A veces la acción más dolorosa y errónea que podemos hacer es callar nuestras emociones
Al pasar de los días, llegaba a hablar más tiempo con Jackson, por lo general era en las noches, cuando el terminaba su tarea. Conocerlo más me encantaba, me emocionaba al ver sus mensajes, mirar la pantalla, y ver su burbuja de chat ahí, era algo que me saca una sonrisa, una boba y torpe sonrisa.
Trataba de no ser cortante para poder hacer que él se interesara, y nuestras pláticas no fueran tan secas, vacías, y lo más importante, no fueran cortas, para así platicar más y más con él.
Trataba de extender mi opinión, mis preguntas, algo que se me dificulta demasiado, y me ha traído algunas complicaciones con las personas que quiero conocer, ya que creen que soy reservada o no deseo hablar con ellos, pero no es así, es solo que no sé cómo poder expresarme, ya que las veces que lo he hecho, mi opinión es silenciada e ignorada; muchas veces no les gusta mi forma de pensar o de ver las cosas, y terminan en un conflicto conmigo, cuando yo los dejo expresarse. Por eso considero que tengo muy pocos mejores amigos.
Jackson se empeñaba en saber más de mí; mi sueños locos y no tan locos; mi opinión, mis gustos, lo que hacía, y viceversa, yo quería conocer todo lo que pudiera de él.
Aunque no quería depender de sus mensajes, porque eso implicaría que esperaba demasiado de él (y esperar demasiado de las personas trae el rompimiento doloroso y acertado de una burbuja que empezamos a construir y cuando esto pasa, solo queda afrontarlo, soportarlo y superar el dolor que traerá).
No lo culparía si eso pasaba porque como todo ser humano, tenía errores y Jackson no conocía lo que sentía por el, además de que no era culpa de nadie. Nadie nos dice que sentir o no sentir.
Claro que como a la mayoría de las personas, no me gustaría que Jackson me lastimara, porque no sabría cómo podría reaccionar ante ello; porque llego a ser irracional, lo que provoca que mi razón se duerma, y no logro controlar mis emociones por completo, ni las palabras. Las ignoró para hacer que no se apoderen de mí y mantener mi razón, para que las palabras que logre decir, no lastimen a los que amo y aprecio.
Para ser sincera, le temo al amor; las anteriores veces no me habían dado miedo, pero por el hecho que aún lo estaba conociendo. Pero ahora lo conozco y sé los sacrificios, las acciones que exige y pide; no es como que el amor sea malo, pero entenderse con las personas, es lo más complicado. Llegamos a ser tan diferentes, que nuestras ideas chocan, pero es esa diferencia de ideas que hace que las personas se complementen, se entiendan y lleguen a superar los momentos difíciles que tienen que pasar.
Sé que el silenciar mis emociones por completo no es un acierto, es un error, por eso lo expreso; al escribir, al cantar en mi habitación (porque no deseo que los demás escuchen mi voz), y al bailar en las habitaciones del departamento donde sé que nadie me podrá ver, porque es la única persona a la que no puedo ver.
Conforme platicaba con Jackson, más sabía de él, como sus alergias, que se le olvida contestar y a veces cree que te contestó aunque no sea cierto; que al igual que yo era impuntual.
Me encanta saber sus opiniones, como la que tubo de primera impresión del taller (pensó que era aburrido y que las actividades no tenían nada que ver, pero con el tiempo le fue gustando bastante).
Me iba enamorando de él, su manera de pensar, como lo que ya he escrito anteriormente.