Sabor a Café

Capítulo 27 - Sorpresa

Hola a todos, les comento que hoy quise publicar una parte extra para enseñarles como me imaginaba a los personajes basandome en fotos de actores, pero, resulta que las imagenes si me salían en el computador y en mi celular no. Entonces dije "Oh, voy a quedar como un estupido". Ustedes iban a decir como "WTF!", y pues lo borré. No se como hacerle, voy a enviar correos al soporte tecnico. Hahaha. Hay les dejo el capitulo que debí publicar hoy.  

— Joek.

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Hoy me desperté alrededor de las diez y eso es extraño porque últimamente me he levanto a las seis de la mañana, puede que el mal sueño me esté pasando la cuenta de cobro. Me estiro para despertarme un poco y me acerco a mi lavabo para lavarme los dientes y el rostro, mis ojeras delatan las noches en vela y mi pómulo ya no está hinchado pero esta mas rosa que el otro “¡Joe hijo, el desayuno está servido!”, grita mi abuela desde abajo ¿Desayuno a esta hora?, dice la voz en mi mente, “¡Ya voy!”, le respondo. Parece que hubiese más personas en la planta baja de nuestra casa, que extraño. Una cosa en la pared llama mi atención, me dirijo a esta y es una foto de las que nos tomamos Janeth, Anelisse, Fernando y yo, es justo en la que él me besa y tomo la foto por accidente, me da risa la cara de las chicas, ahora veo por qué protestaban. Pero la pregunta es: ¿Qué hace esta foto aquí? Si la ven mi abuela o mi hermano me cocinarían en la olla a presión. Me incorporo a las escaleras y hay pétalos de rosas en ellas ¿Será que Avril está aquí y mi hermano está haciendo estas cursilerías? Como te pone pendejo el amor.

Sigo descendiendo y hay pétalos hasta abajo, me dirijo hasta la nevera porque tengo mucha sed y ya hasta siento que mi garganta se pega. Esto cada vez está más extraño ¿Será otra pesadilla? No puede ser, me siendo demasiado despierto. Tomo un sartén porque es lo único que hay a la mano en la cocina, los nervios me invaden y hacen estragos en mi sistema, agarro valor de donde no tengo y salgo al patio de la casa. “¡Abuela!”, Le llamo porque ella fue la que me hizo bajar a desayunar “¿Y si le hicieron daño?”, vuelve a decir la voz en mi mente y me auto reprendo. Ya estoy afuera y no sé si es mi impresión pero vi algo moverse en los arbustos. De pronto escucho como empieza a sonar un violín y mi corazón se salta un pálpito, entonces giro sobre mi eje y hay bombas colgadas por todas partes, hay mucha gente y no entiendo el motivo pues mi cumpleaños es dentro de unos meses. Mi confusión crece cuando veo a un montón de gente en el patio trasero, de pronto veo a mis amigas y a mi abuela junto con Daniel, hay unas personas que no conozco y no parecen de aquí. Noto que hay un gran cartel decorado con muchas cosas bonitas y noto como mi sonrisa se ensancha tanto que temo partir mi cara en dos. Una voz conocida empieza a cantar entre las personas, la vergüenza me invade y no sé dónde meter el sartén para que no lo vean, la gente se ata una cinta que tiene los colores del arcoíris mientras le abren paso a alguien al fondo.

Me complace amarte, disfruto acariciarte y ponerte a dormir.
Es escalofriante tenerte de frente, hacerte sonreír...”. Todavía sigo en confusión pero mi mente se aclara cuando veo a Fernando abriéndose paso entre las personas, mi corazón se está encogiendo y las lágrimas empiezan a correr por mis mejillas.

“Daría cualquier cosa, por tan primorosa por estar siempre aquí
Y entre todas estas cosas déjame quererte entrégate a mí”. Sé que el momento es muy bonito pero me siento estúpido de haber salido en pijama y con un sartén en la mano. “Rayos, rayos, rayos”.

“No te fallaré contigo yo quiero envejecer...”. Al terminar la canción todos los presentes ponen cara de pastel y vuelvo la vista a Fernando quien está enfrente de mí y me mira con el micrófono en la mano.

“Joe Mora”, dice y mi le pongo atención “Sé que la embarré y no te escuché, sé que jamás me harías una cosa así y me arrepiento de haber reaccionado como lo hice, pero quiero que sepas que el chico de la cafetería es mi primo”. Dice y todos ríen. Tengo un revoltijo de pensamientos en este momento, no sé qué es lo que está pasando, en verdad no puedo procesarlo. “Además quiero que recuerdes que desde que te conocí siempre la he regado”, agrega y no puedo evitar recordar el café escurrirse por la mesa y dañar mis papeles del inventario. “Y quiero llegar hasta viejito contigo, quiero hacerte feliz hasta el último de los días y para eso...”, en ese momento empieza a buscar algo en su traje de paño, mi pecho no puede con tantas emociones juntas, siento que me duele y no puedo dejar de llorar, se lo que va a hacer y jamás pensé que algún día alguien se llegara a enamorar de mí. “Joe Mora ¿Quieres Casarte conmigo?”, me congelo en mi lugar y no sé qué hacer, no sé qué responder. Mi vista busca a mi abuela entre las personas y ella está sonriente, mi hermano también y realmente no puedo creerlo. “Chico arrodillaté”, dice una muchacha que tiene un afro divino y Fernando parece caer en la cuenta. “No, te arrodilles”, digo yo y su gesto cambia. Gracias al cielo que tengo demasiada fuerza de voluntad y pese al lindo momento, el momento que muchas personas han estado esperando siempre, en este instante debo hacer lo que me dice mi corazón para no arrepentirme después. “Tú y yo debemos hablar”, digo inclinándome un poco para alcanzar su oído, este asiente y veo como su manzana de Adán sube y baja con dificultad. Puedo sentir las miradas que todos nos dedican y el silencio totalmente incomodo que parece invadir todo el patio de mi casa, pienso que sería capaz de escuchar los aleteos de una mosca si esta se pasara por en medio de todos.



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Editado: 17.03.2020

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