S de Soltera

Capítulo 13.

Estoy sentada en una mesa llena de personas totalmente falsas, la mayoría de éstos hombres y mujeres se han hecho más de alguna cirugía; desde el botox hasta quitarse la flacidez de encima.

Todos tienen una sonrisa estúpida en sus rostros, con el interés en la nariz y los chismes en la lengua. Todos estamos aquí por un solo motivo: El  cumpleaños de mi abuela.

Cuando recibí la noticia de que mi abuela había venido de visita hace cuatro semanas, nunca me imaginé que no solo vendría a acabar con lo poco que  me quedaba de paciencia, sino que también vino a  meterse por completo en mi vida (literalmente). Ha sido las peores semanas de mi vida; ella me ha criticado, abucheado y hasta chantajeado para asistir a su fiesta de cumpleaños.

Mi abuela es así, es muy buena para conseguir lo que quiere, cuando quiere y de quien quiere. La abuela en su juventud fue una modelo, fue muy famosa cuando era joven; ahora sólo es una mujer mayor intentando revivir los años mozos que ya perdió. No me extraña que el abuelo la haya dejado sólo para irse con una chica joven y ahora ella intenta hacerle darse cuenta “de lo que se pierde”.

Pobre abuelo, gracias a Dios que se alejó que la golem que tenía por esposa.

Para mi fortuna, Sandy y sus padres fueron invitados a ésta “pequeña reunión”; las dos parecemos niños castigados, sentados en una mesa llena de farsantes.

Mi “adorada” abuela me obligó a ponerme un feo vestido color mostaza que pica por todas partes, si por mi fuera lo hubiera quemado con un lanza llamas al instante en que me lo dio. Pero eso sólo me hubiera servido para que me castigaran de nuevo.
Me ha estado insistiendo con –Querida, no comas tanto o engordarás más. -Querida, deberías cambiar tu forma de vestir, así pareces un vago-; -Querida esto, Querida aquello- ¡Ya me tiene harta!

Mi abuela es un poco… Un poco loca, por decirlo así, sin contar que no soy su nieta favorita ya que según ella soy la oveja negra de la familia. Ella siempre ha tenido preferencias con mis hermanas, claro, son dos materialistas que se dejan convencer por una mujer de cincuenta y dos años que cree que tiene quince.

Sip, es verdad. Mi abuela se casó a los dieciséis años por medio de un matrimonio arreglado. Como mi abuelo tenía una buena herencia esperándole no dudó en casarse y ahora ella piensa que un matrimonio así me vendría bien ya que como soy la solterona de la familia, me harían un favor buscando a alguien que se case conmigo por interés.

¡Que se jodan! No necesito un matrimonio arreglado a los dieciocho años. Simplemente necesito irme de ésta casa de locos.

¡Dios! Juro que preferiría morir a estar aquí un minuto más. Mi vida ha sido un infierno desde aquella vez que salimos a comer tacos…

Ese día, todo se terminó para mí. Después de que me fui no volví a hablar con él, decidí que yo no iba a seguir haciéndome ilusiones con alguien a quien no le agradaba estar conmigo y no quiero volver a verlo.

Daniell estuvo insistiendo la primera semana; yo no contesté ni un solo mensaje o llamada. Pensé que era lo mejor, a la siguiente semana ya no molestó más, ni la siguiente, ni la siguiente.

Entendió mi mensaje, yo no iba a continuar siguiéndole el juego, no iba a ser una más de sus amiguitas.

Para colmo, todo se volvió peor incluso en la escuela, Diane empezó a agredirme nuevamente sin descanso, no sé que mosco le picó pero su única víctima era yo. En casa me han estado regañando todos los días por estar más amargada de lo normal Papá se fue de viaje y desde entonces no ha venido a verme. ¡Como si no tuviera mis motivos!

Es la hora de que todos le den sus regalos a mi abuela, le pego a Sandy en el brazo para que nos levantemos a  darle el nuestro.
Ella se levanta a regañadientes, porque la obligué a dejar de mensajear con su novio, nos levantamos y nos dirigimos al frente de la mesa. Cuando llegamos ambas ponemos nuestra sonrisa más falsa. Yo extiendo mis manos y le digo:

-Feliz Cumpleaños abuela, espero que cumplas mucho más- ella agarra el paquete de mis manos, lo sacude para escuchar qué contiene adentro y dice:

-Muchas gracias querida, espero que sea algo bueno. ¿Qué es?

-Oh, es una crema para tus arrugas- ella cambia su expresión a una muy seria, me frunce el seño- Ya sabes, no queremos que te salgan- le digo burlonamente enfrente de todos.

-¿Estás insinuando que estoy vieja?- dice totalmente cabreada.

-Por supuesto que no- interviene Sandy- Pareciera que apenas está cumpliendo dieciocho- dice poco convencida.

Le susurro a Sandy en el oído- Sí, claro dieciocho más treinta y dos- Ambas nos esforzamos para no reírnos frente a ella y nos vamos antes de que pueda decirnos algo más.

Mamá sólo me da una mirada desaprobatoria desde el otro lado de la mesa, gracias al cielo que está ocupada alardeando de su vida.

Así es mi familia, todos sólo vienen para alardear de cualquier cosa que a nadie le importa, todos han sido criados así y supongo que no conocen otra forma de vivir.

Sandy y yo nos alejamos lo más que podemos hasta sentarnos en un sillón. Vemos que todos están empezando a ponerse un poco ebrios ya que de eso se trata: Comer y beber todo lo posible ya que para ellos es gratis.




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