Ryan.

Capítulo 21.

Creación.

Ryan.

El perro corre con gran rapidez por el bosque del mundo humano, mientras que la castaña lo hace a unos metros delante de nosotros mientras desprende su característica luz blanca y azul, la cual se encarga de crear una ilusión que nos vuelve invisibles ante los ojos de los humanos. Pero a pesar de que nos movamos rápido, parece que nunca llegaremos a ese lugar que nombró Dylan, a un teniendo su olor para seguirla. Pasan unos minutos de silencio siendo el sonido de las pisadas sobre la tierra lo que nos rodea, hasta que estas se detuvieron de golpe y llamó mi atención. Frunzo el ceño al verla quieta delante de nosotros mientras mueve los ojos y la cabeza con atención, como si se quisiera ubicar en el lugar a la vez que se enfoca en no encontrar ningún peligro a nuestro alrededor. Observo el bosque en silencio por unos segundos, hasta que mi mirada se fija en algo pasando los árboles y hace que mi mandíbula caiga, me bajo del perro con lentitud y avanzo con cautela hacia el lugar, siendo la mirada de mis acompañantes las que me siguen de cerca.

Avanzo hacia el final del bosque y cuando estoy a nada de cruzar hacia la zona vacía de árboles soy detenido por el brazo, giro la cabeza y le frunzo el ceño al ver a la castaña con los ojos verdes brillante, regreso la atención al lugar al notar que lo observa con fijación, como si algo estuviera raro. Entrecierro los ojos y tenso la mandíbula enseguida, con lentitud y sin hacer ningún movimiento brusco retrocedo unos pasos, tomo la mano de la castaña y la guío a mi nuca con la vista fija en el lugar.

—Te dejo entrar— susurro lo más bajo posible, porque sé que ella lo escuchará de todas formas. La escucho tomar una pequeña respiración, por lo que aprovecho en comunicarme con ella.

Nos están observando, y lo que ellos quieren es que entremos para que realicen la emboscada.

Ella se mueve un poco hacia mí y apoya su mano en mi brazo, en donde deja dos toques suaves con un dedo. Es una afirmación de que se ha dado cuenta de lo mismo. Muevo los ojos por el lugar y señalo las seis ventanas rotas de la fábrica, en donde lo único que puedo detectar es el interior negro del lugar por lo que es el lugar perfecto para un francotirador que no necesita mirilla, porque de lo contrario será detectado por el Sol reflejándose en la misma.

¿Ves a alguien?

Sus ojos se dirigen al lugar y lo observa con fijeza, para luego dar dos toques en mi brazo.

¿Cuántos?

Su dedo toca mi brazo cinco veces, por lo que deja a cinco francotiradores observando el exterior desde las ventanas, pero nos deja una ventana vacía que solo puede significar algo: uno de ellos está observando para dar la señal. Aprieto los labios y retiro su mano de mi nuca para guiarnos de regreso con los demás, al llegar les hago señas para armar una ronda y explicarles mientras intercambio la mirada cada tanto con el lugar.

—El lugar está vigilado, el haber aceptado a Jayme lo volvió parte de su plan para atraparnos— empiezo, señalo el lugar tras mi espalda— Tienen cinco francotiradores vigilando la entrada y apuesto a que tiene más adentro, esto es una maldita emboscada—

Todos aprietan los labios y algunos maldicen en voz baja, pero ninguno da idea de algo para entrar, excepto por Hannah que se acerca al perro y saca dos espadas para empezar a avanzar hacia el lugar con determinación, por lo que me lanzo a detenerla antes de que cometa algo que le provoque daño a Jayme. Ella se remueve mientras me pide que la suelte y que la deje ir por mi hermana, pero la idea de que su impulsividad provoque que la dañen no me agrada para nada y hace que ejerza más presión en mi agarre. Poco a poco siento el cuerpo de Hannah comenzar a aflojarse entre mis brazos, por lo que la suelto con delicadeza antes de que sea peor. Me hinco sobre una rodilla cuando sus piernas pierden fuerza y las espadas de sus manos caen sobre el césped, de pronto sus ojos comienzan a derramar lágrimas suaves y su labio inferior tiembla. Aprieto un poco los labios al verla llorar entre mis brazos, algo que no es común en ella, ya que Hannah siempre es de demostrarse segura y determinada en cada cosa que hace, pero llorar por miedo a perder a Jayme demuestra lo mucho que en verdad le importa, y eso solo provoca que la abrace contra mi pecho.

—Perdí a mi hermano porque su dolor fue más fuerte, perdí al mejor casi cuñado que podría haberme tocado de haber tenido la oportunidad— llora en voz baja para que no nos detecten— Y estoy a punto de perderla a ella, y… eso es algo que no podría soportar— escucharla decirme eso me parte el alma. Una de sus manos se enreda en mi ropa y la jala con cierta fuerza— Así que por favor, déjame ir a buscarla, déjame destruir a esos cabrones y déjame demostrarles que no deben meterse con mi familia—

Miro sus ojos celestes enrojecidos por el dolor que su llanto demuestra, aprieto los labios al ver lo mucho que Hannah se ve dispuesta a realizar con tal de salvarla, algo que me hace recordar que soy quien también estaría dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de proteger a quienes amo. Y temo que ha llegado el momento de demostrar que ya no soy ese niño asustadizo de hace once años. Trago saliva con fuerza, tomo a Hannah de sus brazos con firmeza y la ayudo a ponerse de pie frente a mí, me inclino y tomo las dos espadas del suelo, le tiendo una y la miro con determinación.

—Voy detrás de ti— dicto con voz firme.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.