-¡Wacho entre! ¡Entre!- grito emocionado mientras agito el pedazo de papel que tanto había estado esperando durante semanas.
-¿Entraste?- Me pregunta Román y yo asiento con entusiasmo- ¡Entraste! ¡Felicidades Amigo!- grita al caer en la realidad ya que a veces se la pasa en la luna.
-¿Quién entro a qué?- pregunta Lukay desde la entrada de la sala de estar ya que acaba de llegar y yo alzo mi mano izquierda donde tengo el papel, Lukay frunce el ceño y yo ruedo mis ojos.
-¡Entre a la universidad wacho!- cuando Lukay logra entender lo que acabo de gritar, el abre sus ojos como platos para luego gritar con emoción un “¡Entraste!”.
-Felicidades- dice para luego acercarse a mí y darme un gran y un poco brusco abrazo de hermanos- Eso me alegra mucho Mark… porque así me acompañaras a la universidad.
-Y lo mejor… estudiare lo mismo que vos… musicología wacho… vamos a ser cantantes- digo con entusiasmo y Tom quien está sentado en el sofá de dos plazas rueda sus ojos- ¿Por qué vos no te alegras?- le pregunto a este y el voltea a verme con cara de aburrimiento.
-Porque… mentira amigo… felicidades- me dice para luego dejar el libro que sostenía a un lado, regalarme un apretón de manos y una gran sonrisa que me impresiona, él no sonríe muy seguido… este tipo de ocasiones son especiales.
-Y ahora… vos estas… bueno, vas a estudiar musicología junto a Lukay… Tom va a estudiar arte y yo voy a quedar más solo que la una ya que a ninguno de vosotros les gusta lo que yo voy a estudiar- dice Román y yo volteo a verlo con cara de aburrimiento.
-Román, es que vos tenes unos gustos… diferentes- digo y Lukay coloca sus mano derecha en su boca intentando no reír al ver la expresión de Román.
-¿Y que si me gusta la ingeniería?, a Tom le gusta el arte y personalmente, para mí, es súper aburrido- dice y yo suelto una pequeña y silenciosa risita- pero bueno, combina bastante con Tom, ya que la profesión es como él, extraña y aburrida- en cuanto esas palabras son pronunciadas por Román, Tom voltea hacia su dirección para fulminarlo con la mirada y Lukay deja de aguantarse las ganas de reír para así soltar una gran, escandalosa y larga carcajada, Lukay comienza a aplaudir como foca mientras ríe y yo ruedo mis ojos para luego guardar la carta de la universidad en su respectivo sobre.
-Pero ya… cálmate Román, todos vamos a estudiar en la misma universidad, en los momentos en los que no estemos en clases estaremos en la cafetería o en el comedor, pero todos juntos- dice Lukay al terminar de reír y Román rueda sus ojos para luego sentarse en el sofá de dos plazas junto a Tom quien lo golpea en la nuca para así vengarse, Román se echa hacia adelante para luego golpear a Tom en el brazo izquierdo.
-Lo se Lukay pero…- intenta decir pero Tom lo interrumpe.
-Yo voy a estudiar solo y no estoy llorando como vos- dice Tom con su tono seco y serio de siempre y Román bufa.
-pero ese sos vos… antisocial- Tom rueda sus ojos para luego seguir con lo que hacía, leer un aburrido y estúpido libro sobre nada más y nada menos que los tipos de arte abstracta.
Yo me levanto del sofá individual en el que estaba y Lukay voltea a verme con el ceño fruncido.
Em… ¿y este que me ve?
-¿Qué?- pregunto y Lukay no quita su expresión curiosa.
-¿A dónde vas?- me pregunta y yo lo fulmino con la mirada.
-Sos muy chismoso- le digo y el hace un ademán con sus mano para que yo responda a su pregunta, suspiro- voy a mi habitación a guardar esto- digo mientras le muestro el sobre que tengo en la mano.
-Ok- me dice con una expresión satisfecha y yo ruedo mis ojos.
-Chismoso- le digo y él se encoje de hombros mostrándome que no le importa lo que yo le diga, ruedo mis ojos para luego salir de la sala de estar y comenzar a caminar en dirección a las escaleras pasando por el gran pasillo de la gran casa en la que vivo junto a Lukay y Bonzo.
No sé por qué, pero creo que te preguntas quien es Bonzo… bueno…
Bonzo es mi perro, uno muy grande y juguetón, que encontré hace unos cuatro meses en la calle, no se su edad exactamente pero le calculo unos ocho, nueve meses o hasta un año de edad, cuando lo encontré él se veía pequeño y delgado, no tenía casi pelaje, lo monte en mi auto y me lo traje, comencé a alimentarlo bañarlo y cuidarlo y luego de cuatro meses, osea ahora, se ve mucho mejor, creció demasiado, parece de unos dos años de edad, a la que lo pasea le da miedo, ya que parece un demonio, es de un color negro muy intenso, su pelaje es corto y su cabeza llega hasta mi cadera y es realmente hermoso, lo adoro con toda mi vida, mi única mascota y a la que realmente he querido como a mi madre.
-¡Bonzo!- escucho gritar a Lukay desde la sala de estar y yo me detengo un momento en el descansillo de las escaleras.
-Hablando del rey de roma…- susurro y luego sigo subiendo las escaleras.
♪♫♪♫♪♫♪
Guardo las baquetas dentro de mis bolsillos para luego levantarme del pequeño banco que uso para sentarme al usar la batería y buscar mi celular entre la sabana de mi cama la cual está toda arrugada y desordenada encima de la cama, cuando por fin lo encuentro, me doy cuenta de que estaba sonando una alarma que yo coloque hace unas dos semanas.
“Hoy, Apertura de “Mango” una nueva tienda de ropa a unas doce cuadras de distancia… No llegues tarde… tienes 20 min para arreglarte” era lo que decía la alarma.
-Jum… son las 09:10am del domingo… un aburrido domingo, bueno, lo único emocionante que hubo hoy fue la respuesta de la universidad…- me digo a mi mismo para luego detener la alarma- necesito ropa nueva para cuando entre a clases este año. Si voy a ir- me acerco a el closet y de allí saco una camisa blanca, un pantalón deportivo color negro y cojo mi sudadera negra la cual uso hasta para bañarme.
-¿A dónde vas?- escucho preguntar a Lukay desde la entrada de mi habitación haciéndome pegar un pequeño brinco del susto.