Capitulo Veinticuatro: " Latidos "
LYRA KINGAHAN
Solté un ligero suspiro apenas, el pitido empezaba a despertarme de mi sueño profundo.
Mi cuerpo se sentía pesado, hundido en la superficie sobre la que yacía. Un dolor sordo recorría cada músculo, como si hubiera pasado por una batalla de la que apenas lograba despertar. Intenté mover los dedos, pero incluso ese pequeño esfuerzo pareció drenar lo poco que quedaba de mi energía.
Cada respiro era un trabajo forzado, acompañado de una punzada ardiente en el pecho. El aire entraba a mis pulmones con dificultad, como si un peso invisible oprimiera mi caja torácica. Mi corazón latía lento, pero con una pesadez que me recordaba que seguía ahí, aferrándose.
Un calambre agudo en el vientre me hizo hacer una mueca en un intento de contener el gemido que amenazaba con escaparse. La presión era insoportable, un retorcimiento interno que me recordaba lo que había ocurrido. Cada punzada me obligaba a revivir el dolor, un recordatorio cruel de lo que había dejado atrás y de lo que tal vez aún me esperaba.
Intenté ajustar mi postura, pero un ardor profundo se encendió entre mis piernas. Una presión latente, acompañada de una sensación punzante que se expandió hasta mis caderas. La piel se sentía tirante, como si cada movimiento amenazara con desgarrar algo más.
Abrí los ojos lentamente, pero la luz fue un castigo inmediato. Cerré los párpados de nuevo, sintiendo un latido punzante en mi cráneo. Todo a mi alrededor era un eco distante, un murmullo de voces apagadas, puse mi mano en mi rostro tratando de centrar mis sentidos. Mi memoria estaba borrosa, fragmentada.
Un escalofrío me recorrió de repente, como si el aire a mi alrededor estuviera helado. No podía controlar los temblores en mis extremidades, pequeños espasmos involuntarios que dejaban claro que mi cuerpo aún no estaba listo para volver a la normalidad.
Parpadeé varias veces, intentando enfocar lo poco que alcanzaba a ver. Todo era una mancha borrosa de luces y sombras. Mis ojos ardían, como si hubieran estado cerrados por demasiado tiempo. El simple esfuerzo de mantenerlos abiertos me resultaba agotador.
Un pitido persistente seguía resonando en mis oídos, cada vez más claro. Algo estaba conectado a mi brazo, algo me sujetaba... Entonces, la primera punzada de se coló entre el dolor y la confusión.
Todo lo que pasó en las últimas horas me golpeó sin piedad, solté un gemido adolorido respirando con cierta dificultad.
Lyra- escuché a lo lejos de forma lejana, abrí mis ojos otra vez tratando de adaptarme a la luz, no pude evitar sonreír al verlo.
Mi hermosa bestia de ojos azules estaban frente a mí, su expresión reflejaba terror total, y su miraba estaba cargada de alivio. Dijo algo más pero Realmente no le entendía casi nada, tome su mano con delicadeza correspondiendo el agarre.
Te dije que estaría bien...- murmuré apenas, mi garganta sufrió en extremo ante esas pocas palabras, su labio inferior tembló ligeramente y negó frustrado, beso mi frente con ternura y me abrazo, solté un ligero quejido ahogado suspirando, más eleve mi mano a él aferrándome con cuidado, aspire su aroma con delicadeza queriendo librarme de ese aroma a pastillas y enfermos que estaban mareando mis sentidos aún más de lo necesario.
Estás loca...- se quejó con su voz rota, solté una leve risilla sin poder evitarlo.
¿Y Hatson?- pregunté con cuidado tratando de adaptarme otra vez a mi propio cuerpo.
Está en recepción, hay muchas cosas que se tienen que hacer y yo no tengo cabeza para eso ahora realmente.- confesó, besando mis cabellos, solté una leve risa sin poder evitarlo.
¿Y los bebés?, ¿Qué son?- pregunté, separándome un poco de él, cubrió la luz de la bombilla sobre nosotros con su cuerpo, le sonreí tiernamente ante su acción. Me miró a los ojos, acaricio mi mejía con delicadeza y yo ladee mi rostro a su tacto con anhelo.
Son dos niñas...- murmuró, abrí mis ojos con sorpresa, bastante atónita.
¿Niñas...?- repetí, con cuidado. No pude evitar soltar una risa negando, era increíble como la vida jugaba con nosotros. Le miré a los ojos, sus ojos azules se entrecerraron ligeramente.
Dijiste que no querías niñas.- dijo él, unió su frente con la mía, suspiré ligeramente.
Amo a nuestras hijas.- asegure con ternura.- pero, si me dejan de lado por ellas los odiaré.- asegure con un ligero puchero, él soltó una risa ronca y baja, subió a la cama colocándose a mí lado, me acomode con cuidado, soltando ligeros suspiros y jadeos de dolor ante cada movimiento. Se sentía como una verdadera tortura cada uno de ellos.
El lleno de mimos mi cabeza, sonreí tiernamente, aliviada. Había cumplido mi promesa con él de que todo saldría bien, y me sentía tan aliviada de poder haberlo hecho...
Te amo...- murmuró contra mis cabellos, mi corazón se enterneció, mis ojos se llenaron de lágrimas.
Llevabas meses sin decírmelo...- murmuré, con la voz ligeramente rota, aferrándome un poco más a él.
Perdóname.- murmuró, aferrándose aún más a mí, me trague un quejido por su acción y disfrute de esto, de tenerlo así. En los últimos meses apenas y había tomado mi mano o me había dejado acercarme, ni siquiera en la cama me abrazaba.
Suspiré ligeramente, mis manos temblaron, jadeé. Estaba aliviada, demasiado. Él ya no sentiría miedo, él estaría bien, él estaría otra vez conmigo, como antes...
Mis hermanos están afuera junto con Ellerin, quieren pasar a verte...- dijo con cuidado, solté una exhalación larga y pesada, manteniendo mis ojos cerrados. Me encogi de hombros ligeramente, no me sentía con ánimos ahora mismo.
Todo mi cuerpo temblaba como gelatina y el miedo aún seguía latente en cada fibra de mi ser.
¿En qué momento las traen?- pregunté unos momentos después.
La enfermera dijo que primero tenían que revisarte y estabilizarte antes de traertelas.- explico. Asentí entendiendo. Sonreí dulcemente.
#17730 en Novela romántica
#1779 en Ciencia ficción
los hermanos hilxman, poliamor amor lucha, lyra dudas competencia
Editado: 16.03.2025