S de Soltera

Capítulo 21.

-¿Qué quieres decir con que ya no vas a vivir aquí?- pregunta mi mamá "tratando de sonar calmada" aunque yo sé que eso es mentira o de lo contrario no tuviera ese horrible tic en su ojo izquierdo.

-Así es. No quiero seguir viviendo aquí. ¿De qué me sirve vivir en una casa grande y bonita si no tengo lo único que necesito de ustedes?- digo.

-¿De qué estás hablando?- dice mamá.

-¿De qué hablo? Lo único que quiero de tu parte es que me apoyes, que creas en mi tan siquiera una vez. Pero tú siempre te la pasas jugando a ser la mujer perfecta delante de todos. Ni siquiera te importa si estamos bien o mal, para ti primero es tu nuevo novio y la perfección que proyectas frente a los demás.

-Por favor, ya eres una niña grande como para que vengas con reproches como ése- dice ella.

-¿Sabes qué quería estudiar en la universidad? ¿Sabes qué quería para mi cumpleaños? ¿Sabes por qué quiero irme lo más lejos de ti?

-No entiendo muy bien lo que- Jordan la interrumpe diciendo:

-Ella tiene razón- Tiene una mirada triste, como si se sintiera culpable por todo y bueno, sí él tiene algo de culpa pero no lo voy  a meter en todo esto.

-¿A qué te refieres?- le pregunta mi mamá horrorizada.

-A que, he sido testigo de cómo abandonas a tus hijos fácilmente y todo es mi culpa. No quiero quitarles el puesto de su padre, yo simplemente he intentado que ellos me acepten,  pero no me di cuenta que en realidad les estaba robando a su madre.

-¡No es tu culpa!- le dice Kate, todos la volteamos a ver y ella sigue:

-Ella ha sido así desde el principio, nunca se ha puesto a pensar que tal vez queríamos algo más  que todos los lujos que nos ha dado. Yo sé que fue mi culpa el haber cometido ese error- se mira el estómago- pero ella nunca se sentó a mi lado para conversar sobre lo que significa tener una relación, ella jamás nos hizo pensar que nos quería aún cuando cometemos error tras error todos los días- su voz se quebró en ese instante, mi abuelo la rodea con un  brazo y la conforta. Mi papá se pone de pie, camina un par de pasos y le dice a mamá:

-Te dejé la custodia de ellos sin ninguna protesta.

-¿Ahora qué más sigue? Yo soy la mala del cuento siempre. El divorcio fue tu idea.

-No. Desde el momento en que te dije lo del divorcio, tú has estado utilizando a nuestros hijos. No te basta con tener a uno lejos, dos se quieren ir y la otra está siguiendo tus pasos. Ya puedes estar contenta, tus hijos te odian y no los culpo. -Espera, ¿Piensas que yo he utilizado a nuestros hijos para mí beneficio?

-Bueno, fingiendo ser una madre abandonada por una mujer más joven has estado quedando bien con mucha gente. ¿Acaso eso te sirve de algo? Pensé que cuando sacaste a los cuatro niños de la casa en San Francisco, ellos estarían bien. Pensé que ellos podrían comenzar de nuevo, que regresarías a Andrea como era antes, pero me equivoqué al esperar lo mejor de ti.  Si se quieren ir y abandonarte está bien por mí.

-Se están saliendo del tema- dice el abuelo- Yo no traje a estas dos niñas para que escuchen sobre sus problemas personales, las traje aquí para que les hagan saber que ya tomaron una decisión y quieran o no, la van a respetar. Si ellas dos dicen que se quieren ir a vivir conmigo con gusto las aceptaré en mi casa.

Un vaso estrellándose contra el suelo rompió la tensión que se había generado en la sala. Todos seguimos el sonido de los trozos de cristal, al levantar la vista me fijé el rostro de mi abuela.

Quizás tantos años de no verse la cara con mi abuelo no la habían preparado lo suficiente para éste momento, quiero decir, la verdadera pelea está por comenzar.

Mi abuela reaccionó al instante, su rostro se endureció, luego apuntó con el dedo índice y empezó a gritarle al abuelo:

-¡Tú! ¡¿Qué se supone que haces aquí?!

-A diferencia de ti, ¡yo si estoy por algo importante!

-¡Vete de ésta casa ahora mismo o pediré que te saquen!

-De aquí sólo me iré por mis propios pies y con mis dos nietas.

-¡Sobre mi cadáver sacarás a alguien de aquí!

El abuelo sabe cómo mantener la calma muy bien, a diferencia de la abuela y mi mamá. En realidad, creo que las mujeres de la familia no sabemos mantener la calma como él.

Mamá salta inmediatamente en medio de los dos y dice:

-Si van a pelear será mejor que se vayan los dos.

-Yo no voy a permitir que éste demonio me siga diciendo qué hacer- dice el abuelo.

-¿Demonio?- bufa la abuela ofendida- Busca algo mejor que eso.

-Siempre lo he hecho, acaso ¿No recuerdas que me divorcié de ti?
Auch, ese si fue un golpe bajo. La abuela dejó de reírse instantáneamente, ahora era ella quien tenía un tic en su ojo izquierdo. Las comisuras de sus labios mal pintados de rojo se curvaron en un intento de sonrisa y dijo al fin:

-Intenta sacar a alguien de aquí y te mataré con mis propias manos.

-¿Qué demonios te pasa? ¿Ahora quieres jugar a la abuela que se preocupa por alguien más que tú? Será mejor que pienses cómo detenerme o simplemente quédate callada y no opines- le dice el abuelo con un tono severo y amenazante mientras se acerca lentamente a ella.




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