¿sabor Favorito? ¡¡menta!!

Capitulo 64: Nueva vida.

El jet había aterrizado. Nos preparábamos para bajar.

Tomaba la mano de Evans con fuerza mientras descendía los escalones uno por uno.
Todo me daba vueltas, el mareo era insoportable, pero no podía decir nada.
Decirle del mareo era decirle vas a ser papá, y no sabía si estaba lista para eso.
Ni si él lo estaba.

Pero todo pensamiento se borró en segundos.
Una fuerza me empujó hacia adelante, y antes de entender qué pasaba, escuché un disparo.
El sonido me partió los oídos.
Caí dentro de una camioneta negra; Evans gritaba órdenes, su voz rasgada por la furia.
Sentí sus brazos cubriéndome, su cuerpo sobre el mío, el olor a pólvora en el aire.
—¡No te muevas, Allison! —rugió.

Los disparos seguían, uno tras otro.
Me tapé los oídos, pero los recuerdos golpearon igual:
la sangre, los gritos, mi padre cayendo frente a mí.
El mismo eco, la misma pesadilla.
Mis uñas se clavaron en mi cuello, mis ojos cerrados con fuerza.
Solo quería despertar de nuevo.

De pronto, unos brazos me alzaron.
Todo giró, mi cabeza rebotó contra su pecho.
El portazo, el rugido del motor, y el paisaje difuminado tras el cristal.

No sé cuánto tiempo pasó.
Cuando el auto se detuvo, una mano me ayudó a bajar.
Frente a mí, una mansión inmensa rodeada de viñedos.
A la derecha, los árboles de manzana brillaban bajo el sol;
a la izquierda, las uvas se teñían de morado profundo.
Por un segundo, pensé que todo había sido un mal sueño.

—¡Allison! —escuché su voz—.
Evans corría hacia mí, su rostro ensangrentado, su respiración agitada.
Me envolvió entre sus brazos, presionándome contra su pecho.
—Estás bien... estás bien... —repetía, pero no sé si lo decía para mí o para él mismo.

Separé mi rostro de su pecho y lo vi.
La sangre corría por su ceja.
—Estás herido —dije, asustada.
Él sonrió, con esa sonrisa rota.
—No es nada. Solo un rasguño.

Sus dedos subieron hasta mi cuello y me atrajo hacia él con una fuerza que me dejó sin aliento. Me besó de repente, duro, desesperado, salvaje. No había ternura, no había calma.

—Evans... —intenté hablar, pero me interrumpió con un nuevo beso que me quemaba la piel.

Me tomó entre sus brazos sin soltarme. No le importaron las miradas, ni los guardias, ni nadie. Sentí su cuerpo temblar contra el mío, y su respiración agitada me recorrió como un golpe de electricidad.

—¿Qué haces? —grité entre risas nerviosas y un miedo que no podía ocultar.

—Te necesito... ahora —dijo, su voz grave, peligrosa, tan intensa que sentí que me derretía por dentro.

Subió las escaleras casi corriendo, con cada paso marcando su desesperación, y abrió la puerta de una patada, cerrándola igual. La habitación estaba silenciosa, pero mis latidos y los suyos resonaban como tambores.

Me dejó caer sobre la cama, y sus labios buscaron los míos con una urgencia que me atravesó entera. Sus manos recorrieron mi espalda, mis hombros, mis costados, desatando un fuego que me quemaba la piel y me dejaba temblando.

Cada roce de su cuerpo contra el mío me hizo sentirlo vivo, ansioso, y yo me aferré a esa necesidad, a esa certeza de que estaba a mi lado y que no permitiría que me pasara nada.

Me sostuvo más cerca, sus dedos apretando mi cintura, su aliento caliente sobre mi cuello. Sentí cómo su propio desespero me atravesaba: cada temblor de su cuerpo decía que me necesitaba, que no soportaba perderme ni un segundo, que tenerme allí era la única certeza.

Mis manos se enredaron en su espalda, mis labios buscaron su cuello, y me entregue ante el.

—Eres mía... —susurró contra mi oído, y el sonido me atravesó.

Todo lo que podía sentir era él, el peligro que nos rodeaba, y la certeza de que todo cambiaría muy rapidamente.

Cuando nos separamos, el silencio me golpeó más fuerte que cualquier beso. Nuestros cuerpos seguían entrelazados, los latidos desordenados, la adrenalina y el miedo mezclados con sudor y deseo. Sentí su mano acariciar mi pelo con delicadeza, como si quisiera recordarse que estaba viva, con el, y que nada nos podría separar... al menos por ahora.

Y mientras el sueño me arrastraba, una sola idea me arañó la mente:

" ¿Cómo voy a decirle lo que llevo dentro?



#4205 en Otros
#877 en Humor
#1731 en Thriller
#676 en Suspenso

En el texto hay: suspenso, hurmor drama, humor amistad amor adolescente

Editado: 24.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.