

—Es que es tan única como ella —sonrió.

 

 

 

 

 

—¿Cómo hiciste para deshacerte de Megan de forma sutil? —pregunto buscando su cabellera oscura entre la multitud.

—Le dije que tendríamos una tarde de hombres —lo miro. ¿En serio? —. Fue lo primero que se me ocurrió, entre en pánico.

—¿Cómo entras en pánico solo por una excusa?.

—¡No puedo mentirle a Megan! Y menos cuando me mira con la seguridad que lo hace —pone cara de perrito regañado.

—Lo más seguro es que no te haya creído pero te otorgó el beneficio de la duda. Además ¿Qué cosa mala puedes hacer? Conociéndote, está segura de que no será nada malo.

—Eso espero. No quiero perderla, y menos cuando estoy planeando una sorpresa para ella.

Sonrió. Si, somos un par de tontos enamorados.

—Tranquilo, todo está bien... —capta mi atención la cabellera oscura que buscaba —. ¡Ahí está Sabana! —exclamó con más emoción de que pude controlar. Ian me mira burlón —. No me mires así, que estamos igual.

—No he dicho nada —levanta las manos fingiendo inocencia.

—Cállate —camino hacia ella.

Está hablando con una chica, ambas están sonriendo y conversando amigablemente. Desde que llegué aquí, es la primera vez que la veo entablar una conversación con alguien aparte de Megan e Ian.

¡Eso es un gran avance!.

—¡Gracias por tu ayuda! De no ser por ti habría fracasado en el examen —le sonríe.

—No tienes que agradecerme —Sabana sacude la mano.

—Déjame traerte una obsequió la próxima clase, cómo muestra de agradecimiento —la chica se percata de mi presencia. Sabana voltea en mi dirección y me sonríe, no puedo evitar dedicarle una sonrisa —. Entonces me despido, hasta la próxima clase Sabana.

—Adiós Jane —se despide sonriendo. La chica, ahora llamada Jane, camina en sentido contrario a nosotros.

—¿Qué haces aquí? ¿Planeas que salgamos? —dice coqueta.

—Algo así —dejo a Ian explicar el plan.

—Necesito tu ayuda —es lo primero que dice. Sabana lo mira expectante —. Quiero comprarle un obsequio a Megan por el festival pero necesito una opinión femenina —explica con las mejillas levemente sonrojadas. La expresión de Sabana cambia a ternura.

—¡Por supuesto! Cuenta conmigo —toma mi brazo —, con nosotros —sonrió en apoyo.

Ian nos sonríe pero se abstiene a decir algo más. Es un momento muy sentimental hasta para dos mejores amigos.

—Entonces vamos, las mujeres son muy indecisas y mientras más pronto lleguemos podremos ver más tiendas —digo caminando, ellos me siguen.



#25101 en Novela romántica
#15595 en Otros
#2443 en Humor

En el texto hay: secretos, superacin personal, amorjoven

Editado: 28.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.