Saga Elemental I: El Legado

Elizabeth

 

La chica que controlaba la tierra, creo que se llama Stella, salió corriendo después de haber visto aquella bestia que aún conservaba parte del lobo que era antes. Lucía la había zarandeado después de lanzarle un latigazo invisible a la criatura, pero ella se zafó de sus manos y se perdió entre los árboles. Nosotros la seguimos un rato, pero luego la perdimos de vista. Lo extraño era que no importara las veces que la llamáramos, ella no podía oírnos, era como si estuviera en un trance.

Después de un rato decidimos separarnos en dos grupos para poder buscarla mejor, además todos nosotros podíamos controlar nuestras habilidades mejor que ella, por lo que no estábamos tan desprotegidos como ella.

Lucía estaba furiosa, porque no podríamos terminar de limpiar el cementerio antes del desayuno, además la noche ya estaba cayendo y el frío se estaba esparciendo cada vez más.

— ¡Esta chica me las va a pagar cuando la encuentre! —protestó Lucía junto a mí.

—No sabemos el motivo por el cual se fue corriendo… a lo mejor, la bestia la mordió —contesté.

—Maté esa cosa antes de que tuviera tiempo de morderla, además estaba sana cuando la zarandeé. De todas formas, me las pagará.

Me detuve cuando escuché un grito en la dirección en la que se habían ido Sofía y Jonathan, el grito parecía corresponder al de ella. Lucía también se había detenido unos pasos delante de mí.

—Debemos regresar —respondí decidida.

Lucía me miró y asintió.

Caminamos hacia el lugar donde escuchamos el grito de Sofía, y cuando estábamos en la mitad del camino, vimos cómo una ráfaga de viento hacia bailar los gajos de los árboles, eso solo significaba que estaban defendiéndose.

— ¡Corre! —me gritó Lucía por encima del ruido del viento, yo la seguí a duras penas debido a la fuerza del viento que de pronto se calmó.

Cuando llegamos al lugar donde estaban Jonathan y Sofía, éste la estaba ayudando a levantarse. En el rostro de Sofía se podía ver un rasguño por donde corría sangre.

— ¿Estás bien? —le pregunté mientras me acercaba.

—Sí estoy bien.

— ¿Pero qué fue lo que pasó? —empezó a decir Lucía, cuando vio a tres criaturas muertas.

—Nos tomaron por sorpresa —respondió Jonathan.

—Supongo que aún no han encontrado a Stella —Lucía seguía viendo a las criaturas sin vida junto a sus pies, pateó suavemente a unas de ellas e hizo una mueca de desagrado.

—No es su culpa… seguramente debió asustarse de aquella cosa en el cementerio —comentó Sofía.

—Si ella no se hubiera ido, ustedes no hubieran sido atacados —contraatacó Lucía.

—Esas cosas nos hubieran atacado de todas formas —sentencié—. Además, se suponía que tres profesores de defensa estarían custodiándonos mientras estuviéramos aquí afuera.

— ¿En verdad crees, que si nos estuvieran protegiendo hubiéramos sido atacados? Si eso crees, es hora de que te vayas despertando porque seguramente ya están muertos.

Guardé silencio, Lucía tenía razón, si en verdad nos estuvieran protegiendo no seríamos atacados de esta manera, tal vez ya estuvieran muertos. Solo quedábamos nosotros cuatros y Stella que se había ido corriendo en alguna parte del bosque.

—Tal vez Stella ya esté muerta —opinó Lucía.

—Muerta o no, la buscaré de todas formas —dije, antes de empezar a caminar entre los árboles.

—Yo también iré —confesó Sofía que empezó a caminar detrás de mí.

Al cabo de un rato, eché un vistazo atrás para ver a Jonathan y Lucía caminar en nuestra dirección. Lucía claramente se veía molesta por tener que buscar a Stella, debido a que ella no le caía bien.



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En el texto hay: suspenso, poderes, acción

Editado: 17.07.2022

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