Salva a la villana

Capítulo 20: ¡¡Los celos de Layla!!

Capítulo 20: ¡¡Los celos de Layla!!

Sofía y Kijiro después del afectuoso abrazo continuaron disfrutando del paseo en el bote sin tener en cuenta que una peculiar niña los estaba asechando desde otro bote a los lejos, mirándolo toda la interacción de los dos con unos ojos llenos de celos y enojo.

Sí, está niña es Layla la villana qué cuando vio a Kijiro actuar de una manera muy extraña decidió seguirlo junto a un caballero qué se encontraba fuera de servicio y descansando, fue muy fácil pasar desapercibidos.

Ingrata fue la sorpresa qué se llevó al ver con sus propios ojos como ambos individuos están abrazándose con una calidez sorprendente y demostración de amor a plena luz del día.

Layla sintió un fuerte dolor en el corazón al ver como su Kijiro sonreía felizmente a la chica mucho mayor que el y ambos actúan como una pareja de novios.

El guardia notó la anomalía de su joven dama y preguntó — ¿Se encuentra bien señorita Nessro? — Dijo con preocupación viendo como observa desde hace rato la interacción de ambos niños en el otro bote.

Layla escucho, pero decidió ignorar deliberadamente la pregunta del caballero y continuo observando atentamente a la chica que sonreía muy feliz con dos pequeños hoyuelos en las mejillas.

Entonces lloro sin poder controlarlas y se sintió muy débil con ese extraño dolor saliendo de su pecho, algo muy extrañó qué sentía desde que se enteró qué amaba a Kijiro y quería que fuera suyo siempre. Pero ahora al verlo felizmente con esa niña hermosa sintió odio y se ennegreció lentamente con el corazón roto hablo — Volvamos a la mansión ahora mismo — Dijo con frialdad y los ojos helados.

El caballero escuchó la frialdad de la niña y también la petición sin decir nada avanzó para regresar.

Kijiro no tenía idea de que por estas interacciones extrañas e indebidas había hecho ennegrecer a la futura villana y ahora se encontraba con un mal de amores.

Sofía había notado la extrañes de la niña que los estaba vigilando desde que llegaron, pero no presto atención viéndolo como un extraño juego entre los niños y la dejo verlos, pero al ver que se marchaba y pisa la tierra se sobresaltó al verla lujosamente vestida, entonces lo perdió y se sintió asustada al recordar que su abuela le comento que la joven dama sentía algo por Kijiro y no sería buena idea qué los viera juntos porque saldrán muy malos malentendidos y posteriormente haya peleas.

Sofía exclamó — ¡Kijiro! ¡No puede ser! ¡La señorita Layla nos vio! — Dijo con urgencia en la voz y mirando directamente a los ojos sin pupila del niño.

Kijiro sintió un fuerte estruendo y escalofríos en todo el cuerpo al escuchar lo que Sofía decía y rápidamente volteó el cuello de una manera veloz para alcanzar a ver una espalda pequeña de Layla qué se marchaba aúna velocidad asombrosa.

Kijiro sintió una fuerte sensación de miedo recorriéndole desde la espalda baja hasta la cabeza y sabía que debe de actuar ahora mismo, tiene conocimiento de que Layla quiere con el y al verlos juntos debería de pensar lo peor.

Kijiro hablo — Sofía me tengo que marchar ahora mismo o estaremos en grandes problemas — Dijo con urgencia en la voz y casi llorando lágrimas de angustia.

Sofía escuchó la urgencia en la voz y asintió con preocupación evidente, rápidamente ayudo a Kijiro para remar más rápido y así llegar.

Después de unos momentos llegaron y entregaron el bote rentado, Kijiro tomo la mano de Sofía y ambos corrieron con las bolsas de dinero y joyas, al estar cercas de la casa de Sofía se detuvieron y vieron a Maya qué los esperaba afuera de la puerta con sonrisas amables y sospechas.

Kijiro saludo con la mano a las dos mujeres y se marchó rápidamente sin detenerse rumbo a la mansión Nessro, tenía que hablar muy bien con Layla y no hacerle daño emocional qué es el más peligroso de todos los daños.

La anciana Maya se sobresaltó al ver la retirada veloz del niño y volteó a ver a su nieta qué se quedó mirando la espalda del niño, entonces preguntó — ¿Qué ocurre? ¿Paso algo malo, Sofía? — Dijo con mucha curiosidad y preocupación en la voz.

*Sofía no dijo nada y solamente se dedicó a señalar la puerta indicando qué entrarán, al entrar corriendo a la casa.

Sofía habló— Abuela, Lo que te voy a decir y enseñar tiene que estar en secreto esto es un regalo de cumpleaños de Kijiro, mira esto — Dijo y revelo directamente el contenido de las tres bolsas sobre el suelo, haciendo ruidos de tintineo*.

La anciana Maya al ver esto se sorprende mucho y no sabía que hacer, rápidamente preguntó — ¿Cómo es esto posible? ¿Hicieron algo malo? — Dijo con una voz chillona cómo emocionada al ver todas estas joyas y dinero disperso por todo el suelo haciendo unas pequeñas montañas de oro.

Sofía se apresuró a explicar — ¡No! Esto me lo regalo Kijiro y no es nada malo, me comentó que es para ayudarme a cumplir mi sueño de entrar a la academia imperial de la luz para ser una cazadora de demonios como mis difuntos padres — Dijo con voz emocionada y conmovida al recordar.

Maya se sintió conmovida por ese gran gesto del niño y recordó qué ese niño sentía una extraña sensación de enamoramiento a su nieta, desde que la salvo siempre ha querido qué ambos se junten, pero al saber de los sentimientos de la señorita Layla no se atrevió a hacer nada y advertía con frecuencia a su nieta qué nunca hiciera algo que se malinterprete y que la señorita Layla se entere o vea, siempre sé discreta.

Maya preguntó — ¿Por qué salió corriendo? — Dijo con sospecha.

Sofía tardó en contestar, pero hablo —La señorita Layla nos vio y se fue enojada — Dijo con vergüenza y tristeza.

Maya grito — ¡Qué! — Dijo con miedo.

Kijiro logró llegar a tiempo y vio que apenas había entrado a la habitación con la intención de cerrar la puerta, pero Kijiro fue mucho más rápido y logró hacer qué no la cerrará.

Layla vio esto y hablo — Qué haces, deja mi puerta — Dijo con voz molesta.




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