Ya he olvidado el.dulce aroma.del sueño hipnotizante, que antaño abrazaba, y que ahora que olvidado.
Ya he olvidado el sentimiento de la esperanza, aquella que consideraba verdadera, aquella fuerza que me envolvía en un cálido abrazo inolvidable.
Ya he olvidado aquel significado de aquel deseo, que alguna vez tuve, enmarcado en un ser que se encontraba, y desaparecido ahora está.
Colocaré mi vida sobre la tristeza solo para poder sentir la propia agonía, de unos sueños que olvide. Aquellos sueños que se esfumaron con aquel desdén antiguo que fue robado.
Y en aquel espacio vacío de mi alma, el miedo me inundo como marea,y trago mis esperanzas, tan solo me deje caer en las profundidades de aquel océano de pura tristeza , donde las esperanzas se ven apagadas y pesadas, donde a los sueños se les tiene encerrados con cadenas de dolor, destinados a desaparecer, por la tristeza que ahí abunda, caer en el suelo profundo del olvido de aquel océano olvidado, muriendo, desapareciendo.
Aquel sufrimiento, de inocentes sueños, obligados a dormir por la eternidad es la causa de la prohibición de poder soñar