S de Soltera

Capítulo 23.

El marcador indica treinta y cuatro a veintisiete, mi instinto me dice que vamos ganando por siete puntos a las focas de North West University, faltan cinco minutos para el medio tiempo, los chicos patinan sin miedo sobre la pista, pareciera que nunca fueran a caer.

La mascota de nuestra universidad es un oso polar, está bailando animadamente en las gradas, Jesse la mira como un niño pequeño totalmente hipnotizado mientras que Sandy y Joey están gritando a todo pulmón para apoyar a nuestro equipo.

El timbre suena y el árbitro da un pitido para  indicar el medio tiempo, Sandy me toma del brazo y me jalonea hasta la barra de bocadillos, ella, Joey y Jesse empiezan a arrasar con todo al pedir todos los perros calientes que el vendedor ya ha preparado.

Yo me quedo unos pasos atrás, observando y preguntándome ¿Cómo diablos llegué aquí? Ah, es cierto, la semana pasada, Ethan se sentó en nuestra mesa a la hora del almuerzo sólo para entregarnos unos boletos para el partido de hockey de ésta noche, prácticamente me arrastraron ya que yo no tenía intenciones de venir ésta noche, yo quería quedarme a hibernar pero supongo que el juego no ha estado tan mal del todo, además ya estoy empezando a entender las reglas.

Sandy se da la vuelta y me pregunta:

-¿No vas a comer nada? O ¿Prefieres que yo pida por ti?

-Olvídalo, prefiero pedir unos nachos antes que tú me sobre alimentes- le digo sonriendo, ella se da la vuelta y pide mi orden.

Es increíble ver cuanto pueden comer y no engordar estos tres, me imagino que no les ha de costar nada mantenerse en forma.

Por otra parte, una mano salta hacia mi hombro, eso me hace dan un brinco del susto, me doy la vuelta y Ethan está parado detrás de mí, su traje está mojado pero pareciera que él no tiene frío, me da la sensación que su cabello fue aplastado por el casco pero ahora está disparado en todas direcciones húmedo también, él me está sonriendo y me dice:

-¡Viniste! Pensé que no vendrías pero aquí estás.

-Bueno, no tenía pensado hacerlo pero- me doy la vuelta para fulminar a Jesse, él está a punto de darle una gran mordida a su perrito caliente y se detiene al verme, aún con la boca totalmente abierta me dice –“¿Qué?”- yo me volteo de nuevo – pensé que sería divertido salir un sábado en la noche a ver un partido de Hockey.

-Claro que es divertido salir los sábados a ver un partido, por eso les pedí que vinieran- sonríe aún sin notar mi sarcasmo.

-¿Te gustaría venir a la fiesta que celebrarán después del juego?- me pregunta.

-¿Fiesta? Pensé que sólo era el juego.

-Oh no, después de cada partido se celebra una fiesta en un lugar del campus, usualmente no voy pero ya que ustedes están aquí… Ya sabes, nada salvaje ni tampoco aburrido.

-Me encantaría ir pero no me gustan las fiestas- le digo gentilmente, la verdad es que después de mi primera y última fiesta toda mi vida se puso patas arriba y no quiero volver a conocer a alguien como Daniell.

Ethan estaba a punto de decir algo más pero una voz masculina le grita desde lejos:

-¡REYNOLDS! ¡Deja de parlotear con tu novia y regresa a la pista!

¿Novia? Yo no veo ninguna, a menos que… se refiera a la pelirroja voluptuosa del otro día que se está acercando a nosotros, camina como si estuviera modelando y yo en su lugar estaría un poco más vestida y no usaría unos tacones tan altos. Se acerca hasta nosotros y dice:

-Ethan, te he estado buscando todo el medio tiempo ¿dónde estabas?- hace un puchero que más bien parece una mueca a punto de vomitar o al menos a mí me parece eso, ella se arrima a su brazo, él se la quita de encima con cautela y le dice:

-He estado ocupado, pero el entrenador me está llamando. Te veo luego- se va corriendo sin voltear.

La pelirroja me examina con la vista, los ojos entrecerrados, hasta que los abre bastante y dice con una sonrisa fingida:

-¡Hola! Mucho gusto, soy Paulina, ¿tú eres?

-Andy- le digo cuidadosamente, he aprendido a no fiarme de las personas que sonríen demasiado, usualmente algo malo está pululando en sus mentes cada vez que te ven así.

-Es un gusto al fin conocerte- dice sonriendo diabólicamente, ¡eh! ¿Al fin conocerme?- Ethan siempre habla de ti- dice rodando los ojos- Pero, en realidad quería decirte algo, ¡Aléjate de él hermana! Busca otra distracción porque él ya está reservado- su expresión cambió de una dulce y tierna a la de un gato arrugado.

Después de decirme eso, se fue como si nada. Me quedé sorprendida al ver el cinismo de esta chica, yo no uso a Ethan como una distracción, él es el que siempre que nos ve se acerca a nosotros.

Sandy me golpea el hombro, al darme la vuelta me da mis nachos y me pregunta:

-¿Quién era esa chica? Pareciera que no conoce que existen tallas más grandes que la que lleva puesta.

-Es una… Uh, sabes quizás debería irme, estoy un poco cansada, ya sabes.

-¿Irte?- pregunta Jesse- Ni lo sueñes, iremos a la fiesta después del juego, si estás cansada deberíamos conseguir unos red Bull y ya está.




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