Capítulo 11: ¡¡Niña del destino!!
Ya habían pasado cerca de dos horas desde que salieron caminando atrás del demonio gigante, pero la realidad es que no avanzaron mucho. El demonio gigante fue muy veloz, así que descansaron unos minutos que fueron suficientes para que el demonio se marchara de la vista.
Kijiro volteó un poco la mirada y así apreciar a la niña pequeña demacrada que rescató unas horas atrás; sinceramente, aparte de la inminente belleza de esta carita tierna no hay nada, en serio es muy extraña que no habla.
Kijiro habló: —Hola, creo que descansamos lo suficiente. Avancemos entonces —dijo con una voz amable y tratando de hacer que la niña extraña avance un poco más.
La niña escuchó hablar al niño que la rescató y habló. —Mi nombre es Aurora —dijo de repente con una voz débil, casi en un susurro, pero lo suficientemente alta para ser escuchada por Kijiro.
Kijiro se sobresaltó un poco al escuchar hablar a la niña pequeña y escuchó claramente un nombre: Aurora, así es su nombre.
Kijiro observó detenidamente a la niña y esta vez tenía que verla de pies a cabeza. Tiene unas sospechas muy malas sobre la identidad de la niña y espera que no sean correctas o estará jodido.
Kijiro habló: —Aurora… ese es un bonito nombre y dime… —(Se detuvo unos segundos y preguntó) —¿Alguna vez recogiste una espada oxidada que apareció de la nada? —dijo con calma en lo exterior, pero por dentro está en muchos pensamientos problemáticos.
Aurora escuchó un elogio bueno sobre su nombre y se sonrojó un poco, pero reaccionó rápidamente al escuchar la pregunta formulada por Kijiro y respondió sin tardar más. —Sí, un día una espada apareció cuando estaba luchando contra unos malos señores que querían hacerme daño en un callejón y la tomé, entonces… yo… —dijo débilmente y con miedo evidente en la voz como en toda la expresión corporal.
*Kijiro escuchó la respuesta de Aurora y estaba prestando una atención muy fuerte, pero después se sorprendió al verla actuar asustada y no querer continuar con lo que estaba por revelar; sinceramente, ya tenía conocimiento previo de lo que había hecho la niña. Kijiro pensó: —Según la novela, esta niña es la heroína que se casará con el príncipe que conoce en la academia y más adelante se reveló que era huérfana sin hogar. Entonces unos tipos ebrios quisieron tomarla, pero afortunadamente una extraña espada apareció de la nada y al tomarla en las manos, una sed de sangre salió haciendo que matara a los tres hombres adultos y eso la dejó marcada. — * Término de reflexionar.
Kijiro habló: —No hay necesidad de que me lo digas; realmente cada uno debe de mantener los secretos que los unen al pasado, pero eso no me impedirá protegerte y quererte —dijo con una seriedad asombrosa.
Aurora al escuchar las palabras resueltas del niño sintió una sensación escalofriante recorriéndome una parte del corazón, y además sabía que por alguna razón inexplicable confiaba en este niño que conoció hace unas horas…
Aurora habló. —Gracias, Kijiro —dijo con una voz suave llena de amor y confianza.
Kijiro escuchó el repentino agradecimiento de la niña y sintió un poco de vergüenza al tener pensamientos de que no quería tenerla; después de todo, no tiene interés en estar envuelto en la trama, pero puede salir mal.
Kijiro habló: —No me agradezcas, Aurora, sigamos caminando o dime si tienes algún otro plan. —Dijo con calma y viendo la expresión de la niña, pero poco después recordó algo y preguntó —¿Sientes alguna sensación extraña? ¿Crees que debemos de seguirlo? —dijo con voz seria y viendo directamente a la niña.
*Kijiro recordó que la niña, después de que el demonio gigante pasará, Aurora simplemente caminó unas horas más y encontró varias cosas poderosas, además, comida y agua. Como una hija del destino, fue salvada después de querer comer carne y un noble amable que estaba de paso la adoptó.
Aurora se sobresaltó demasiado al escuchar que realmente sentía esa extraña sensación que Kijiro le escribió y habló emocionada. —¡Sí! ¡Lo siento por mí! ¡Kijiro lo siento! ¡Esta sensación está dentro de mí! —dijo emocionada y la voz en alto.
Kijiro soltó un fuerte suspiro internamente y se relajó. Ya no tenía preocupaciones por la supervivencia; solamente deja que esta niña pequeña siga la extraña sensación y serán salvados.
Sin hablar más, rápidamente avanzaron rumbo al extraño sentimiento de la niña y pronto observaron un árbol antiguo con una tumba abierta, donde Aurora cayó y afortunadamente encontró varios tesoros en oro y una caja de almacenamiento mágica en forma de anillo rojo con un rubí y al abrirla observó una dimensión de veinte por veinte metros, completamente llena de comida y agua potable…
Kijiro pocas veces mostraba emociones de desgana y esta vez no fue una excepción, porque de antemano sabía lo que estaban por encontrarse o, más bien, Aurora se encontraría y por ende no se sorprendió mucho.
Aurora habló —¡Ja, ja, ja! ¡Mira esto! ¡Estoy genial! —exclama emocionada
Kijiro escuchó la emocionada exclamación de Aurora y la dejó disfrutar; después de todo, ahora no tendrán hambre y mucho menos sed.
Sin decir nada, se acercó a la pieza de pan que Aurora sacó del anillo y lo comió, masticando lentamente, disfrutando el sabor del pan que fue el primer pan que se comió en todo el tiempo que tiene en este mundo.
Sintiendo la penetrante mirada de Aurora en la espalda, dejó de comer con la comida aún en la boca sin masticar y vio que la niña lo miraba con unos ojos muy extraños, como viendo aún idiota.
Aurora habló: —Ya estás comiendo… vaya, vaya. —dijo con calma, pero los ojos decían otra cosa.
Kijiro tragó duro y casi se atragantó con el pan, así que dándose unos ligeros golpes en el pecho para que baje, habló. —Estoy comiendo primero para averiguar que no estén envenenados y no mueras; después de todo siempre te cuidaré —dijo con una voz seria y firme. También no se olvidó de sacar el pecho y palmear un poco para parecer más confiable a los ojos de la niña.
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Editado: 04.09.2024