S. O. S. Elisa

Introducción

El mar estaba agitado como una fiera herida, sostenía la mano de Elisa con fuerza, parecía el fin del mundo.

Los gritos de las criaturas eran estremecedores, el cielo se contraía sobre sus cabezas, mientras los chillidos de las serpientes marinas se oían como azotes a la cordura.

El yate se sacudía con la fuerza del mar y chocaba con las otras embarcaciones que se encontraban atascadas. El olor al hierro oxidado se hacía más potente, y crujidos terribles dominaban el entorno.

—Tenemos que irnos, Elisa…

Tiraba de ella y sentía resistencia de su parte.

—Vamos, Elisa, vamos…

Su hermana se detuvo y ella la miró, pudo ver el terror en sus ojos y un dolor grande.

—¡No puedo!

—¡Elisa!

—No puedo salir de aquí…

Las criaturas se retorcían violentamente frente a ellas, las olas que levantaban chocaban contra sus humanidades.

—Elisa, tenemos que irnos, es la única oportunidad que tenemos.

—No puedo…

El barco se soltó. Era el momento, en que tanto habían esperado, y ella tiró violentamente de su hermana, que se hundió en el agua y emergió agitada.

—¡El barco!

El barco comenzaba a soltarse de ese penoso imán que lo detenía. Ana se abrió paso en medio de las furiosas olas, tomando de la mano a su hermana.

—¡Tenemos que subir!

—No… moriremos… No…

—Elisa, es la última oportunidad que tendremos.

Elisa la miró con ojos desoladores y una ola la apartó de su lado y la envió lejos de ella.

—¡Elisa, ven!

Los ojos verdes de Elisa parecían decirle. Ya no puedo más.

—¡Sí puedes! ¡Ven! —ordenó.

Elisa negó con la cabeza, su destino estaba sellado en esos momentos. Ana subió al barco y le gritó.

—¡Elisa, tenemos que irnos de aquí!

Su hermana, como un lamento, le gritó.
—¡Te amo, gracias por venir por mí!

—¡Elisa! —un movimiento brusco la tiró al suelo y se agarró de la barda y volvió a gritar—. ¡Elisa, Elisa!

Una ola cubrió a su hermana y otro estremecimiento la hizo caer hacia atrás. Los gritos de las criaturas eran ensordecedores y lo acompañaban chillidos terribles. Estaba en el infierno, de seguro estaba en el infierno.

Vio otros barcos, estrellarse los unos contra los otros, el ruido que hacían era terrible.

Se cubrió los oídos con terror y se arrastró hacia la cabina, sus fuerzas la estaban abandonando.

—¡Elisa!

Sollozó haciéndose un ovillo en el piso, había fracasado, no la pudo salvar y tal ni ella podría salvarse, estaban muertas para el mundo.

La voz apremió en ese momento.

—Dime, ¿qué pasó después?

Escuchaba una voz a lo lejos, apenas podía abrir los ojos.

—No hay posteriormente…

Las voces afuera, como ecos lejanos. El oficial se dirigió al hombre con el rostro crispado y le indicó.

—Queremos que haga un reconocimiento de esta persona. El hombre se asomó y vio a su hija Ana, de muy mal semblante.

—¡Es Ana!

—La encontramos a la deriva, debe tener como 15 días, deshidratada, famélica y repitiendo el nombre de una mujer, Elisa.

—¿Elisa?

—Sí, dice que no pudo salvarla.

Frank Rothern miraba a su hija en ese estado, tan delgada, tan frágil y comentó.

—Elisa murió…

—Sin embargo, este barco está registrado a su nombre.

Frank no dado a creer en misterios, y peor en milagros comentó.

—Eso es imposible, mi hija se perdió en el Triángulo de las Bermudas hace 7 años, junto a su barco.

—Señor Rothern —le mostró imágenes del barco—, ¿este es el barco?

Los ojos de Rothern se abrieron tan enormes que parecían que saldrían de su sitio.

—¡No puede ser!

—Parece que su hija logró encontrar a su hermana, aunque algo malo, muy malo pasó y la dejó en ese estado.

—Ana… —se acercó a la cama de su hija—. No te rendiste, siempre luchaste por encontrarla y parece que lo lograste.

Ana se hundía en el fondo de los recuerdos junto a criaturas que nunca debieron estar allí, junto a náufragos, junto a leyendas en medio de las Bermudas.

**IMPORTANTE**

Esta novela tiene: SIRENAS, MISTERIOS OCULTOS, MONSTRUOS MARINOS, EL AMOR DE DOS HERMANAS y mucho más.

Espero sus comentarios para seguir adelante con ella.




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