Sabor a Café

Capitulo 13 - "Gisel"

Estoy emocionado porque el comienzo de año va muy bien aun cuando los profesores insisten en sacarnos los ojos a punta de trabajos y proyectos. Llevo muy buenas notas en física, química y matemáticas y ya casi se acerca la entrega del primer informe. Y me atrevo a decir que mi vida amorosa va de maravilla. No acostumbro a pensar en este tipo de cosas pero...

“Buenos días jóvenes”, dice el coordinador sacándome de mis cavilaciones. “Con permiso profesor que pena”, le dice al maestro que está parado al lado del pizarrón escribiendo y este asiente con la cabeza. El hombre mayor se toma unos segundos para leer el papel que trae en sus manos. “Bien, como les decía, esta muchacha va a seguir con ustedes en este salón, espero que la hagan sentir como en su casa”, explica el docente y no sé si eso sea en todos los colegios de Colombia pero me saca de orbita escuchar el aburrido proceso de presentación y aún más cuando lo debemos hacer en el comienzo del año ya sabiendo nuestros nombres. “Pasa”, dice de nuevo el mayor indicándole con la mano.

— ¿Quién será? — Dice Adela.
— De seguro es una fresita de campo — Recalca Tina
— ¿La vamos a incluir a nuestro grupo? — Anima Julia. (Ella siempre hace eso) Yo solo las escucho hablar mientras la joven piensa si entrar o no.

Una muchacha se abre paso entre las miradas curiosas de mis compañeros. Ella entra, su expresión es tímida pero segura a la vez. Ante los ojos de cualquier persona es muy normal pero a mí se me hace bonita. Ella ya había tomado asiento cuando el profesor la obliga a presentarse mientras yo cantaba victoria por que se le había olvidado.

— Bueno, — Inicia — mi nombre es Gisel
— ¿Gisela qué? — Le pregunta Janeth interrumpiendo como siempre.
— Ballesteros, Gisel Ballesteros — El gesto en su expresión ante la evidente jugarreta de la Janeth me hace notar que es una buena persona.
— ¿Y qué le gusta hacer? — Dice Kelly mi compañera y todos fijan su atención en ella y luego en Gisel esperando por su respuesta.
— Bueno, en mis tiempos libres dibujo y leo libros.

Que interesante”, dice la voz en mi mente. Me da tentación de llamarle para que se haga con nosotros pero ella se sienta otra vez en el puesto que se había instalado cuando llego. Todo este rollo me hace acordar cuando Lara llego de Bogotá, era muy "gomelita" y entro caminando muy raro, la profesora de sociales no la hizo presentar pero esa vez me animé a sacarle información hasta de su rh solo me falto su documento de identidad…

— No te atrevas a mirarla — Dice Lina con su lápiz en mi garganta.
— ¿Por qué? — Digo con las manos arriba como si eso fuera un letal cuchillo.
— Porque eres mío pendejo. — Dice mi mejor amiga con voz infantil para luego abrazarme.

Ya era hora de que tocaran el timbre para el receso, esas horas se me habían hecho eternas. “¡Vamos a la biblioteca!”, dice Julia. Claramente estamos de acuerdo, la biblioteca es un lugar fresco y silencioso, me encantan los lugares así. Mientras hablamos con mis amigas alcanzo a ver por el rabillo del ojo que la chica nueva está sentada al lado de una mesa, giro en mi lugar para ver qué es lo que hace. Está muy concentrada mirando su teléfono y me da demasiada curiosidad saber que está viendo así que me dirijo hacia ella.

— Hola, Gisel ¿Verdad? — Le pregunto acordándome apenas de su nombre ya que por suerte me acuerdo del mío.
— Hola, sí. ¿Y usted es? — Dice ella quedándose en la letra s.
— Joe, un gusto — Digo estrechándole mi mano y ella me devuelve el gesto.
— ¿Qué haces? — Alzo mis cejas y mis ojos a la vez en dirección al aparato que descansa en una de sus piernas cruzadas.
— Leo un libro, ¿quieres ver? — Dice estrechándome el teléfono. Alcanzo a ver el nombre de la historia que lee y sorpresivamente yo leo en la misma aplicación.
— Con que "Mitades Imperfectas" — Digo haciendo referencia a la titulación.
— Ah, sí. Se la recomiendo cien por ciento — Dice ella emocionada. Traté de sacarle información pero Gisel es muy reservada solo pude averiguar de dónde viene y en donde estudió. Ella viene del campo y no puedo evitar recordar cuando viví con mi papá por cuatro meses y luego me escapé porque mi madrastra me hacia la vida cuadritos. Lo único que yo amaba de la finca de mi padre eran los paisajes hermosos y las frutas que se podían tomar de cualquier árbol, yo me extasiaba de naranjas.

Hubo un momento en el cual nos quedamos en silencio y ella retoma su lectura, yo por el contrario me quedo viéndole el rostro. Ella es diferente a todas las niñas del colegio y eso me agrada, también me quedo detallando la forma de sus facciones, tengo una habilidad que no le he contado a nadie ya que me quedo viendo tutoriales de maquillaje de mi “YouTuber” favorita y gastando gran parte de mi sueldo en Skin Care. Sus contornos son perfectos y la iluminación saludable de sus pómulos es exacta, sus mejillas y una pequeña parte de su nariz se tiñen de un suave rosa palo, sus labios son una delgada línea de color nude rosita y sus cejas están depiladas un poco antes de donde deberían acabar. “Esta mujer es perfecta”, dice mi mente grabando a detalle la información que acabo de conseguir. De repente siento un puñado de piedras caer en el estómago al percatarme de lo que estaba haciendo, estoy detallando ahora a una chica cuando hace unos días yo...



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Editado: 17.03.2020

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