S. O. S. Elisa

Cap. 21 Atacados, la guerra empieza

David recibió un mensaje de Ana, le contaba lo de Jack y su cruzada, entonces le pidió que fuera a verla en la casa de este para hablar.

—Rayos, debo de irme, mamá no salgas de nuevo.

—¿Por qué?

—Es por seguridad, quédate con ella, Leslie.

Ella asintió y la señora le comentó.

—No tengo por qué salir, no quiero más que darme un baño y dormir una siesta.

—Podemos pensar en un sitio para mudarnos —le dijo el joven.

—¿Por qué? Te gusta este lugar.

—Ya no, vuelvo, no salgas.

Salió en su auto rumbo a la casa de Jack. La señora Clayton le dijo a la joven.

—¿Qué le pasa a ese chico?

—Esta emocionado, vender la casa de Blake es alucinante.

—Sí, es cierto —su móvil sonó—. Espera… ¿Diga? En serio… Claro, pero a esta hora… Sí, sí puedo ir, claro iré.

Ella cerró la llamada y la joven le preguntó.

—¿Qué sucedió?

—Es que no se firmó unos papeles y desean firmar justo ahora, tendré que salir.

—Pero prometió que no saldría.

—Lo sé, pero es por la venta, no tardo.

Tomó sus llaves y le dijo a la chica.

—Dile a David que tuve una emergencia, se enojará, pero no hay de otra.

Leslie tuvo un mal presentimiento y la vio salir en su auto y ella tomó la bicicleta de David y salió tras ella.

**

Ana tocaba los equipos que seguían tirando unas melodías tristes y escuchó la voz de Jack transmitiendo desde el yate.

—A todos los que están sintonizando mi radio, estoy rumbo al Triángulo, no lo pensé, pero estoy preparado para la guerra.

“Hace buen tiempo, como dirían los marineros, pero sabemos que esto va a cambiar. Es una noche maldita.

Entonces cambió de tono.

—Lamento dejar todo. Voy a decirles mi testamento, le dejo mi dinero a Ana Rothern para que busque a su hermana, mis equipos a David Clayton, es joven y merece meterse en problemas.

David al escuchar esto frenó frente a la casa de Jack y se quedó mudo de la impresión.

—Bueno, espero que mantengan viva mi memoria, no boten mis fotos, ni mis trabajos, hagan un museo con eso. Por el momento eso es todo, moriré con Babaloo dando pelea.

Ana salió a verlo y lo encontró congelado en el volante, el joven intentaba asimilar lo escuchado.

—Me dejó su equipo.

—Así parece.

—¿Qué le dio al tipo?

—Quiere morir y vengarse, pero solo conseguirá morir, estamos tratando con fuerzas demasiado grandes.

David bajó y le comentó.

—Temo por mi vida y la de mi madre, vimos lo que los Blake son capaces de hacer y temo que nos quieran borrar.

Trevor se acercó a ellos y les dijo.

—Vengan adentro, preparé café.

Ellos entraron y vieron todo el mundo de Jack y ella les comentó.

—Quisiera tener agallas para hacer eso, pero no volver me da terror.

—A dónde llegar, ese es el verdadero terror.

Ellos asintieron sin saber lo que vivía la señora Clayton.

**

Cuando llegó a un sitio solitario y miró a todos lados, luego consultó la ubicación y le daba el sitio correcto.

—¡Qué raro!

Estaba cerca de los muelles, podía escuchar el sonido del mar chocando contra los botes que estaban anclados y no se veía a nadie visible.

Leslie se escondió detrás de unos arbustos y vio a la madre de David mirando a todos lados.

—¿Hola?

Vio salir a unos hombres raros y retrocedió.

—Creo que me equivoqué de dirección… —quiso abrir la puerta y un sujeto se la cerró.

—Tu hijo está haciendo muchas preguntas y molestando a los poderosos.

—¿Qué?

La agarró del brazo.

—Tu hijo va a morir.

—¡Suélteme!

El sujeto con voz intimidante la sacudió.

—Tú serás comida de peces.

—Ayu… —la golpeaban.

Leslie tenía que intervenir y recordó quién era y de repente comenzó a sacar su voz de sirena que comenzó suave hasta volverse más fuerte, al punto que aturdió a uno de los sujetos que se cogió el rostro.

Otro se tapaba los oídos.

—¡No la resisto! —sacó su arma—. Ella dice que te dispare.

—¡Qué! —retrocedía el otro.

—No puedo… Cállenla.

Rastrillaba el arma. La señora Clayton abría su auto y se refugiaba en él cuando escuchó la detonación.




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