Sabor a Café

(BONUS) Capítulo 24 y 25 - Fernando

Fernando

Tomo por los hombros a mi primo Alejandro y salgo de la cafetería. Estoy tan arrepentido de haberle empujado pero estoy tan decepcionado por lo que me ha hecho que se lo merece. Quiero devolverme a ayudarle pero mi orgullo es más fuerte que lo que sea que nos una.

— Te dije que no era buena idea, no estaba en el plan golpearlo — Dice mi primo más allá de lo molesto.
— No molestes Alejo, hice lo que debía hacer. —Digo y eso suena más como para convencerme a mí mismo. — En todo caso, gracias por ayudarme primo. — Le digo y halo de su brazo para abrazarle.
— Algo me dice que no estás haciendo lo correcto — Gruñe Alejo — No pienses con los pies Fer.
— Ya, olvídalo. — Le digo y nos despedimos. Vuelvo a mi lugar de trabajo y Heidy me espera con los brazos cruzados.
— Que no eres consciente de que te pueden echar con ese tipo de escándalos — Dice ella y bajo la cabeza.
— Si Heidy, disculpa.
— ¿Quién era el desafortunado? — dice ella con un toque de diversión aun molesta.
— Se llama Joe — Digo sin aliento.
— Que lastima en verdad, debes alzar esas cajas que llegaron mientras estabas haciendo show afuera. — Dice señalando con la cabeza y asiento.
— ¿Te pones de su parte? — Digo mientras alzo una pesada caja llena de chuches de navidad.
— No, en verdad me valen tres hectáreas de pasto — Dice sentándose en la escalerilla — Pero, solo deberías ver mejor. Ese muchacho tiene cara de ser virgen, no creo que a la primera oportunidad ande poniendo cuernos.
— ¿Y si no rompe un plato sino la vajilla completa? — Digo y ella niega con la cabeza — Tú no viste lo que yo vi.
— Creo que no solo debiste ver, también debiste escuchar. — Dice ella mientras saca su teléfono y checa algo. Ya cuando termino mi jornada de trabajo quedo de encontrarme con Janeth que quería hablar urgentemente conmigo, no estoy de genio para nada en este momento pero le escucharé. Janeth estuvo aquí en menos de veinte minutos como lo prometió, llega muy agitada y me asusta un poco.

— Jany ¿Estas bien? — Digo al verla casi en el piso.
— Yo sí estoy bien, el que no está bien eres tú. Vamos a algún lugar y te explico. — Ella esperó a que cambiara mis sudados trapos y estuviese listo.
— ¿Vamos? — Le digo extendiéndole mi codo. Fuimos a un lugar al que frecuentamos muy seguido y hoy hay un motivo diferente, eso me gusta mucho.
— ¿Sobre qué hablaremos? — Le pregunto ya que ella parece estar organizando sus ideas.
— Sobre Joe. — Dice y ruedo los ojos. En ese momento llega el mesero, al mirarle recuerdo que fue novio mío y él también se percata y me guiña un ojo.
— ¿Y ahora sales con mujeres? — Dice alzando una de sus cejas divertido.
— No juegues Daniel — Digo y mi cuerpo se estremece al recordar el nombre del hermano de Joe.
— Nos vas a atender o vienes de picaflor — Dice Janeth inquieta.

"Okay, okay...", Daniel el mesero empieza a nombrar el menú y finalmente ordenamos una limonada.

— Porque quieres hablar de ese imbécil — Pregunto y por más que lo intento no puedo decirle algo peor.
— ¿Le diste si quiera el beneficio de la duda? — Pregunta ella.
— Lo que vi fue bastante claro...
— No seas idiota Fernando, el cabrón ese casi le viola y ni siquiera le ayudaste al pobre Joe. — Dice ella.
— Ay, no me digas que te ha enviado a solucionar sus cagadas — Digo y siento impotencia.
— ¡Sabias que le echaron de su casa unos días antes! ¿De veras crees que tendía cabeza para pensar en una traición? — Dice mi amiga.
— Quien te ha dicho eso — Digo yo tratando de no sonar convencido.
— Julia, una de sus amigas. — dice ella y mi corazón da un vuelco en su lugar ¿dónde estará viviendo en este momento? ¿Qué le estará pasando? Realmente se cómo se siente y no quiero ni acordarme.
— No te creo — Digo y no sé qué es lo que quiero lograr con eso.
— ¡Ay Fernando! ¡Tú idiotez es del tamaño del mundo! Tienes que ir a buscarle — Dice ella casi en suplica.
— Lo pensaré — Digo y ella gruñe. Se levanta de la silla con rabia.
— Ojalá que cuando acabes de pensarlo no sea tarde — Dice ella marchándose y dejando su limonada a la mitad. Muchas dudas y preguntas se arremolinan en mi cabeza y todo es porque las palabras que escuché salieron de la boca de la mismísima Janeth, a quien le vale todo y le da lo mismo caer que quedar colgando. De verdad ella ha logrado instalar la semilla de la duda.

Después de tanto pensarlo decidí marcarle a su teléfono pero es evidente que no me quiere contestar, llevo como diez intentos y nada. Si es verdad lo que dice Janeth, estoy en graves problemas con él y por supuesto que quiero solucionarlo. Ahora mismo iré a donde... ¿Julieta? ¿Juana? Para ver donde se encuentra Joe e intentar arreglar las cosas o que me explique con sus propias palabras que es lo que ha pasado. En poco tiempo le he tomado gran aprecio y después de lo que pasó hace años nada quiso germinar en corazón de nuevo. Dudo que quiera verme pero aun así lo intentaré, no tiene caso seguir comprimiendo lo que siento y necesito respuestas a todas mis preguntas.



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Editado: 17.03.2020

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