Después de que subí más que enojada a mi habitación, me tiré en mi cama a llorar, hasta que mi mamá entró, traía una rebanada de pastel de queso en una bandeja, si no hubiera estado tan molesta, hasta me lo habría comido porque es mi favorito, pero la ira dentro de mí sólo me dejó decirle:
-No estoy de humor mamá, por favor déjame sola, papá ya se fue, ya puedes estar tranquila.
-No vine por eso, yo… Me quiero disculpar por todo lo que pasó hoy, no fue lo correcto, pero… Dime ¿aún estás enojada conmigo?
-¿Y qué quieres que te diga? Gracias por hacer que papá se fuera, Gracias por obligar a Henry a estar lejos, Gracias por arruinar mi vida, Gracias por mantenerme encerrada en ésta casa, ¡Gracias por todo eso y mucho más!
-Andrea, yo no hago lo que hago sólo para que me odies, lo hago para protegerte y al mismo tiempo espero colaboración de tu parte.
-No, no lo haces, me mantienes guardada todo el tiempo, es como si te avergonzaras de lo que me pasó, sólo porque a las personas de tu clase social eso nunca les pasaría, pues bien, sí, me pasó y lo superé y tú ¿Cuándo lo superarás? ¿Hasta cuándo?
-No es algo de lo que yo quiera hablar, por favor, yo sólo vine para hacer las paces, quiero entenderte para que me entiendas tú a mí también.
-No hay nada de qué hablar, nunca voy a entenderte porque te sigues empeñando en controlar nuestras vidas, quieres que hagamos sólo lo que tú quieres.
-¿Cómo puedo probarte que no es así? ¿Qué tengo que hacer para que me creas?
-Quieres probármelo, está bien, éste viernes hay una fiesta. Quiero ir, yo sola, en mi auto, no quiero chaperonas y sobretodo: Quiero que confíes en mí, ¿lo harás?
-No, yo no… todo menos eso, por favor Andrea. Sé razonable, no quiero que te pase algo malo.
-Lo ves, ¡Lo sigues haciendo! Nunca me tendrás confianza, cuando ni siquiera te he fallado una sola vez ¿verdad?
-Yo… no quiero que vayas, pero si es para demostrarte que te amo, que sólo deseo cuidar de ti y sobretodo que puedo confiar en ti, está bien, ve.- Dice en tono resignado.
-¿En serio? No estás bromeando conmigo ¿verdad?
-No, sabes perfectamente que yo no bromeo nunca. Puedes ir a la fiesta pero tienes toque de queda a las 10:00 p.m. Ni un minuto más.
-Muchas gracias, te prometo que no te decepcionaré.
-Eso espero jovencita, te estoy dando mi permiso porque confío en ti, ahora si me disculpas mañana hay que ir a trabajar muy temprano. Buenas noches
-Buenas noches.- No le creo, ¡No lo creo! Mi madre Elizabeth ex señora Thompson, me dio permiso para ir a la fiesta de Cindy Callahan, éste viernes, o se golpeó la cabeza o lo hace para que yo falle y termine humillándome mientras le digo: Tenías razón.
Ni de broma pienso decirle eso a mi madre, en especial a ella, es más a nadie si ni siquiera tengo muchos amigos, ¿cómo demonios se supone que voy a fallar?
A la mañana siguiente, cuando llegamos a la entrada del colegio, salí disparada sin siquiera despedirme de Kate y de Francis, llegué a mi taquilla y vi a Sandy, le sonreí y le dije:
-¿Adivina quién irá a la fiesta de Cindy, éste viernes?
-¿La Barbie prostituta? Espera, la chica emo del otro día.
-Nop, ésta chica que tienes en frente.
-¿En serio?, ¡cariño esa es una gran noticia!, tenemos que preparar tu vestuario, quiero que te veas preciosa.
-Calma Sandy, vamos a una simple fiesta de escuela, no al baile de graduación, ¿no crees?
-Sí, lo siento, es que estoy muy emocionada de que vayas a ir, dime ¿cómo convenciste a tu mamá?
-Anoche hubo una pelea fuerte y la enfrenté, y como resultado de mis reclamos me dio permiso para ir a la fiesta, sólo hay un problema: Toque de queda a las 10:00
-No te preocupes, es un comienzo, además los chicos empiezan a drogarse a partir de las 10:30 p.m
-¿Se drogan?, pero, estamos en preparatoria.
-Créelo nena, si una fiesta de prepa es así, imagínate las fiestas de los universitarios.
-oh no, ¿en qué lío me metí?-digo cubriendo mi cabeza con las manos.
-En ninguno, nosotros sólo vamos, bailamos, hacemos amigos o charlamos con los conocidos y nos vamos a casa, yo también tengo un toque de queda ¿sabes?
-Eso me relaja un poco, creo que está bien que no tenga que quedarme para que me droguen.
-No lo harán, por cierto, ¿quieres que te lleve?
-Tengo permiso para sacar a pasear a Percy. (Así se llama mi auto).
-Me parece bien, mi chica ya está creciendo, ya asiste a fiestas, ¡estoy orgullosa de ti!- dice secándose una inexistente lágrima.
Por la tarde, de regreso de la escuela recibí una llamada de papá:
-Ey, Cookie, ¿cómo estás? Lamento haberme ido así el otro día.
-No te preocupes, estoy bien, pero yo también lo siento por gritarles, pero no soporto verte peleando, hasta yo tenía ganas de irme al igual que tú.