Rumores

Capítulo 20

Benjamín-

—¿Segura que quieres acompañarme a la universidad? —asiente saboreando su pastel —. Sólo dejaré unos papeles en administración y me iré, serán unos minutos.

—No me importa —sube los hombros —. Estuviste ocupado todos estos días recopilando los documentos para la graduación, quiero pasar cada segundo contigo —toma mi mano sobre la mesa.
Sabana me sonríe y el cansancio disminuye.

La presionó devolviéndole la sonrisa.

—Olvide de agradecerte por la ayuda, de no ser por ti aún estaría buscando dónde conseguir la documentación.

—No es nada —sacude su otra mano restándole importancia -, hice todo ese proceso antes de empezar el semestre para no tener que hacerlo a estas alturas. 

—Gracias a tu eficiencia podré graduarme.

—No exageres, corazón —se sonroja levemente.
—No estoy exagerando.

—¡Claro que sí!. Te amo, y te ayudaré en todo lo que me sea posible —sonrió como idiota —. Además, estamos aquí para celebrar tu logro.

—Entregar los papeles no es precisamente un logro —saboreo un pedazo de pastel.

—Quiero celebrar todos tus logros, incluso los que te parezcan pequeños e insignificantes, porque ese minúsculo pasó te acerca un poco más a tus objetivos. Y adoro ser tu compañera en este camino que llamamos vida.

Sus ojos brillan y los míos deslumbran conmovidos.

Yo también siento eso por ella. Agradezco al cielo por estar en la primera fila del espectáculo de su vida.

—Siento exactamente lo mismo —confieso con una sonrisa.

—El amor mutuo es lo mejor que puede suceder en la vida —dice para sí misma.

Beso el dorso de su mano y le sonrió con calidez. Estoy muy seguro que quiero sentir esto toda mi vida.

Sabana me mira fijamente mordiendo su labio inferior.

Daría todo lo que tengo por estar un minuto en su cabeza. 

—¡Tenemos que irnos! —sale repentinamente de su trance.

Y yo que estaba tan curioso por leer sus pensamientos.

—¿A dónde? —pregunto desde mi asiento.

—¡Ha llevar los papeles! La administración cierra en 30 minutos —responde exaltada.

—Aún tenemos suficiente tiempo —termino de comer mi pastel.

—Es mejor entregar todo con tiempo de sobra que andar corriendo.
—Con ese ideal no me sorprende que seas la mejor de tu clase.

—La mejor de la universidad, de hecho. Pero no estamos hablando de mis logros.

—Eso lo celebraremos después —sonríe.

—Quiero llegar antes para hablar con la profesora June, me comentó que hay posibilidades de que sea la oradora en la graduación este año.

—Eres una persona excepcionalmente inteligente, ¿quién podría competir contra ti? —pregunto incrédulo.

—Te encanta animarme —me dedica una sonrisa.

—También me encanta verte sonreír —la miro detalladamente.

—Es hora de irnos, podrás seguir mirándome en otra ocasión.
—¿Es una cita? —me levanto de la silla.

—Si, es una cita —vuelve a sonreír y soy inmensamente feliz —. Aunque no podrá ser esta noche, ya tengo planes.

Coloca la propina de la camarera bajo el centro de mesa.

Sin importar cuantas veces me ofrecí a pagar la cuenta, ella se rehusó. Alegó que es perfectamente capaz de invitarme a una cita, y yo como un hombre al cual le encanta ser mimado por su novia deje de insistir.

Ser machista no es lo mío. Ella es mucho más capaz que varios hombres que varios que conozco, ella es simplemente increíble.

—Estoy a unos segundos de volverme un novio celopata, así que te pido que me digas con quien vas a salir —bromeo.

—Pues dejame decirte que es un conocido tuyo —continúa el juego. —. Me invitó a salir y no pude negarme.

—¿Quién se atreve a traicionarme de esa manera? —suelta una carcajada.

Salimos del local agarrados de las manos.

Caminamos plácidamente hacia la universidad a una calle de aquí.

—Ally me invitó a la casa de ensueño de Barbie, me llamó en la mañana súper emocionada y cito: "no podría aguantar un día más sin ir a la casa de Barbie".

—Imagino que estos cuatro días han sido una verdadera tortura —exagero —. Me hace muy feliz que pases tiempo con mi hermanita.

—A mi me hace aún más feliz agradarle. Aunque no lo parezca no soy buena con los niños, me sacan de quicio.

Río.

—Siento lo mismo. Cuando Ally nació tenía una lucha interna, tenía muy poca paciencia para soportar sus llantos y gritos pero la amaba muchísimo para dejarla así.

—A mi me sucedería lo mismo.

Cruzamos la calle y entramos a nuestro destino. 

El ambiente es totalmente diferente a lo que estoy acostumbrado, tanto silencio es ensordecedor, sin embargo, eso debe de fascinarles a los profesores.

—¿Sabes dónde está la administración? —asiento—. Bien, estaré en el complejo de ética con la profesora June, si sucede algo envíame un mensaje y vendré corriendo. 

—Esta bien. Aunque no tienes porque preocuparte, no es como si me fuera a meter en problemas en estos escasos minutos que estaremos separados.

—Eso espero. De todas formas, ya sabes dónde estoy.

Me da un beso casto poniéndose de puntillas.

—Estoy muy orgullosa de ti —murmura muy cerca de mis labios.

El sabor a fresa de su labial, el olor floral de su perfume y el sonido de su voz me tienen hechizado.

Me mantengo con los ojos cerrados absorbiendo lo más que pueda de ese momento que no me di cuenta cuando emprendió su camino al complejo de ética.

Su perfume quedó impregnado en mi camisa cautivandome aún más. 

Es como si la tuviera a mi lado.

Me detengo a mirar el reloj. Tengo 15 minutos para llegar a la administración, la cual está a sólo unos pocos metros de aquí, cumpliré mi cometido con minutos de sobra.

—Hola, Benjamín —despego la mirada de mi reloj encontrando a Aiden.

Es la primera vez que nos vemos desde lo sucedido en el Festival de las flores. 



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En el texto hay: secretos, superacin personal, amorjoven

Editado: 28.04.2024

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