S de Soltera

Capítulo 5.

Aquí voy, yo puedo, soy fuerte, esto no es nada del otro mundo, puedo hacerlo, ¡A la fiesta se ha dicho!

Manejé lo más lenta y cuidadosamente posible en Percy hasta la casa de Cindy, cuando llegué tuve que estacionarme una cuadra antes de su casa porque las aceras ya estaban ocupadas por una hilera de autos de los chicos que ya habían llegado.

Pero sobretodo me estacioné un poco lejos porque no quería que algún borracho idiota pasara rayando o le hiciera algo peor a mi pequeño Percy, si bien sé que empiezan a drogarse a parir de las diez, pero el alcohol está disponible a todas horas y no es malo prevenir.

Sandy y Deby ya deben de haber llegado, mientras que yo estoy parada delante de la puerta con el dedo índice apuntando al timbre.

Estoy vestida con una camisa de cuello en v, manga corta y de color rosa, una falda de mezclilla, deshilachada de la parte de abajo que cubre mis rodillas de color verde, unas zapatillas rosadas con una cinta sobre mis dedos de color rosa que combina con mi camisa y mi chaqueta.

Mi cabello es castaño, un poco largo y rizado, el cual odio por que parece un nido de avestruz cada mañana y que cuesta mucho peinar, e hizo que Sandy se emocionara al peinarme, me jaloneó el cabello probando todo tipo de peinados hasta que se decidió por dejarlo como el principio: Suelto pero manejable. Y nada de maquillaje.

Tomé valor para tocar el timbre, segundos después Cindy abrió la puerta y me saludó, intercambiamos unas palabras y me dejó pasar.

Caminé a través de una sala un poco abarrotada de personas, estaba buscando a Sandy con la mirada cuando alguien me empujó y choqué contra la espalda de un chico un poco alto de camisa de abotonar de color azul, se dio la vuelta pero yo no levanté la mirada y solo dije -Lo siento- luego me alejé a toda velocidad sin esperar su respuesta.

Mi estómago se siente como en una montaña rusa por los nervios de estar entre tanta gente, me siento mareada y me apoyo contra la pared, de repente una mano toca mi hombro y eran Sandy y Joey.

-Sabía que no te ibas a acobardar.- dice Sandy.

-Lo prometido es deuda y aquí estoy, oye ¿has visto a Deby? No la veo por ningún lado.

-La vi hace rato, estaba hablando con un chico, pero no vi exactamente con quien, pero anda por aquí cerca.

-Genial, de seguro me está vigilando ahora mismo.

-No le tomes importancia, vamos a bailar ¿quieres? No dejes que te arruine la noche.

-Bien, vamos a bailar.

Bailamos alrededor de media hora, me sentía un poco nerviosa al principio pero cuando me relajé dentro de la pista de baile improvisada nada me importó, ni siquiera me acordaba que mi hermana menor estaba vigilándome de cerca probablemente.

Después de esa media hora de baile me sentía pegajosa a causa del sudor que corría por todo mi rostro y mi garganta estaba tan seca, como si fuera un desierto que no había recibido agua desde hacía mucho tiempo.

Le dije a Sandy que iba a ir a buscar algo de beber porque necesitaba tomar algo urgente, me dirigí hacia la mesa de bebidas, por suerte no soy tan tonta como para no diferenciar las bebidas que no tienen alcohol, o eso creía yo, hasta que me encontré de nuevo con ese chico.

Estaba tratando de decidir si tomar el vaso con líquido de color negro o el vaso con el líquido de color café; Supongo que el negro es Coca cola y el café es soda de jengibre, estaba a punto de agarrar el jengibre, cuando alguien me dice:

-Si yo fuera tú, no tomaría el tequila que estás a punto de tomar, es demasiado fuerte para alguien tan pequeño.

-¿Y quién dice que quiero tomar tequila?- dije mientras levanto la cabeza y veo que la persona con la que estoy hablando es el chico con el que choqué cuando recién vine.

Me tomó por sorpresa verlo de nuevo a mi lado dándome una lección de bebidas, no me di cuenta que es diez o quince centímetros más alto que yo, tiene cabello negro y ondulado, piel olivácea, ojos marrones y un hoyuelo en su mejilla derecha y dientes muy blancos.

-Bueno, es obvio que no conoces mucho de fiestas ya que no sabes reconocer entre bebidas normales y bebidas con alcohol, ten toma, éste es refresco sin alcohol- dice dándome un vaso rojo.

-Y ¿cómo puedo saber que no estás intentando emborracharme para luego aprovecharte de mí?

-Yo no me aprovecho de niñas pequeñas, si lo hiciera no te diría que la bebida negra es Coca cola con ron y la café es tequila. ¿Ahora me crees?

-No, todavía no pero dime ¿por qué estás diciéndome estas cosas cuando puedes estar disfrutando con otras chicas? Eres muy sospechoso a mi parecer.

-¿Yo soy sospechoso? Tú eres la que choca contra las personas para acercarse sospechosamente, además no pude evitar verte bailar porque tu amiga la rubia, llama demasiado la atención con sus pasos de epiléptica.

-¡No te burles de ella! y además yo no choqué para acercarme a ti, alguien me empujó, ni siquiera te vi la cara. Sabes qué, ¡mejor me voy de aquí!

-No, ¡espera! lo estamos pasando muy bien como para dejarlo como está ¿no crees?


Estaba a punto de darle un puñetazo en la yugular para que se callara, cuando vi a una silueta muy conocida: era Diane la que se estaba acercando a toda prisa hacia mí.




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