Run

Interludio — Juegos inofensivos

NARRA VIOLET

 

Y la situación se nos fue de las manos.

Había caído rendida al cómodo ambiente en aquella casa, y después de tantos años, el alcohol recorrió mi sistema de forma descontrolada. Había perdido la noción del tiempo, ni sabía que hora era, ni de que hablábamos, ni por qué nos reíamos sin parar, pero la verdad es que hacía tiempo que no me sentía tan libre. Libre de ataduras, de complicaciones, e irónicamente de problemas.

Mia era una de esas personas de las cuales te enamorabas de su espíritu, el cual de alguna manera se sentía libre, fresco, como un eterno atardecer veraniego. No era difícil adivinar por qué Chad se había enamorado tanto de ella, hacían una pareja sublime.

Seth era Seth. Aunque algo más simpático con unas copas de más.

— ¿Y tú de que fiesta has salido? — Me preguntó Chad por décima vez mientras miraba mi vestido.

— ¡Ya te lo he dicho mil veces idiota! — Mi lengua no actuaba con fluidez, y hablaba estúpidamente lenta. — ¡Tenía una cita!

—Es verdad. —Recordó. — ¿Con el rubio millonario?

—Con el rubio millonario. —Afirmé sonriente.

— ¿Te gustan los niños pijos, Violet? — Preguntó Mia divertida.

— ¡No! — Me negué. —Bueno ... quizás. —Reí sin motivo aparente.

Y todos me siguieron la risa, también sin motivo aparente. A esas alturas todo era gracioso.

— ¡Tengo una idea! — Exclamó Mia. — Vamos a jugar a un juego.

— Aún no ha dicho a qué y ya tengo miedo. — Bromeó Chad abrazándola.

—Nada del otro mundo. —Cogió una de las botellas y la colocó en medio. — ¿Prueba o verdad?

Aunque a mi me pareció una maravillosa idea, Seth refunfuñó a mi lado.

— ¿Tenemos doce años? — Preguntó irónico.

— Por supuesto el jodido Seth Ford tenía algo que decir. — Reprochó Mia.

—No seas aburrido Seth. — Lo animó el moreno.

Éste rodó los ojos, rindiéndose al fin.

—Vamos a hacerlo más interesante. Todos tenemos comodines, en caso de que no queramos contestar alguna pregunta o hacer alguna prueba; Nuestra ropa. Los zapatos no cuentan. —Propuso Mia.

Miré la poca ropa que llevaba puesta y negué.

—Apenas tengo comodines. — Comenté.

— Más interesante. — Rió Mia.

— ¡Comencemos! — Exclamó Chad emocionado, haciendo girar la botella, la cual giró violentamente hasta pararse en Seth.

—Genial. — Murmuró éste irónico.

— ¿Prueba o verdad? — Preguntó Mia.

—Verdad. — Todos nos echamos hacia atrás, pensando algo interesante que preguntarle.

Chad finalmente dio con la clave, se inclinó hacia adelante y observó a Seth con una sonrisa maliciosa.

— ¿Alguna vez te has liado con un tío?

Todos giramos instintivamente la mirada hacia Seth, quien miró seriamente a Chad y finalmente contestó con toda la tranquilidad del mundo.

—No.

— ¡Mientes! — Gritó Chad señalándolo acusatoriamente.

—Técnicamente no era un tío.

—Técnicamente sí lo era. — Replicó Chad.

— ¿Nos hemos perdido algo? — Preguntó Mia. — Queremos saber esa historia.

—Ya he respondido a la pregunta. — Cortó Seth.

— ¡Vamos no seas aburrido! — Golpeé el hombro de Seth suavemente. — Explícanos la historia. — Le pedí.

Me miró por unos segundos y finalmente suspiró, dándose por vencido.

—Fue el año pasado, estábamos del club, y una mujer llamó mi atención, nos liamos, todo fue bien hasta que la subí en mi coche.

— ¡Era transexual! — Gritó Chad, provocando que todos estalláramos en carcajadas, mientras que Seth simplemente desvió la mirada, ¿avergonzado? ¿Seth Ford conocía la vergüenza?



#43959 en Novela romántica
#28965 en Otros
#4045 en Acción

En el texto hay: drama, accion, amor

Editado: 30.12.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.