Capítulo 15

RUTH

Despertar en una cueva no era precisamente mi idea de una buena mañana. Mi espalda protestaba por la dura superficie y mi cabello estaba enredado como un nido de pájaros. Miré a mi alrededor y vi a Jasper sentado cerca de la entrada, con la mirada fija en el exterior. Por un momento, parecía pensativo, como si estuviera debatiéndose entre salir corriendo o seguir en la cueva.

—Dime que sigues vivo y que no te han reemplazado por un tipo de ser mágico que cambia de forma —bromeé mientras me desperezaba.

Jasper me miró de reojo y soltó un suspiro.

—Si fuera un ser que mágico que cambia de forma, ¿crees que me hubiera quedado toda la noche despierto asegurándome de que no te comiera yo o un grifo mutante? —respondió con sarcasmo y cansancio.

—Tienes razón —dije, levantándome con dificultad—. Si fueras un cambia formas, tendrías mejores habilidades sociales.

Su expresión se endureció un poco, pero no pude evitar notar una ligera sonrisa en la comisura de sus labios. Algo era algo.

—Tenemos que encontrar a los demás —dijo Jasper, poniéndose de pie.

—Sí, bueno, preferiría no ser devorada antes de eso —comenté mientras sacudía mi ropa—. ¿Tienes idea de por dónde empezar?

—Siguiendo el rastro de caos que seguramente dejaron Tyler y Andrew —respondió con ironía.

Salimos de la cueva con cautela, asegurándonos de que el grifo ya no estuviera rondando cerca. El bosque se veía más denso y algo iluminado de lo que recordaba. Caminamos en silencio durante un rato, cada uno sumido en sus propios pensamientos, hasta que Jasper rompió el silencio.

—¿En qué momento pasamos a ser tan amigos? —preguntó, sin mirarme directamente. aunque esa pregunta me resultaba familiar.

Y si su pregunta me tomó por sorpresa.

No esperaba esa pregunta.

Y era algo curioso. Si.

—Buena pregunta. Si antes solo nos conocíamos por miradas, en tu caso, ni eso. Éramos simples vecinos... Ahora estamos aquí, corriendo por nuestras vidas en un mundo mágico. Supongo que si no fuera por todo esto. es decir luay... - respire por un segundo para poder continuar- Lo que quiero decir, es que no habríamos hablado nunca.

Jasper asintió.

—La vida tiene formas extrañas de unir a las personas.

—O formas retorcidas —agregué—. Pero supongo que no me quejo tanto.

Seguimos avanzando cuando un sonido gutural nos hizo detenernos en seco. Un rugido conocido resonó entre los árboles y, para nuestra mala suerte, el grifo de tres patas estaba de vuelta, con su mirada asesina fija en nosotros. no se suponía que esa cosa ya no estaba. ¡Maldición!

—¡Oh, genial! —exclamé a esa cosa —. ¡Nos extrañabas!

—Corre —ordenó Jasper tomándome de la mano.

—¿De nuevo? ¿En serio? ¿No podemos intentar, no sé, hablar con él? ¡Quizás solo necesita terapia!

El grifo rugió de nuevo y embistió hacia nosotros. No esperé más y salí corriendo junto a Jasper, esquivando ramas y saltando sobre raíces expuestas. El problema fue que, en la desesperación del momento, no nos dimos cuenta de que el suelo comenzaba a inclinarse. Resbalé y estuve a punto de caer de cabeza si no fuera porque Jasper me sujetó del brazo y me arrastró con él.

—¡Cuidado! —gritó.

—¡Oh, gracias! No me había dado cuenta —repliqué algo agradecida. estaba segura que ese golpe me iba a doler demasiado.

Corrimos hasta llegar a un lugar muy bonito y claro, pero justo cuando creíamos que nos habíamos salvado, el grifo se lanzó sobre nosotros. Cerré los ojos esperando el impacto, pero, en lugar de un ataque mortal, un destello de luz envolvió el bosque.

Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fueron pequeñas criaturas brillando en tonos verdes y dorados. Sus alas resplandecían como el rocío bajo el sol y sus voces eran melodiosas, casi hipnotizantes.

—¿Son... hadas? —susurré con asombro.

—Eso parece —murmuró Jasper, también sorprendido.

Las hadas rodeaban al grifo, que ahora parecía paralizado. Una de ellas, con un resplandor más intenso, se acercó a nosotros. vi que crecía de nuestro tamaño y al verla me quede embobada por su belleza, era muy bonita, tenia el cabello negro como la obsidiana y unos ojos verdes tan hermosos, se parecía un poco a Alessandra a decir verdad, y pude notar que sus alas se pegaban a su piel como si fueran tatuajes en la espalda hasta los hombros. Esto era tan irreal.

—No teman —dijo con voz cristalina—. No permitiríamos que una bestia los lastimara en nuestras tierras.

Miré a Jasper, que seguía boquiabierto. Esto debía ser un momento histórico.

—¿Él está bien? —pregunté señalándolo. mientras trataba de no reírme de el.

—Sí —respondió el hada con una sonrisa—. Sólo está en shock.

—Bueno, al menos no soy la única —admití—. ¿Qué hacen aquí? ¿Siempre salvan a viajeros despistados de criaturas mortales?

El hada rio suavemente.

—No, sólo a aquellos que están destinados a algo más grande. Y ustedes lo están.

—Eso suena preocupante —murmuró Jasper.

—Vengan con nosotras —dijo otra hada, flotando cerca—. Sus amigos están en nuestro reino. Han sido bien recibidos y los esperan.

—¿Tyler y los demás? —pregunté, sintiendo un alivio repentino.

—Sí —afirmó el hada—. Pero deben darse prisa. Hay mucho que deben aprender, y tiene poco tiempo.

Nos miramos y, por primera vez en todo el día, sentí que íbamos por el camino correcto. Sin dudarlo más, seguimos a las hadas hacia su reino.

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TYLER

El día que se separaron...

Si alguien me hubiera dicho hace unos meses que iba a terminar perdido en un bosque de otro mundo con un grifo asesino persiguiéndome, hubiera pensado que estaban locos. Pero aquí estaba, corriendo por mi vida junto a Andrew y Alessandra, mientras la criatura nos rugía desde lo alto de los árboles.

—¡Esto es ridículo! —grité mientras esquivaba una rama baja—. ¡¿Por qué todo en este mundo intenta matarnos?!