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Capitulo 42: La Directora.

No sabía cuánto tiempo había pasado desde que se cerró la puerta. Allí sentada, en esa habitación sin ventanas, con las paredes agrietadas y el aire viciado, el tiempo dejó de existir. Solo quedaba un pensamiento punzante, implacable:

Sigo viva.

Por ahora.

Entonces, la puerta se abrió de golpe.

El chirrido fue tan agudo que me caló los huesos. Me incorporé como un resorte, el corazón desbocado.

Él volvió a entrar.

Ese monstruo enmascarado.

Pero algo era distinto. Su cuerpo estaba tenso, sí, como siempre, pero sus ojos... sus ojos ardían de forma distinta.

—No has comido —dijo con la voz baja, contenida, como si se obligara a no estallar.

—No pienso tragarme nada que venga de ti.

Mi voz no tembló, aunque todo en mí quería gritar. Se acercó. Sus pasos eran lentos, como los de un animal que decide si va a devorar o a jugar.

—¿Sabes qué me molesta, Allison? Que todavía creas que puedes decidir.

Se inclinó hacia mí. Su mano se alzó, buscaba mi cara. Yo reaccioné antes de pensar: lo empujé.

—¡NO ME TOQUES! —grité.

El golpe seco de su puño contra la pared me hizo saltar. El sonido pareció romper algo más que la pared.

—¡Maldita seas! —bramó—. ¡Tú eras mía! ¡MÍA!

—¡Nunca fui tuya! ¡Ni lo seré!

Él me miró como si no pudiera entender. Como si hubiera perdido el control de un juguete que siempre obedecía.

—Ah... entonces te encantará lo que sigue —murmuró con una sonrisa cruel que podía sentirse aunque no se viera.

Pero no dio un paso más.

Porque una voz cortó el aire como una cuchilla.

—Basta.

Él se congeló.

La silueta apareció en la puerta, nítida, como una sombra que toma forma.

Una mujer.

No llevaba máscara. Su rostro era impecable, elegante... y peligroso. Ojos como cuchillas. Labios rojos como sangre fresca. Vestía como si saliera de una sala de juntas, no de un agujero como este.

Él retrocedió un paso.

—Directora... —murmuró con respeto y miedo.

—Fuera —ordenó ella, sin mirarlo.

Obedeció sin chistar. La puerta se cerró tras él. Por primera vez en días, estaba a solas con alguien más.

Pero esta vez... el aire se volvió más pesado.

Ella caminó por la habitación sin mirar el polvo, la humedad ni la oscuridad. Como si todo le fuera ajeno. Como si ella no pudiera ensuciarse.

Se detuvo frente a mí. Me observó. No como se mira a una persona.

Como se analiza una anomalía.

—Estás más fuerte de lo que pensábamos —dijo con voz suave, casi amable.

—¿Quién eres?

—No importa quién soy yo, Allison. Importa quién eres tú. O mejor dicho... de dónde vienes.

—¿Qué... qué quieres?

—¿Yo? Nada. No directamente.

Fruncí el ceño.

—¿Entonces por qué estoy aquí? ¿Por qué me secuestraron? ¿Por qué Mary...?

—Porque tu padre rompió las reglas.

Esa frase me congeló.

—¿Mi... padre?

Ella sonrió, pero no era una sonrisa real. Era una máscara más.

—¿Nunca te preguntaste por qué sabías tan poco sobre él? Por qué siempre estaba "en congresos", "viajes", "hospitales que no figuran en mapas"?

Mi voz se quebró:

—Él es médico. Es... solo un médico.

Ella rio. Una risa baja, venenosa.

—¿Eso te dijo? Qué lindo. Qué simple.

—¿Qué está pasando? —murmuré.

Se inclinó hacia mí. Tan cerca que sentí el perfume caro mezclado con veneno.

—Tú no deberías haber existido, Allison. Este juego empezó mucho antes que tú. Tú solo eres... una consecuencia. Un cabo suelto que alguien olvidó cortar.

Mis labios temblaban.

—¿Qué... hizo mi padre?

—No te toca saberlo. No todavía.

—¡Dímelo! —grité.

Ella se irguió con calma. Dio media vuelta hacia la puerta.

—Estás más cerca de la verdad de lo que crees, Allison.

—¿Verdad de qué?

—De quién eres en realidad.

Se detuvo justo antes de salir.

—Ah, casi lo olvido...

Me miró por encima del hombro, con una frialdad que dolía más que mil gritos.

—Evan está bien. Por ahora.

El mundo se me cayó encima.

—¿Qué le hicieron?

—Aún nada. Pero los accidentes... suceden. ¿Verdad?

Y se fue.

El cerrojo cayó como sentencia.

Y yo... me derrumbé de rodillas.

Porque por primera vez, el miedo no era por mí.

Era por todo lo que creí saber.

Y todo lo que nunca supe.



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En el texto hay: suspenso, hurmor drama, humor amistad amor adolescente

Editado: 15.09.2025

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