.Presente.
Camino por el bosque, buscando con la mirada algún conejo que pueda capturar para ese psicópata.
—Es un loco...un psicópata un...—recuerdo el nombre de aquella película en estreno —... Caníbal.—un Trueno se hace presente en el cielo, miro hacia arriba Pero no hay nubes. Solo un cielo azul que truena sin más. En un segundo, siento un aire pasar por mi oreja izquierda, Pero no sé siente como un aire normal, si no, como un aire que sopla ligeramente.—Ya, concéntrate Diana.—susurro a mi misma y escucho un ruido.
Percato el ruido de un crujido de una rama, un arbusto.
En efecto, un conejito blanco, tamaño mediano.
Al verlo, mi corazón se acelera.
—Mataré a un conejo...—miro a mi alrededor y tomo una rama, una rama con un pico notorio en un extremo, tomo una piedra para poder afilar lo mejor que puedo para así poder hacer un arma para matarlo. Mi mirada se va hacia el pequeño conejo, concentrado en olfatear un arbusto mientras yo me acerco lentamente por detrás de el y....
Aviento la rama con fuerza mientras cierro mis ojos con un jadeo de fuerza, abro los ojos y miro —¿¡c-conejo!?—no está, el conejo no está. Retrocedo y miro hacia mi derecha, luego a la izquierda y ahí está tomando el conejo en su mano. Khaos.
—¿Que hace?, ¡me pidió un conejo para que usted lo termine cazando!
Khaos raspa su garganta con una risa ronca mientras toma al pequeño conejo de sus dos extremos sus cuatro patitas atrapadas entre los dedos de el, mirando como intenta patear para escapar de sus grandes manos pálidas.—Te tardas mucho para solamente cazar un simple conejo, niña—dice con voz rona mientras voltea su mirada hacia mí, analizando mi cuerpo de arriba hacia abajo con ojos que penetran y vuelve su mirada al conejo.—Te dije que tenía mucha hambre y no quería que pasara la hora de mi cena...—al decir eso, con una mano toma la pequeña cabeza del conejo y con la otra, su torso. Sin preparación y sin pensarlo, tira del conejo, desprendiendo su cabeza de su cuerpo con fuerza. —Perfecto....
Miro con horror lo que hace, mis latidos de vuelven tan rápidos que parecen taquicardia, escucho mis latidos como si estuvieran en mi oído. Mis piernas tiemblan Pero no retrocedo, necesito saber más de el, porque está aquí, porque hace esto, y que es el.
— Usted...—trago saliva con dificultad y lo miro mientras empieza a llevarse uno de los órganos del pequeño conejo a la boca, manchando su mano pálida con la sangre de este, en su boca solo escurre poca sangre. Se ve que el es limpio para comer, por lo más perturbador que sea.—¿Porque hace esto? ¿Quien es usted? ¿Cómo puede ser capaz de hacer todo esto?—mis palabras salen con temblor y miedo.
— Lo hago porque tengo hambre, —mira al conejo— bueno, tenía.
Ya te dije mi nombre, niña, kha-
—Si, khaos. —lo interrumpo rápidamente —a lo que me refiero, ¿quien es usted? O ¿Que rayos es usted? Usted...—pienso un momento antes de hablar —no parece humano...
Khaos sonrió de lado al escucharme, al terminar el último órgano de el conejo, lo tira al suelo. Saca un pañuelo de su pantalón, un pañuelo color blanco que ya tenía manchas de sangre en el, con el que se limpia las manos lentamente mientras se acerca hacia mi con pasos firmes y demandantes mientras me mira a los ojos.
Yo no retrocedo, me quedo quieta, armando mi valor para confrontarlo.
—Solo soy un hombre que le encanta la carne cruda, un hombre que, —termina de limpiar sus manos y guarda el pañuelo en su pantalón, dejando un color rojizo por todas sus manos pálidas para después apuntar con un dedo al bordado de lobo que tiene en su hombro — me encanta la naturaleza y los lobos, niña.
— ¿Y dónde está la respuesta a lo que yo pregunté?—digo sería— ¿Porque come carne humana? Carne cruda...es canibalismo, Pero no puedo decir que es canibalismo porque no estoy segura que usted sea una persona normal.
Khaos se acerca más a mi, queriendo provocar que yo retroceda, pero no lo consigue. Llega al punto de estar a centímetros de mi, lo tengo que ver hacia arriba mientras lo miro con una expresión de defensa y frialdad—Soy mucho peor de lo que crees, Diana—susurra con una voz que me provoca escalofríos en todo mi cuerpo—Soy un hombre que busca cualquier forma de alimentarse, carne...humana y de animal, soy un hombre o un humano, y talvez un psicópata o otra cosa...eso tú lo debes averiguar—posa su mano en mi cabeza, acariciando mi pelo— por cierto—me mira directamente a los ojos para después ver mi ropa, unos pantalones de bosque verdes oscuros y una camisa manga corta casi holgada color negro— ¿Que hacían tu y tu difunta amiga en este hermoso lugar, niña?.
Mi cuerpo se tensa y miro hacia otro lado, evadiendo la mirada fija de el y su toque en mi cabeza con algunos nervios presentes— queriamos explorar este bosque, teníamos tanto tiempo queriendo hacerlo. Y hoy era el día —mi tono va bajando con tristeza mientras bajo la mirada, empiezo a recordar como este hombre comió el corazón de Ana, como esos lobos destruyeron su cuerpo, y como él se comió ese conejo sin más.
—Veo que este día fue una pesadilla para ti, Diana. Que lastima que tú amiga pronto se va a pudrir sobre ese pasto mientras llegan lobos a comerse sus restos—mi mirada se fija en el con sorpresa y miedo.
—¿Que dice?...
—Es obvio que no te llevarás su cuerpo, no entiendo porque no me dejaste comer su cuerpo antes de que otros animales se la comieran.
—¿Quien dice que no la llevaré?, le dije que no se la comiera, porque yo misma llamaré a la policía y se la llevarán...Pero...prometo no decir nada de usted.
Khaos suelta una risa ronca mientras mira hacia otro lado y baja su mano de mi cabeza para cubrir su risa—en primera, niña. No me hables de usted, me haces sentir viejo.
Y en segunda, tu no saldrás de este lugar.
Al escuchar sus palabras, el miedo me invade al cien por ciento. Retrocedo con miedo y mis piernas piden libertad para correr—¿A qué se refiere?
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Editado: 12.06.2025