Podía oír los gritos de Elizabeth diciéndome que despertara, pero no podía, estaba tan ensimismada en mis propios pensamientos que me había congelado en el lugar. Y por más que intentara moverme, mis piernas se negaban a obedecerme, era como si me hubiera convertido en una piedra.
Un agudo grito se oyó en el aire, cuando logré alzar la vista, vi que se habían distanciado un poco de mí, probablemente en un intento de protegerme. A unos cuantos metros frente a mí, una bestia tenía derribado a Sofía y la intentaba agarrar del cuello con sus afilados dientes. A su derecha, Jonathan intentaba deshacerse de dos salvajes criaturas. Elizabeth estaba en el centro de tres bestias que estaban dando vuelta a su alrededor en un intento de asfixiarla, y por la manera en la que ésta se sujetaba el cuello mientras se dejaba caer de rodillas, estaba funcionando.
Mis amigos estaban a punto de ser asesinados cruelmente por unas horribles bestias y yo sin poder moverme, y por tanto sin poder hacer nada.
Sentí el helado aliento de una enorme criatura junto a mí, al parecer esta sí había notado mi presencia y había venido a matarme. Estaba completamente perdida hasta que vi a Erick cruzar frente a mí y detenerse a observar como estaban a punto de ejecutar a mis amigos, mis únicos amigos.
De repente y sin aviso previo, me acordé de mi madre, de su beso y sus palabras “todo estará bien, solo debes confiar en ti y lo lograrás” esas fueron sus últimas palabras antes de que la puerta se cerrara detrás de mí. Se había despedido para siempre y hasta ahora lo había notado.
Mi cabeza me latía con fuerza mientras los recuerdos me golpeaban de lleno, todos al mismo tiempo. Mi madre, mi abuela, el director, mis amigos…
Me sostuve la cabeza mientras me caía de rodillas en el duro y frío suelo, las lágrimas amenazando por escapárseme de mis ojos fuertemente cerrados. Y las entrañas palpitándome furiosamente a punto de estallar.
“Se acercó escondida por las sombras de la noche a la casa de su hija para verla por última vez, lo que no esperaba era ver a su nieta despierta…”
“…hicieron lo único que pudieron haber hecho, matarla”
“…no querían formar parte de la Corporación Orión, así que simplemente los destruimos y lo seguiremos haciendo cada vez que se reúsen a colaborar”
“lo siento”
“sufrió hasta el final”
Todas estas palabras haciendo eco una y otra vez en mi cabeza, mientras los recuerdos pasaban fugazmente como balas… los gritos de mis amigos siendo atacados por esas despiadadas criaturas… la traición de Eric…
— ¡Nooo! —grité con todas mis fuerzas, dándome cuenta que los únicos amigos que había tenido estaban a punto de morir por mi culpa.
De pronto, algo se rompió dentro de mí, y toda la furia que había acumulado desde el momento en que vi morir a mi abuela me inundó por completo, y la recibí como si siempre la hubiera estado esperando.
La tierra bajo mis puños se empezó a rajar formando una profunda grieta que los hizo a todos detenerse, incluso el tiempo.
Ya no estaba asustada, probablemente jamás volvería a estarlo. El muro invisible se había derribado y el poder dentro de mí se había despertado.
Me levanté a medias y me enfrenté a mis amigos y a las criaturas que parecían inquietas.
—Nadie tocará a mis amigos —dije, antes de que se empezara a desprender las piedras del suelo y volaran en dirección a las criaturas que procedieron a correr, pero no les dejé escapar. Las maté a todas a través de un temblor producido por mi cólera.
Estaba completamente enfadada y lo único que quería era destruirlos a todos y a cada una de esas bestias.
La grieta que se había abierto dentro de mí, era tan profunda que no sabía si podría cerrarla algún día. Por culpa de esa horrible Corporación Orión, mi abuela había sido convertida en un monstruo y había sido asesinada por su propia hija, en un intento de defenderme a mí.
Fui tan ingenua al creer en Eric cuando dijo que nos ayudaría a escaparnos del Instituto. Peor aún, qué ingenuos fuimos todos por haber venido hasta aquí, en vez de quedarnos donde estábamos al principio.
Si tan solo el tiempo volviera atrás, no hubiera aceptado la idea de venir a un sitio en que lo único que hacen, es entrenarte con la idea de que te vuelvas más fuerte y luego convertirte en una bestia.
Pero nada de esto importaba ya, lo hecho echo estaba, de otra manera no aprenderíamos de nuestros errores.
A pesar de todo, me encontraba tranquila conmigo misma, porque por una vez en la vida me sentía feliz.
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Editado: 17.07.2022