-¡QUÉ! ¿Cómo que se atrevió a ir a tu casa?- grita mientras arruga la cara del tal manera que parece haber mordido un limón o como si fuera un gato tratando de asustar.
-Cálmate Sandy ¡Por Dios!- dije retirando mis manos de mis oídos.
-¿Cómo quieres que me calme? Daniell se atrevió a aparecerse en tu casa y salió ileso.
-No por mucho. ¿Tú crees que no me vengaré de él por haber estado en mi casa?
-Sí pero- El timbre que anuncia la hora del almuerzo sonó, salimos pitando del salón antes de que la estampida de chicas hambrientas nos aplaste mientras intentamos salir.
Cuando ya estamos sentadas en nuestra mesa habitual; en el patio del colegio, bajo la sombra de un roble Sandy sigue intentando sacarme información sobre lo que ocurrió el domingo en casa, no se lo quise contar hasta, hoy martes porque ni yo sé muy bien lo que pasó. Sobre todo no sabía si contarle que cuando se fue me tocó que salir a despedirlo y me intentó dar un beso en la mejilla pero yo me moví y terminó besando la comisura de mis labios.
-Y bien… Estoy esperando Andrea.
-¡Sandy! No digas mi nombre de esa manera por favor- le espeto asqueada, me enoja que digan mi nombre completo de esa manera y ella lo sabe muy bien.
-Ok, entiendo. Pero escúpelo de una buena vez.
-¿Qué más quieres que te diga? El tipo fue a ayudar a mi hermana con su trabajo, mi hermana se fue, papá lo invitó a ver películas con nosotros, cuando Deby llegó ella le entregó un dinero; les pregunté por qué se lo daba y me dijeron que en realidad él terminó haciendo la pirámide y ella se lo retribuyó.
-No lo creo, simplemente no creo que eso sea así.
-¿Qué quieres decir?
-Que tu hermana le pague a un compañero para que le haga su tarea. ¡Eso es lo más brillante que he visto en mucho tiempo!
-¡Sandy, concéntrate!- le grité mientras le tiraba una papa frita en la nariz.
-Tienes razón, lo siento. Pero sigo pensando que pagarle a alguien porque te haga la tarea es una genial idea para gastar dinero.
-sabes qué, me rindo. Hoy estás imposible.
-Vamos chica, no te pongas así. Si tú les crees yo les creo, pero te juro que seguiré investigando.
-Sandy, ya deja de jugar con eso- dije rorando los ojos- Nos meterás en problemas.
-Está bien, está bien. Cambiemos de tema. El viernes iremos al cine.
-¿Irás con tu novio?
-Dah, contigo- dice rodando los ojos ésta vez.
-¿Crees que me dejarán ir?- digo sarcásticamente.
-Creo que “tenemos tarea que hacer en mi casa”.
-Estás loca. Ya he burlado la seguridad de mi madre, si se llega a enterar…
-Entonces de ¿qué sirve que nuestras madres sean amigas?
-¿Tu mamá me ayudará? ¿Mintiendo?
-Ella va a llamar a la tuya ésta noche para pedir permiso para que te quedes en mi casa desde el viernes hasta el lunes que regresemos a la escuela.
No pude evitar saltar de mi asiento para abrazar a Sandy. Sin duda es la mejor amiga que pude haber deseado tener.
-Ya basta Thompson- dice zafándose de mi abrazo- termina de comer para que nos podamos ir de una vez a Biología.
-Ok. Por cierto ¿Cuánto falta para que vayamos a escoger nuestro propio dormitorio?
-Un maldito mes y medio. Te juro que ya quiero que se acaben las clases, podamos graduarnos y largarnos de una buena vez de aquí.
-Yo…Yo también- una pizca de duda empezó a surcar mi mente, es como si de repente aún sabiendo que las cosas no son tan buenas para mí, no quisiera irme.
Los siguientes días se pasaron lo más lenta y aburridamente posible; el viernes llegó al fin. Estaba tan feliz que no me despedí de nadie al salir de casa por la mañana.
Al llegar al colegio guardé mi maleta en el casillero del gimnasio porque es más grande, luego me fui a clases.
Al llegar la tarde, nos fuimos a casa de Sandy a tirar las mochilas, nos cambiamos y salimos a dar una vuelta.
-Mmmm… déjame ver- dice Sandy viendo hacia la cartelera.
-¡Maldición Sandy, sólo escoge una película!
-Espera ¿Quieres? Mejor ayúdame a decidir, El padrino o Ender’s Game ¿Qué prefieres?
-Me da igual- digo encogiéndome de hombros.
-No debe darte igual, si no decides escogeré alguna película que odies.
-Ok, ok. Ender´s game.
-Así se ha- Se detuvo, su rostro se quedó inexpresivo, no se movía, ni siquiera sé si estaba viéndome a mí o alguien más.
-¡Sandy! ¡Reacciona!- estaba a punto de darle una bofetada para traerla de regreso pero ella reaccionó a tiempo y con su dedo índice apuntó detrás de mí.
Me di la vuelta pensando un millón de cosas malas que podían encontrarse detrás de mí, así fue; él bobo ése estaba a unos cuantos pasos de nosotras acompañado por tres chicos que parecían ricos y peligros pero sobretodo guapos, no sé si había notado nuestra presencia o sólo fingía no habernos visto.