Rumores

Capítulo 18

Benjamín-

—Buenos días, Clariss... —me detengo en seco —. Disculpa, pero ¿Qué haces aquí? —me dirijo al hombre sin camisa sentado en la encimera.

Me mira confundido. 

Por supuesto que no está tan confundido como yo, no es normal despertar y ver a un extraño con el dorso desnudo en la cocina de tu novia.

Me preparo mentalmente para atacarlo de ser necesario.

—Puedo explicarlo —levanta las manos y camina lento hacia mí.

—Soy todo oídos —respondo atento de cada uno de sus movimientos.

El desconocido abre y cierra la boca incontables veces. Él hombre no sabe que decirme, lo que es un poco sospechoso.

—¿Podrías decirme que haces aquí antes de que se acabe mi paciencia? No soy un tipo tranquilo, pero le prometí a alguien especial que evitaría involucrarme en peleas, pero no me lo estás haciendo sencillo —doy pasos firmes hasta él. 

Es de mi tamaño, por lo cual no me intimida. Me abruma es el hecho de que estuvo sentado despreocupadamente desayunando en casa de Sabana sin alguna invitación, ese es el motivo de que quiera darle una paliza.

—Te lo preguntaré solo una vez más, ¿Quién eres y que haces aquí? —repito lo más amenazante posible.

El sonido de unas llaves capta su atención. 

Clarissa entra con unas bolsas en las manos, el sujeto tiene intenciones de caminar hacia ella.

Lo empujó hacia la pared, coloco mi antebrazo en su garganta evitando que haga algún movimiento.

—¡Ben! —Clarissa suelta las bolsas y camina rápidamente hacia nosotros. 

No volteo a verla, no quito la mirada del sujeto.

—Ben, ¿Qué estás haciendo? —su voz destella preocupación, pero hay algo más en ella.

—Lo encontré comiendo cómodamente en tu casa. Parecía muy familiarizado con todo en realidad.

Me fijo a mirarla por primera vez desde que entró.

Le dedica muchos vistazos al supuesto extraño.

Miro a ambos con la ceja levantada. 

—¿Estás saliendo con él? —pregunto casualmente sin quitar el brazo de su cuello.

Clarissa se sonroja como una colegiala mientras asiente.

Por un instante me recordó a Sabana.

Bajo el hombro lentamente sin despegarle la mirada, el tipo se soba el cuello repetidas veces.

—Eres rápido, no note tus intenciones hasta que estaba acorralado.

—¿Eres boxeador acaso? —digo sarcástico.

—No, soy policía.

—Ahora si me siento halagado.

Sonríe.

—¿También eras tú quien estaba en la habitación de Clarissa anoche?.

Ayudo a Clarissa a levantar las bolsas del suelo.

—¡Ben! —exclama Clarissa avergonzada.

—¿Cómo sabes eso? —indaga el oficial con una sonrisa.

—Me pareció escuchar unos pasos, pero se detuvieron tan repentinamente como aparecieron.

Dejo las bolsas en la encimera.

—Me llamo Luke —extiende su mano hacia mi.

—Benjamín —la sujeto.

—Es un placer conocer al hijo de Clarissa, aunque fuera en esta situación.

—¿Al qué? —miro a mi supuesta madre en busca de respuesta.

Ella pide perdón con la mirada.

¿Qué sucede aquí?.

—Clarissa me mencionó que tenía hijos, pero nunca me dijo si era niño o niña, ni siquiera mencionó su edad. Me sorprende ver qué ya eres todo un hombre.

—Disculpa, pero es un malentendido. Le tengo muchísimo aprecio a Clarissa pero no soy su hijo.

—Entonces, ¿Quién eres? —pregunta con recelo.

—Es el novio de mi hija —responde por mí. Luke la mira sorprendido —. Tengo una hija, de la misma edad de Ben —pone sus bolsas junto a las mías —. No la había mencionado porque no me parecía necesario, no ibas a conocerla porque ella se despierta realmente tarde, en cambio Ben, es tan madrugador como un hombre de mediana edad y olvide ese detalle cuando te invite a desayunar está mañana.

Luke procesa todo lo que Clarissa acaba de decir.

Parece que Sabana no es la única con inseguridades en su familia. No debe ser sencillo tener una nueva relación arrastrando las fallas de la anterior.

—Me gustaría conocerla algún día...

—Lo consideraré —responde enseguida —. Me parece que es mejor que te vayas, deberías ir a trabajar y Ben tiene que desayunar porque será un día agotador —se remueve incómoda.

Luke frunce el ceño mientras busca sus cosas en el sillón.

Se coloca su camisa, le echa una mirada rápida a Clarissa antes de dirigirse a mí.

—Fue un gusto conocerte, Benjamín —extiende de nuevo su mano hacia mí.

—El gusto fue mío —le doy un apretón.

—Hablamos luego, Clarissa —besa su cabeza.

Da una última mirada al departamento y sale de él sin dejar rastro.

Al escucharlo salir suelta un suspiro de alivio.

Admito que la tensión se fue junto con él pero sentirse aliviado porque tú pareja acaba de salir de la escena no debe ser nada bueno. Sin embargo no la voy a presionar, no me incumbe, aunque me esté carcomiendo la curiosidad.

—¿Quieres desayunar algo? —intento romper el hielo.

—Ya comí, gracias. Y tú desayuno está en la estufa.

Me dirijo a ella actuando lo más natural posible. No es que me haya causado sorpresa y confusión el hecho de que un hombre semi desnudo estuviera en la cocina, él cuál resulta ser novio a escondidas de Clarissa y que técnicamente lo corrió de su casa para no involucrarlo en su vida. 

Ese hombre está muy comprometido con su relación con Clarissa y ella es quien no para de alejarlo, juzgando por la primera impresión.

—¿Qué te pareció Luke?.

Coloco mi porción en un plato.

—Parece un buen tipo, además es policía. Wow, ese era mi sueño cuando era niño —digo intentado sonar natural.

—¿Eso es lo que piensas realmente?.

Doy un bocado de comida.

—Si, ¿Por qué respondería eso de no ser así?.

—Porqué no suenas muy convencido.

Revuelvo mi comida intento no decir algo impertinente.



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En el texto hay: secretos, superacin personal, amorjoven

Editado: 28.04.2024

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