—Me han dicho que no jugarás hoy, que te has lesionado...— dijo preocupado Mew mientras se acercaba a la banca del equipo infernal.
— Es solo una excusa, prefiero ver el partido desde aquí, contigo.
—¿Por qué están mezclados? ¿Qué hacen un Demonio y un Ángel jugando en el mismo equipo? ¿Aquel no es el Jefe de operaciones Trono? ¿¡Y aquel... es un ser humano!?— Mew parecía desconcertado.
— Los equipos deben armarse así... Son las reglas del fútbol aquí en la Tierra...
—¿Desde cuándo...?
—Desde ahora...
—¿Y te han creído?
Gulf se rió como toda respuesta y acercó su boca a la de Mew.
—Sabbath shalom...
— Sabbath shalom...— respondió Mew y le di un beso que duró prácticamente todo el partido.
Desde entonces, se dice por ahí, que en rincones varios de la Tierra a la hora del Sabbath, pueden verse a Ángeles, Demonios y humanos corriendo, riendo y jugando juntos.
Y aunque la Fuente Universal aún no ha hecho ninguna declaración oficial al respecto, hay quienes aseguran haberla visto unas veces con alas, otras con cuernos y otras con ojos humanos, corriendo tras una pelota o gritando con algarabía un gol desde una tribuna improvisada...
No me hagas caso, son sólo cuentos..., ¿o no...?