— ¿De qué estás hablando? —Pregunté a Stella—. Cuando nos enviaron al cementerio a limpiar las tumbas... una bestia apareció…
—Sí, ahora lo recuerdo —interrumpió Sofía—. Lucía lo mató, luego tú corriste por el bosque y te perdimos el rastro… cuando te volvimos a encontrar, una enorme bestia te tenía agarrado el cuello y te intentaba asfixiar. Fue entonces cuando tú te enojaste y despertaste tu poder por unos segundos.
—Esa bestia no intentaba asfixiarme, solo se trataba de comunicar conmigo, de contarme la verdad.
— ¿Qué verdad? —pregunté más confundido que antes.
—Este no es un Instituto para enseñarnos a controlar nuestras habilidades… todavía no sé bien para qué fue creado realmente, pero de lo que sí estoy segura, es que el director es consciente de todo lo que está pasando.
— ¿Estás diciendo que el director nos está ocultando la verdad? —preguntó Sofía.
—Sí. Erick me lo ha dicho.
— ¿Cómo que Eric te lo ha dicho? ¿Es que acaso puede hablar? ¿Y de ser así, cómo estás segura de que es él? —todo esto me estaba volviendo loco, y no era para menos, no es fácil enterarse de que te han mentido todo el tiempo y mucho menos asimilarlo.
—Eric no puede hablar siendo de la forma en la que es, pero cada noche, a través de los sueños, se presentan los gritos y las imágenes que me van mostrando lo que les ha pasado a él y a los demás jóvenes.
—Ahora entiendo por qué las profundas ojeras, todo el tiempo has tenido pesadillas —pensó en voz alta Sofía.
—Al principio no las podía entender… pero luego, cuando Julieta nos contó sobre Eric… las imágenes fueron tomando sentido en mi cabeza y pude comprender, que los gritos eran de las bestias que intentaban comunicarse a través de mis sueños.
Todo esto era demasiada información acumulada, lo que Stella nos estaba contando coincidía con todo lo que había pasado, pero no podía comprenderlo, todo sonaba tan irreal y no sabía qué pensar.
—Claro. Ahora sé por qué te has comportado de una manera extraña todo este tiempo, y luego te has encerrado en tu habitación… esa era la razón por la que siempre supe que eras diferente al resto de los demás… —dijo Sofía—. Tú puedes comunicarte con las bestias porque son terrestres, y tú tienes habilidades con la tierra, es como si existiera una comunicación especial entre tú y el subsuelo que relativamente está ligado a esas criaturas.
Me quedé boquiabierto ¿cómo es que Sofía sabía todo eso?, con el rabillo del ojo vi que Stella también estaba confusa por lo que había dicho Sofía.
— ¿Qué? Tengo habilidad con el agua, y si no lo saben el agua está conectada con la tierra, ambas están correlativamente ligadas. Es Coexistencia Básica, ¿qué creen que he estado haciendo en clases todo este tiempo? —se burló Sofía, al ver nuestra expresión de asombro. Al parecer se veía satisfecha por saber algo que nosotros ignorábamos.
— ¿Y qué vamos a hacer ahora que sabemos todo esto?
—No lo sé, supongo que seguir averiguando, con cuidado de que nadie más se entere… por cierto, no le digan nada a Julieta, porque ella ya lo sabe, siempre supo lo que les pasaba a esos jóvenes.
—Hablando de eso, ¿de qué planillas estabas hablando?
—De uno de mis sueños, la vi a ella escribiendo un nombre en una planilla, la misma que está guardada en un lugar secreto en el despacho del director. En esa planilla están los nombres de todas esas bestias que alguna vez fueron jóvenes como nosotros y que tuvieron la mala suerte de haber venido antes al Instituto —dijo Stella, observando hacia el cielo cubierto de nubes—. Fueron usados como ratas de laboratorio en un experimento.
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Editado: 17.07.2022