Rumores

Capítulo 27 (Parte 1)

Sabana-

Muevo la cintura provocativamente acercándome cada vez más a la entrepierna de Benjamín.

Sus manos presionan fuertemente mis muslos con cada sacudida.

El sonido de las olas, la arena bajo mis pies, la buena música, el olor a piña del protector solar mezclado con el sudor de Benjamín me tiene completamente embriagada.

Siento como si faltará en una nube. Como si estuviera bajo el efecto del alcohol luego de haber bebido dos botellas seguidas.

Pero me encuentro en completa lucidez, solo con unos pequeños sorbos de vocka en el sistema, perdida en los ojos, el tacto y la sonrisa del hombre que pega su cuerpo con el mío.

Me volteo con una sonrisa y paso mis brazos por encima de sus hombros.

Sujeta mis caderas rompiendo el poco espacio que queda entre nosotros.

Cada instante junto a él se sienta tan jodidamente bien que me hace olvidar que en algún haya tenido un mal recuerdo.

Todo junto a él se siente tan bien, tan "es algo del destino", tan de película. 

—¿Quieres algo de beber? —pregunta muy cerca de mi oído.

Muerdo mi labio.

—No, estoy muy cómoda donde estoy —le dedicó una sonrisa coqueta y el responde con un beso.

Seguimos bailando mientras él me llena de besos.

Fue casualidad que un chico haya decidido poner música a todo volumen y poco a poco los grupos de jóvenes terminaron bailando alrededor como si de alguna manera la música los haya puesto a todos en sincronía.

 —¿Estas segura que no quieres nada? Te ves un poco acalorada.

—Siento un poco de calor, ¿Te gustaría acompañarme?.

—Contigo iría a dónde sea.

Le doy un beso rápido y tomó su mano.

Nos abrimos paso a empujones y disculpas.

Nos acercamos a la acercamos a la barra que está en una pequeña choza, y nos encontramos a Aiden a Clove riendo y conversando.

—¡Hola! —saluda Clove animada a penas nos ve —. ¿En dónde estaban? Hacía rato que no los veía.

Aiden me cede su asiento y le sonrió en agradecimiento.

—Estabamos bailando, ¿Y ustedes?.

—Bailamos un ratito pero luego quisimos beber algo y creo que llevamos aquí casi una hora —dice Clove mirando a Aiden y este asiente.

—¿Han visto a Ian? —Ben mira en varias direcciones.

—La verdad es que no. No lo veo desde hace una hora, más o menos —responde Aiden —. Vamos a buscarlos.

Benjamín asiente.

Me da un beso en la frente haciéndome sonreír.

—Ya volvemos, no se muevan de ahí. No iremos muy lejos, cualquier cosa gritan.

Suelto una risa.

—Amor, solo te vas unos minutos.

—Y lo sentiré como un siglo sin ti —suelto una carcajada.

Desaparece con Aiden en la multitud.

Observó a Clove mover los hombros al ritmo de la música con una sonrisa.

—¿Cómo te has sentido estos días? —suelto sin pensar.

—Muy bien. Los moretones casi desaparecieron del todo, y este viaje, estar con Aiden y con ustedes me ha ayudado de maneras en que no te podría explicar —sus ojos se llenan de lágrimas —. Hacen que olvidé, la mayor parte del tiempo, lo que pase.

Tomo su mano y le doy un fuerte apretón.

—Me alegra muchísimo, de todo corazón.

Coloca su mano libre sobre la mía y me devuelve el gesto.

—Que seamos hermanas es lo que me hace más feliz. Bueno, que ahora sí seamos hermanas de verdad —soltamos una risita.

—Si a mi igual.

—Por cierto, quería decirte que cuando lleguemos a la cuidad quisiera pedirle perdón a Clarissa, por todo.

—No tienes que hacerlo, de verdad...

—No, por supuesto que sí. He hecho mucha cosas malas, cosas de las que no estoy para nada orgullosa pero que hice con toda la intención de lastimarla. Y por eso, quisiera pedirle perdón desde el fondo de mi corazón.

Miro sus ojos descifrando la verdad.

Estoy sumamente sorprendida. Ahora soy fiel creyente de que las personas pueden cambiar.

—Hey, bellezas. ¿No quisieran venir a bailar con nosotros? —un tipo se acerca a nosotras interrumpiendo nuestra conversación.

Que fastidio.

—No, largo —suelta Clove cambiando completamente su mirada.

—Corazón, no tienes que ser tan dura conmigo. Dile tu, dulcura —fija la mirada en mi. Abre los ojos sorprendido —. Tu, eres Sabana Reynolds, ¿Cierto? —abro la boca para responder —. ¡Oh por todos los cielos! ¡Eres Sabana Reynolds! ¡Chicos, vengan acá!.

Ay no, problemas.

—¿Qué pasa, Chad? —pregunts un chico rubioo con un vaso en la mano.

—A que no adivinas a quien encontré —el rubio hace un gesto restándole importancia —. Idiota, encontré a tu sueño húmedo.

Se aparta ligeramente dejando entrar a su campo de visión.

—Es Sabana Reynolds —suelta sorprendido —. ¿Cómo es que está aquí? No es de venir a fiestas.

Parece que sabe mucho sobre mí. 

Un grupo de chicos empieza a rodearnos y me pongo alerta. Todos son una posible amenaza, excepto el rubio, es el único que no tiene una la palabra "lascivo" escrita en los ojos.

—Y ella es Clove —un castaño se acerca a ella —. No espere ver a las hermanitas juntas.

—Y yo no esperaba ver a tantos imbéciles reunidos —suelta Clove.

Ella siempre a sido buena para los comentarios defensivos. Tiene la habilidad de dar dónde duele, es placentero ver qué se lo hace a alguien más.

El castaño suelta una risita sin gracia.

—Saca las garras si quieres, pero todos sabemos que eres inferior a tu hermanita en muchísimos sentidos. Su trasero es mucho más codiciado que el tuyo, y como no, es un hermoso trasero.

Volteo los ojos.

—Halagame todo lo que quieras pero eso no va hacer que estés más cerca de llegar a él —respondo con burla.

—Pero si todos han tenido una probada de ese trasero, ¿Qué tanto misterio puede haber?. Quién es puta, nunca deja de serlo.

—Pues, seguirás con la duda, porque no lo descubrirás —suelto dándole una mirada altiva.



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En el texto hay: secretos, superacin personal, amorjoven

Editado: 28.04.2024

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