JASPER
El aire fresco de la noche me golpeó en cuanto cerré la puerta detrás de mí. Caminé unos pasos por el pasillo iluminado por faroles mágicos, intentando despejar mi mente.
Ruth me besó.
Bueno... Ruth borracha me besó.
Me pasé una mano por el rostro, soltando un suspiro pesado.
No podía decir que me sorprendía del todo. La tensión entre nosotros había estado creciendo desde hace un tiempo, o eso creía yo. pero que sucediera así.....Mientras ella tambaleaba y me hablaba de lo injustamente atractivo que era, no era la forma en la que esperaba que pasara.
No de esta forma...
Seguí caminando por los senderos del reino, tratando de alejarme del recuerdo de sus labios. El problema era que no podía.
Cada vez que cerraba los ojos, la imagen de Ruth acercándose, su cálido aliento mezclado con el dulce aroma del vino de las hadas, su cuerpo pegado al mío mientras me decía todo lo que pensaba...
Negué con la cabeza.
No. No podía permitirme pensar en eso ahora.
No en este momento. No aquí.
Decidí alejarme aún más del corazón de la fiesta. A lo lejos, aún podía escuchar la música y las risas de los demás. Tyler seguramente estaba en su elemento, Andrew haciendo algún comentario fuera de lugar, Alessandra lidiando con la idea de ser una reina.
Y yo... bueno, yo estaba aquí, tratando de no pensar en Ruth.
Pero claro, el universo tenía otros planes para mí.
-¿Problemas para dormir?
Reconocí la voz de Alessandra antes de verla aparecer entre las sombras de los árboles. Llevaba un vestido ligero, cortesía de las hadas, y su cabello oscuro brillaba bajo la luz de la luna.
-Algo así -respondí con calma.
Ella me estudió con la mirada antes de arquear una ceja.
-Tiene que ver con Ruth, ¿verdad?
Mi mandíbula se tensó ligeramente, lo cual obviamente fue suficiente respuesta para Alessandra.
-¿Se lo dijiste a alguien? -pregunté, cruzando los brazos.
-Por ahora, no. Pero si me das cinco minutos, puedo hacer que todo el reino de las hadas lo sepa -respondió con una sonrisa burlona.
Rodé los ojos.
-No pasó nada.
-Oh, claro. Nada en absoluto -dijo con sarcasmo-. Solo un beso robado, palabras demasiado sinceras y tensión acumulada. Definitivamente nada.
Me froté las sienes.
-Era solo la bebida hablando. No cuenta.
-Ah, Jasper... -Alessandra suspiró-. A veces olvido que eres un genio para las estrategias, pero un completo idiota para las emociones.
La fulminé con la mirada.
-Solo digo que deberías dejar de fingir que no te importa. Todos lo notamos. Hasta Tyler.
-Si Tyler lo notó, entonces claramente lo estoy haciendo mal -dije con ironía.
Alessandra río.
-Oh, sí. Muy mal.
Me quedé en silencio. No quería hablar de esto. No quería pensar en esto.
Pero, como siempre, mi mente no me hacía caso.
Alessandra debió notar mi incomodidad porque cambió el tema.
-Mañana, las hadas quieren hablar con nosotros. Dicen que tienen información sobre Artia... y sobre ti y Ruth.
Eso llamó mi atención.
-¿Sobre nosotros?
Asintió.
-Dicen que su profecía menciona la luz y la oscuridad. ¿Te suena familiar?
Tragué saliva.
La luz y la oscuridad.
No era la primera vez que escuchaba esas palabras.
Zion Y luay lo mencionaron antes en la mansión, trate de no darle tanta importancia y Ahora... ya no estaba tan seguro.
-Mañana hablaremos de eso -dije finalmente.
Alessandra me miró con curiosidad.
-¿Y sobre Ruth?
La miré en silencio antes de responder.
-Mañana también.
Ella sonrió, satisfecha.
-Lo que digas, chico de los ojos dorados.
Me giré y caminé de vuelta a mi habitación, con el eco de sus palabras resonando en mi mente.
Porque, aunque intentara ignorarlo... No iba a hacer tan fácil.
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El sol matutino bañaba el reino de las hadas con una luz cálida. A pesar de la belleza del lugar, yo seguía lidiando con la resaca emocional de la noche anterior.
Y aunque intenté no pensar en ello, fue lo primero que se me vino a la mente en cuanto la vi salir de su habitación con el cabello alborotado y una expresión de confusión.
Afortunadamente, antes de que pudiera encontrarse conmigo y hacerme preguntas para las que no tenía respuestas, las hadas nos llamaron para reunirnos en un sitio especial del reino.
unos minutos después nos guiaron a través de un sendero de piedra que conducía a un claro oculto entre los árboles. El lugar era de otro mundo. técnicamente estamos en otro mundo.
Altos pilares cubiertos de enredaderas brillaban con una luz tenue, como si la magia fluyera a través de ellos. el amanecer envolvía el bosque en una bruma dorada cuando las hadas nos guiaron hacia un lugar sagrado. Caminamos entre árboles milenarios, cuyas hojas brillaban como si atraparan la luz de las estrellas. La atmósfera era distinta, más densa, cargada de una energía vibrante y antigua.
Cuando el sendero se abrió, nos encontramos ante una catedral esculpida en la naturaleza misma.
Las estructuras eran de un oro oscuro entrelazado con enredaderas resplandecientes. La luz del sol se filtraba por los vitrales adornados con patrones arcanos, proyectando reflejos verdes y dorados sobre la superficie de un lago cristalino. El agua, serena y mágica, reflejaba la edificación como si fuera un portal a otro mundo.
Ruth caminó a mi lado, maravillada.
-Dime que no parece sacado de un cuento de hadas -murmuró.
-Si esto es un cuento de hadas, espero que no tenga un final trágico -respondí.
Las 5 hadas y la hada de cabello dorados y ojos violetas se detuvieron frente a la catedral y una de ellas, la misma que nos había salvado del grifo, se volvió hacia Alessandra con una sonrisa serena.