S de Soltera

Capítulo 20

Estoy sentada en un McDonnallds frente a mi abuelo, él está literalmente devorando una cajita feliz, como si fuera un niño pequeño. Mi hermana está sentada a la par mía, no ha levantado la vista desde que llegamos y tampoco ha tocado su comida.

-Entonces… ¿Qué haces por aquí?- le pregunto a mi abuelo.

-Visito a la familia y busco una casa grande y bonita- dice sin dejar de comer.

-¿Sigues con la tonta idea de querer ser el dueño de la próxima casa Playboy?- le pregunto irritada.

-¡Pffff! Eso es para principiantes- dice él restándole importancia con la mano- Ahora que ya me retiré de la mundana vida de los negocios, ya puedo dedicarme a mis nietos, viajar donde quiera sin que la bruja de tu abuela me siga molestando.

-¿A qué te refieres?- pregunta Kate al fin.

-Me refiero a que- se limpia la boca con una servilleta- Mientras no me retiraba del mundo de los negocios, tu abuela recibía una buena pensión de mi parte. Pero ahora que al fin me he jubilado, ya puedo dejar de mantenerla.

-Ella no necesita tu manutención- dice Kate.

-Por supuesto que no la necesita, ella sólo lo hace para seguirme atormentando.

-¿Ósea que ahora planeas vivir aquí?

-Sí, he decidido vivir cerca de mis nietos, más ahora que seré bisabuelo- dice orgulloso y contento.

-¿Estás contento por que vas a ser bisabuelo?- le pregunto.

-¿Acaso no debería estarlo? Yo siempre pensé que iba a morir sin ver algún bisnieto.

-Sabes, normalmente eso hace sentir a los hombres de tu edad más viejos- le digo mientras como mis papas.

-Bueno, no todos los ancianos somos iguales.

-Por cierto, ¿Dónde está tu nueva novia?- le pregunta Kate con tacto.

-Terminamos- dice encogiéndose de hombros- He decidido que no seguiré perdiendo el tiempo con mujeres más jóvenes e indecisas que yo.

-Eso significa que…

-Que gracias a tu abuela voy a morir solo- dice apretando la mandíbula- De no ser por mis nietos, te juro que jamás me habría casado con ella. Es más, hasta hubiera retrocedido lo más lejos posible el día que la vi por primera vez.

-¿Ya decidiste dónde vas a vivir?- le pregunto para cambiar de tema.

-Eh, sí. He encontrado un par de casas muy bonitas pero son demasiado grandes para un viejo como yo.

-¿Cuándo planeas mudarte?- le pregunto con la esperanza de que me deje ir a vivir con él mientras no me voy a la universidad.

-Estaba pensando mudarme ésta semana. Pero lo más importante aquí es ¿Qué van a hacer ustedes dos a partir de ahora?- Pone su barbilla sobre sus manos apoyadas sobre la mesa. Kate y yo intercambiamos miradas y le digo:

-En realidad, no lo sé. Creo que tendré suerte si mi mamá me deja regresar a casa  y dejarme salir de regreso.

-No creo que lo haga- dice encogiéndose de hombros.

-¿Por qué?

-¿Qué sentido tiene mantenerlas encerrada si van  a recriminarle por el resto de sus vidas?

-Eso tiene sentido- dice Kate.

-Les propongo algo- dice poniéndose serio- Vamos a casa de Elizabeth y tengamos una plática de adultos- Se me congeló el alma al escucharlo decir eso.

-No creo que eso sea discutible- digo.

-¿Qué es lo peor que les puede pasar?- dice él.

-Mmm, no lo sé. Quizás solo me castigará y me encerrará de por vida, ya lo ha hecho antes ¿Qué te hace pensar que no lo puede volver a hacer?

-Pero ustedes ya no son unas niñas, si se comportan como adultos ella tendrá que aceptar que ustedes ya no le pertenecen.

-Supongamos que somos tratadas como adultos- dice Kate- ¿De qué nos serviría eso? Mientras sigamos bajo su techo debemos hacer lo que ella diga.

-¡Pffff! Tu madre nunca fue la más obediente- dice resoplando- Cuando descubrió el mundo de las “mujeres de sociedad”- levanta el dedo meñique- Fue cuando empecé a envejecer.  Lo que quiero decir, es que vamos a ir y ustedes van a decidir por ustedes mismas lo que quieren hacer. Si deciden irse de esa casa, siempre habrá alguien que las apoye sino ¿Para qué está el viejo de su abuelo?

-¿En serio? ¿Estás dispuesto a apoyarnos?- digo.

-Claro que estoy dispuesto, si alguna quiere venir a vivir conmigo será bienvenida, la única condición es que hablen primero con su madre y luego con su padre.

La oferta es demasiado tentadora, creo que sería estúpido no aceptarla, considerando mi situación actual y la de Kate, nos convendría mucho ser respaldadas por el abuelo, mamá tendrá que respetar nuestras decisiones sí o sí.

Cuando llegamos a casa, las piernas me temblaban, mi estómago se sentía raro y quería regresar las dos cajitas felices que me comí hace rato.

La casa estaba totalmente vacía, como si no hubiera habido una gran fiesta hace unas pocas horas, todo está rodeado por un sepulcral silencio abrumador que hacer querer salir corriendo de aquí.

Pareciera que mamá ya estaba preparada porque apenas estaba apuntando el botón del timbre cuando ella ya había abierto la puerta.




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