Autor: Oronguin-sensei
Título: Salva a la villana
Capítulo 1: Kijiro el niño maldito
Un grupo de niños pequeños y desnutridos se encuentran siendo intimidados por dos hombres adultos, parece ser que estos hombres grandes de treinta años de edad quieren llevarse a los niños pequeños qué no pasan de los cinco años.
Están en un edificio en muy mal estado, apuntó de caer y en el interior están más de veinte niños, este edificio es un orfanato construido por un noble piadoso con los hijos de plebeyos huérfanos y envía dinero para la construcción de este edificio.
Muy lamentable la situación de los niños es pésima y ahora mismo no hay mucha comida para alimentarlos por esa razón estos tipos vienen a ver si existe la más mínima posibilidad qué alguno de los niños tenga magia y así cambiarlo a cambio de dinero, pero si no la hay solo dárselos a los monstruos que habitan en el bosque.
Uno de los Hombres rugió de la ira — ¡Suficiente!, ustedes deben de portarse bien y siempre hacer caso a lo que nosotros digamos, somos los que cuidamos de ti y no somos malos — Dijo con calma y viendo cómo los niños pequeños temblando y llorando se calman para verlo. Continuó hablando — ¡Bien!, ahora quiero una fila de todos ustedes ahora mismo, esto es importante porque vendrá una persona del grupo de cazadores de monstruos para ver si tienes la mínima posibilidad de convertirte en uno y servir al reino — Dijo con simpleza y aburrimiento, pero para la mayoría de los niños estaban muy feliz sin saber lo que les espera.
El hombre que está al lado del tipo qué había calmado a los veinte niños pequeños observó con deleite como Pedro lograba engañar a estos niños y hacer que le obedezcan.
El compañero habló — Pedro, eso fue genial y a veces envidio esa habilidad qué tienes para engañar a estas almas inocentes — Dijo en un susurro al oído de Pedro.
Pedro escuchó la felicitación del compañero Joel y se sentía orgulloso qué le envidien esta habilidad, siempre qué puede engañar y no solo a los niños, también engaña a los adultos para quitarles el dinero sin qué sea visto como un robo, es genial y lo sabe.
Pedro infló el pecho y con calma recorrió con la mirada a los niños formados en fila y observó al último niño llamado Kijiro un niño normal como cualquier otro, pero desde que llegó de la nada hace 2 meses todo fue para abajo, ningún niño había vuelto a tener magia y por eso se quedó sin dinero, además la comida y agua no alcanzaba antes que llegara Kijiro hasta sobraba, pero por alguna razón parece que se esfuma o tal vez sea una maldición.
Saliendo de sus pensamientos vio la apariencia extraña y aptitud aún más extraña de este mocoso, lo admitía realmente quería correr a este niño, porque siempre le causaba una extraña y escalofriante sensación, todavía recuerda la vez que apareció de la nada en su habitación y lo miro con esos ojos negros sin vida para preguntarle si había vendido a los niños, un chico inteligente.
Ahora sin prestar atención le hizo una seña a Joel para que comenzará la estrategia y se deshagan de los mocosos y así tener todo el dinero de este orfanato.
Joel inmediatamente vio la señal y salió del patio trasero donde están los niños en fila, rápidamente se dirigió a la habitación principal para disfrazarse de "Cazador de demonios" habiendo hecho esto fue atrás de la puerta para escuchar la llamada de Pedro y llevar a estos niños al bosque para nunca más saber de ellos.
Pedro vio por el rabillo del ojo qué Joel está esperando la llamada para hacer su entrada como supuesto cazador de demonios y llevarse a los mocosos al bosque un plan muy simple que se le ocurrió y aprovecho que es de noche para hacerlo, después de todo en esta área alejada una aldea donde los pájaros no cagan es pobre y el dinero es lo más importante además de la comida, trato de venderlos con un comerciante de esclavos, pero no los quería por la baja calidad y solamente tenía suerte de vender a dos niñas pequeñas a un buen precio de una moneda de plata algo que lo dejó feliz y enojado con estos mocosos sobrantes qué no sirven para nada.
Observando los rostros inocentes de los niños en fila qué estaban platicando y sonriendo felices inflando los pequeños pechos para demostrar que están fuertes, lo admite la primera vez sintió lástima, pero ahora solo lo ve como algo natural y no siente remordimiento asesinar estos niños qué lo ven como una figura paterna.
Pedro habló — Me gusta eso que hacen, sigan riendo y sean felices para que el hombre grande llegue y vea que hay niños pequeños felices qué serán grandes cazadores — Dijo sonriendo con fingida sinceridad.
Los niños pequeños observaron a la figura que veían como un padre y comenzaron a sonreír alegremente en voz alta disfrutando de la plática y comentando qué querían ser grandes cazadores y cazar dragones también, había uno que decía que quería cazar una vaca gigante para darle mucha comida a todos lo que no tengan.
Pedro no se inmutó con nada y solamente se quedó congelado viendo la atmósfera feliz con las risas de los pequeños niños qué ríen felices, entonces sintió una fuerte mirada viéndolo directamente el alma.
Pedro levantó la mirada para buscar esa mirada fuerte que le daba escalofríos y vio con asombro qué en la esquina y final de la fila está Kijiro el niño maldito, lo observa con repulsión y odio, es como si pudiese ver su alma.
Kijiro sintió qué Pedro le regresaba la mirada y no se intimidó o bajo la mirada continuó mirándolo y le mostró el odio que sentía, sabía muy bien que estaba por pasarle a estos niños, serían asesinados afuera del bosque.
Él no es un niño de cinco años en realidad es un reencarnado vivía en Brasil estaba leyendo una novela donde los protagonistas eran felices y lograban acabar con la villana y derrotar a la reina monstruo, para así recibir el reconocimiento del mundo, pero la villana en realidad fue la que había logrado encontrar la debilidad de esa criatura y fue injustamente culpada y por ello encarcelada donde sería abusada por hombres hasta la muerte.
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Editado: 04.09.2024