S de Soltera

Capítulo 11.

El sábado por la tarde, estábamos comiendo hamburguesas en la cama de Sandy, mi fin de semana estaba resultando bastante agradable, disfrutando mientras estoy fuera de casa, nadie que me moleste u odie ver.

Simplemente Sandy tuvo la mejor idea que se le pudo haber ocurrido.

Como decía, estábamos almorzando en su cuarto cuando interrumpe el silencio:

-Entonces... ¿Qué pasó en el cine?

-Estuviste ahí, ¿Porqué preguntas eso?- Me pilló, simplemente su intuición sabe que algo pasó y me aterra aceptarlo.

-Estuve inconsciente casi toda la película.

-Claro. Si no te hubieras dormido estarías enterada de todo. Además que dejaste un gran rastro de saliva en la butaca.

-Vamos, estaba tan enojada que al final me dormí y ahora no me quieres contar que sucedió.

-Está bien, sólo vimos la película mientras tú roncabas como camionero.

-No te creo- dice entrecerrando sus ojos- Hay algo que no me estas contando.

-Pues... me di cuenta que... puede que... exista la posibilidad... de que... ya sabes... que - Ella me interrumpe gritando:

-¡DILO DE UNA VEZ!- mientras lanza una almohada a la pared.

-¡Está bien! Creo que me gusta- dije con un tono apenas audible mientras miraba hacia abajo.

-Disculpa ¿Qué dijiste?- dice ahuecándose la oreja con su mano.

-¿Me harás repetirlo?- ella asiente secamente- Bien, Me gusta Sandy, creo que Daniell me gusta.

-Ya era hora- dice rodando los ojos.

-¿Cómo que ya era hora?

-Todos lo notan, menos tú. No puedo creer que te haya tomado tanto tiempo aceptarlo. ¿Cuándo se lo dirás?

-¡NUNCA!- una ola de pánico se apoderó de mí.

-Vamos, deja de ser cobarde por una vez. Díselo, creo que es un buen chico, un poco tonto tal vez pero perece que siente lo mismo.

-¿Tú crees?- De repente ya no quiero volver a verlo

-Oh claro que lo harás.

-Mejor cambiemos de tema ¿Quieres?

-Está bien- deja escapar un suspiro desganado- Tenemos cosas que ir a comprar antes de irnos a la universidad ¿Quieres que vayamos a comprarlas ahora?

-Claro, por qué no- me encojo de hombros agradecida de que ya no continuemos hablando de eso.

Salimos al centro comercial a comprar unos edredones para nuestra habitación, yo quería comprar uno de color azul marino mientras que Sandy peleaba con la cajera por uno de perritos.

Al final, nos terminaron sacando de la tienda porque Sandy tenía que hacer una escena, le prohibieron regresar por todo un año por interrumpir el orden en una tienda.

-¿Ves? Te dije que no pelearas con la cajera.

-Ella empezó todo, yo iba a pagar con tarjeta de crédito y ella me dijo que en efectivo o que me largara. Debería denunciarla por racismo contra las rubias.

-Eso ni siquiera existe, vamos Sand, tenemos que seguir buscando muchas cosas más.

Ella se detuvo frente a una tienda de trajes de diseñador para hombres, me golpea el hombro, apunta a la vitrina señalando a Daniell y sin quitar la vista de la tienda dice:

-Mira a quien tenemos aquí. Aún no nos ha visto, deberíamos seguirlo.

-Ni loca, ve tú sola.

-¿No quieres saber adónde va y con quién?

-No. Ni siquiera quiero verlo en éstos momentos.

-Sólo un ratito- ruega haciendo un mohín. Me jala a una tienda de disfraces y compra dos pelucas, dos gorros y lentes de sol para ambas.

Cuando termina de comprar me pone una peluca rubia larga y lisa, un par de lentes oscuros y un gorro peruano.

Ella se coloca una peluca pelirroja y rizada, unos lentes oscuros con forma de corazón y una gorra azul.

Es oficial, no puedo verme más ridícula y lo peor de todo es que no sé como terminé espiando a Daniell mientras se prueba ¿un traje hecho a la medida? Esos son diez veces más caros que un traje comprado normalmente.

Entramos a la tienda y nos escondimos detrás de las corbatas, él estaba hablando con un vendedor probablemente, que sostenía un traje gris y uno negro. Si me lo preguntan con el negro se vería mejor que Will Smith en Hombres de negro.

Se metió en un cubículo y salió con el traje negro puesto pero en su bolsillo superior izquierdo del saco tenía ¿una rosa roja y una cadena de oro?

-Psss, así se mira como un mafioso- me susurra Sandy. Simplemente asiento despacio. No puedo evitar estar más de acuerdo con ella; él se mira en el espejo, agudizo mi oído y le escucho decir que se llevará ambos trajes.

Después de que salió de la tienda de trajes, se metió a una tienda de relojes, y si mi vista no me falla ¡se compró un rollex! En el mismo instante en que lo vio en el mostrador. Sólo deslizaba su tarjeta de crédito negra y nada más.

Estuvimos muy cerca de que nos descubriera cuando lo vimos entrar en una tienda de zapatos, desde lejos observamos que compró unos zapatos formales de color negro.

Sandy me hizo un gesto para que saliéramos de la tienda mientras él pagaba, yo la obedecí. Cuando estábamos afuera, nos dejamos caer cerca de una fuente y dice:

-No entiendo, nada de esto tiene sentido.

-Ni yo. Por eso te dije que era mala idea seguirlo- en ese momento él repuntó por la puerta de la tienda, entré en pánico y lo único que se me ocurrió fue hacerme pasar por una extranjera, sentí mi voz quebrarse pero le logré decir a Sandy en francés:




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